Juntos venceremos
domingo 22 de diciembre de 2024

De talones y teorías de la conspiración: a los lectores de Enlace Judío

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A May Samra, Directora de Enlace Judío

A los Lectores de Enlace Judío

 

JOSÉ HAMRA SASSÓN

 

Leí el artículo que se publicó de Francisco Gil-White en Enlace Judío el pasado 16 de noviembre.  La reconstrucción que hace de lo sucedido en la sesión de Limud omite más de una situación que se dio durante ese día, tanto en su plática como en los dos encuentros de pasillo que tuvimos.  También omite el intercambio de correos que sostuvimos a iniciativa suya.

Decidí aceptar el derecho de réplica que me ofreció May Samra para puntualizar algunas omisiones que se dan en el relato de Gil-White.  Agradezco su amable publicación:

  1. Solicitar una fuente bibliográfica de una tesis central no es una “provocación”. Cuando la pedí, me ofreció el “New York Times”.  Le insistí por una fuente académica y su respuesta fue que “los académicos no son confiables”.
  2. Durante su plática del 8 de noviembre, sólo tres personas me agredieron con gritos de “cállate” y “lárgate” cuando insistí en la fuente bibliográfica. No fue todo el público.  En ese momento fue cuando señalé que lo que se estaba presentando era teoría de la conspiración, lo cual consideré peligroso.  Gil-White aceptó mi apreciación y en su momento se burló de mi consideración.  En resumen, todo ese momento no duró más de cinco minutos, considerando mi pregunta, su respuesta, mi insistencia, mi apreciación sobre la teoría de la conspiración, los reclamos agresivos de intolerancia y la llamada al orden y respeto por parte del representante del Limud.  Cinco minutos de una plática que duró dos horas y cuarto.
  3. En su recuento de lo sucedido el 8 de noviembre, Gil-White omite un primer encuentro donde al final de la sesión me acerqué personalmente para expresarle mi postura respecto al peligro de las teorías de la conspiración y la inconsistencia que encuentro en su hipótesis central. Su respuesta fue interrumpirme e irse.  No escuchar.
  4. En lo que fue nuestro segundo encuentro personal que relata en su artículo omite varias cosas:
  • Que se acercó mientras platicaba con otras tres personas, entre ellos un representante de Limud. A una de ellas Gil-White le dijo que se “largara” cuando también le hizo una crítica.  El representante de Limud le tuvo que pedir orden y respeto.  Durante la sesión, esta misma persona le había señalado una inconsistencia a-histórica en su mención de los “Protocolos de los Sabios de Sión”.
  • Que me acusó de “tener una campaña en su contra”. Yo no tengo ninguna campaña en contra de nadie.  Sólo busco certezas e información confiable.
  • Que además de Rubin, le ofrecí el nombre de otro autor, Kimmerling, que es co-autor de un libro sobre política palestina. Es una fuente que no utiliza.  Cierto es que dije que había 10 autores que no sostienen que el muftí fue creador de la OLP.  Son más.  Anexo a esta réplica una lista plural y diversa que puede ayudar a los lectores de Enlace a acercarse al tema.
  • Que argumenté a lo que yo me refería a que las teorías de la conspiración construyen enemigos. Efectivamente, a través de la teoría de la conspiración de los “Protocolos de los Sabios de Sión”, Hitler construyó en los judíos un enemigo que tenía que ser erradicado.  De ahí el peligro de este tipo de teorías en el contexto actual en la relación Israel/Palestina.
  1. Respecto a la cita que ofrece Gil-White del Howard M. Sachar, hay una descontextualización. Sachar hace énfasis en la injerencia de Nasser en la creación de la OLP en 1964.  Sachar no relaciona directamente al muftí con Arafat.  Que se hayan podido conocer no implica que el muftí haya influenciado con su ideología al futuro liderazgo palestino.  En su artículo Gil-White omite la postura de Sachar al respecto.
  2. En el artículo que publicó Gil-White, en su última línea señala que la OLP/Fatah es una organización creada por nazis. Rubin y Schwanitz dicen lo contrario en el último párrafo de su polémico libro: “All of these facts do not make al-Husaini or al-Qaida—or for that matter Iran’s Islamist regime, the Ba’th governments in Iraq and Syria, Hamas, the PLO, Hizballah, the Muslim Brotherhood, or the dominant exponents of the Arab world’s mainstream discourse—into Nazis or fascists.”  (Rubin y Schwanitz, p. 254).  Exacto, ni siquiera el argumento principal de Gil-White se puede sostener a partir del libro que más se aproximaría al relato de su teoría.  Estos autores son claros al señalar que ni siquiera el muftí Al-Husseini fue un nazi.  Por ende, ni Fatah, ni la OLP, ni la ANP son organizaciones nazis.  Tampoco son lo mismo.

En este sentido, ofrezco a los lectores de Enlace Judío las siguientes consideraciones:

  1. No hay prueba alguna de que el muftí Amin al-Husseini haya sido fundador de Fatah y la OLP. El muftí quedó marginado del liderazgo palestino tras la Segunda Guerra Mundial por su alianza con las potencias del Eje.  Su pasado pro-nazi y su antisemitismo lo relegaron de la política regional.  Si acaso, la figura del muftí pasó a ser simbólica por su relevancia durante los años del mandato británico.  Sus errores como líder palestino en el contexto geopolítico de la Segunda Guerra Mundial lo postraron a la marginalidad.
  2. Tampoco es cierto que Arafat haya sido “arquitecto” de la revolución iraní de 1979. Comparto esta cita de otro libro co-escrito por Barry Rubin: “Arafat arrived uninvited in Tehran in February 1979, a few days after the shah fled and Khomeini’s forces had taken over. As his plane approached Tehran’s Mahrabad airport, Arafat said, “I felt as if I was landing in Jerusalem.” His entourage carried Khomeini’s picture and chanted, “Today Iran, tomorrow Palestine.” He had good reason to expect a friendly reception since many Iranian revolutionaries had been trained at Fatah camps in Lebanon, including Khomeini’s own son. Symbolically, the new Iranian government gave the PLO the former Israeli embassy. After more than two decades of struggle, this was the first piece of Israeli real estate Arafat had captured […] Yet Khomeini gave the PLO little aid, knowing Arafat did not share his Islamist ideology and had close ties to Iran’s Arab rivals. For example, Arafat refused to condemn Moscow’s Communist coup and invasion of Afghanistan, instead backing Marxists against the Islamists there. Khomeini called Arafat “the dwarf” and refused to let the PLO open offices outside of Tehran, fearing it might spy for Arab states.” (Barry Rubin & Judith Rubin Colp, “Yasir Arafat.  A Political Biography”, 2005, pp. 84-85).
  3. La “defensa” acrítica de Israel no es una defensa. Incluso Vladimir Jabotinsky reconoció en sus textos los derechos nacionales de los árabes de Palestina.  Abogar por un Israel democrático y judía, respetuosa de los derechos humanos, como lo firmaron los fundadores del Estado judío en la Declaración de Independencia de 1948, con todos los retos y dilemas que esto conlleva, sería, desde la teoría de la conspiración, una bandera anti-israelí.  Yo entiendo que ser pro-israelí también es apoyar un Estado democrático y judío que coexista al lado de un Estado palestino.  El conflicto es muy complejo para pretender explicarlo en “buenos y malos”.
  4. Los cambios en la geopolítica regional, así como una compleja diversidad de factores sociales y políticos, permitieron el acercamiento frontal de israelíes y palestinos a partir de los años 90. A pesar de los errores en los liderazgos de ambas partes, y de las olas de violencia mutua, el proceso de construcción de paz a nivel de lo social sigue vigente.  En pocas palabras, comparto la postura de que tanto la guerra como la paz son construcciones sociales.

Agradezco esta oportunidad para acercarme a los lectores de Enlace Judío.  Me queda claro que hay discursos, como los de la teoría de la conspiración, con los que no se puede dialogar ni converger.  Reitero que las teorías de la conspiración son peligrosas.  En el mejor de los casos, porque nublan el entendimiento y alimentan el odio.  En el peor de ellos, porque ese tipo de ideas fungieron como instrumento para llevar a seis millones de judíos a ser asesinados durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte de ellos en cámaras de gas.

Cuando la complejidad de la realidad se reduce a una idea, no hay espacios ni para el disenso, ni para el contraste, ni para la construcción de conocimiento; mucho menos para un encuentro posible.

Mi postura y la de Gil-White no tienen puntos de convergencia.  Con esto doy por terminada mi participación en este tema.

ANEXOS:

Finalmente, comparto dos textos que pueden ayudar a profundizar la reflexión sobre el momento en que vivimos y la necesidad de seguir construyendo espacios de diálogo y entendimiento:

  1. “Esperando a los bárbaros” de Amos Oz, donde nos dice que una fórmula para hacer frente al fanatismo es hacer uso de la curiosidad y el humor, actitudes necesarias para no caer en la desesperanza del discurso que sólo puede ver la realidad en buenos y malos. La propuesta de Oz permite descubrir las zonas grises que quieren eliminar las miradas en blanco y negro.  https://m.milenio.com/cultura/laberinto/Esperando_barbaros_Amos_Oz-Instituto_Nexus_Amsterdam-Amos_Oz_ISIS_fanatismo_0_626937709.html.
  2. La mirada maniquea es común denominador de los discursos que ofrecen los fanatismos y las teorías de la conspiración. Ambos reducen la realidad a una mínima expresión y generan ambientes de intolerancia.  Para una explicación de lo que son las teorías de la conspiración, recomiendo el libro de Julio Patán “Conspiraciones: breve historia de la conquista del mundo por los extraterrestres, los masones, la ONU, las élites financieras, el establishment, etc.”, Paidós, 2009.  Se puede leer una entrevista con el autor donde resume el modelo discursivo de las teorías de la conspiración y sus consecuencias en esta liga: https://unperdidoenelsiglo.wordpress.com/2009/09/08/conspiraciones-entre-el-mito-y-la-paranoia/

Aquí les ofrezco una bibliografía suficientemente plural y diversa en puntos de vista, aproximaciones, origen de los autores y especialidades.  En toda esta diversidad (que no es limitativa) existe una constante: la ausencia del muftí como fundador de Fatah y de la OLP:

  • Ajami, Fouad, “Los árabes en el mundo moderno.  Su política y sus problemas desde 1967”, FCE, 1983.
  • Ajami, Fouad, “The Dream Palace of the Arabs.  A Generation’s Odissey”, Vintage Books, 1999.
  • Curtis, Michael,  Neyer Joseph, Waxman, Chaim & Pollack, Allen (eds.), “The Palestinians. People, History, Politics”, American Academic Association for Peace in the Middle East, 1975.
  • Goldberg, David J., “To the Promised Land.  A History of Zionist Thought from its Origins to the Modern State of Israel”, Penguin Books, 1996.
  • Halabi, Rafik, “The West Bank Story.  An Israeli Arab’s View of Both Sides of a Tangled Conflict”, Harcourt Brace Jovanovich, 1981.
  • Hourani, Albert, “A History of the Arab Peoples”, Warner Times Books, 1991.
  • Khalidi, Rashid, “Palestinian Identity.  The Construction of Modern National Consciousness”, Columbia University Press, 1997.
  • Kimmerling, Baruch & Migdal, Joel S, “The Palestinian People.  A History”, Harvard University Pess, 2003.
  • Mattar, Philip, “The Mufti of Jerusalem.  Al-Hajj Amin Al-Husseini and the Palestinian National Movement”, Columbia University Press, 1988.
  • Morris, Benny, “Righteous Victims.  A History of the Zionist-Arab Conflict, 1881 – 2001”, Vintage Books, 2001.
  • Pappe, Ilan, “A History of Modern Palestine. One Land, Two Peoples”, Cambridge University Press, 2006.
  • Rubin, Barry, “Revolution Until Victory?  The Politics and History of the PLO”, Harvard University Press, 1994.
  • Rubin, Barry, “The Transformation of Palestinian Politics.  From Revolution to State-Building”, Harvard University Press, 1999.
  • Rubin, Barry & Colp Rubin, Judith, “Yasir Arafat.  A Political Biography”, Oxford University Press, 2005.
  • Shipler, David K., “Arab and Jew.  Wounded Spirits in a Promised Land”, Penguin Books, 2002.
  • Sachar, Howard M., “A History of Israel from the Rise of Zionism to Our Time”, Alfred A. Knopff, 1996.
  • Sahliye, Emile, “In Search of Leadership. The West Bank Since 1967”, The Brookings Institute, 1988.
  • Said, Edward, “La cuestión palestina”, primera edición en México, Random House, (1992) 2014.
  • Segev, Tom, “One Palestine, Complete.  Jews and Arabs Under the British Mandate”, Henry Holt and Company, 2000.
  • Shlaim Avi, “The Iron Wall.  Israel and the Arab World”, W. W. Northon & Company, 2001.
  • Shlaim Avi, “Israel and Palestine. Reappraisals, Revisions, Refutations”, Verso, 2010.
  • Yapp, M. E., “The Near East Since the First World War”, Longman, 1991.

 

 

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