Afligidos con un mal psicológico, ¿por qué acudimos al terapista? Porque es difícil observarse a sí mismo: hace falta un tercero. Explicar lo que es un pueblo igualmente exige un ojo ‘extranjero,’ pues para el nativo es opaca la gramática de su comportamiento (no por ser elocuente en mi lengua natal soy lingüista). No es la comunidad, empero, quien acude al antropólogo, ni tampoco le pide una ‘cura’; es incómodo aquí arrogarse un rol ‘terapéutico.’ Pero pudiera ser necesario.
La terapia supone un psique contradictorio en cuya superficie se aducen razones—o ‘racionalizaciones’—para ocultar o negar realidades subconscientes: neurosis. Este modelo, hoy, nos parece la cosa más natural, pero lo debemos a una contribución reciente: antes del siglo 19 tardío, antes de Sigmund Freud, no se hablaba del subconsciente. ¿Será coincidencia que fuera judío? No lo creo.
Tras varios años de estudiar a la comunidad judía como antropólogo e historiador he confirmado una observación hecha por otros: la emancipación del siglo 19 fue un cruel albur. Muchos judíos salieron de su religión corriendo a ser ‘normales’ pero se estrellaron contra el rechazo permanente de la sociedad ‘liberal’ donde querían asimilarse. Tampoco quisieron regresarse a la orgullosa comunidad ortodoxa, ahora profundamente extranjera, y padecieron también su rechazo. Ni de aquí ni de allá. Quieren y no quieren ser. Se enorgullecen y se avergüenzan. Neurosis. Sigmund Freud era de estos judíos.
También lo era Teodoro Herzl. En su caso, empero, el rechazo de la comunidad gentil donde su familia había querido zambullirse terminó por dotarlo de una nueva identidad: nacionalista judío. Así, lideró un movimiento para crear un Estado donde refugiarse y defenderse del peligro mortal que acechaba. Pareció demasiado excéntrico, y pocos se volvieron sionistas. “¡Es el siglo 19!”, le dijeron. “¡Es el mundo moderno! ¡Eso ya no va a pasar!” Pero Herzl tuvo razón: se venía la peor matanza de judíos en la historia.
¿Por qué fue tan difícil reconocerlo?
Como explican los budistas (otra tradición terapéutica), cuando el objeto del deseo se percibe ‘indispensable’ lo que se tiene es un fuerte apego. Los apegos nos impiden ver nuestra realidad. Los judíos anhelan tanto una vida ‘normal’ que alucinan. Se imaginan que por fin han llegado; que el mundo es ‘moderno’; que el peligro ha pasado. La evidencia se minimiza o se ignora. En tiempos de Herzl los judíos rusos y polacos estaban siendo perseguidos y asesinados, pero eso no convenció a sus hermanos occidentales de que ellos también corrían peligro. Hoy como entonces se yergue en todas partes el monstruo del antisemitismo, pero los judíos occidentales, que antes no apoyaron el proyecto nacionalista, lo invocan ahora—terrible ironía—para desoír a los nuevos Herzls: “¡Mira! No pasa nada: tenemos un Estado.”
¿Se repite la historia?
El neurótico evade la cura escuchando sus propias razones, pero como no se convence del todo tapa su inseguridad con vehemencias. Por eso la tradición freudiana hace tanto hincapié en la negación: el rechazo apasionado del paciente convence al terapista de estar corriendo tras la pista correcta. Aplicando este principio es notable la energía vertida por tantos judíos para negar los riesgos actuales. ¿Será que el peligro realmente ha pasado? ¿O será que, presas de la pasión por ser ‘normales,’ por estar a salvo, visten de holograma el precipicio y salen con aplomo, cual leminos, a pisar el vacío?
“La gente se aferra a una ilusión con la misma fuerza que a la vida misma,” escribe el judío estadounidense Ben Hecht. Pero no habla de “la gente” sino de su gente. Su reflexión aparece en un libro llamado Perfidy (ver resumen) cuyo razón de ser (entre otras) es explicar el exterminio de la judería húngara. Y es que hace falta una explicación. Los judíos húngaros en el año de 1944 no podían pedir mejor evidencia de peligro. Sin embargo, le creyeron a los nazis que serían llevados a campos de ‘trabajo’ y treparon a los trenes. ¿Por qué?
Ben Hecht narra lo confesado por Rudolf Kastner—el principal líder en Hungría del Comité de Rescate y Ayuda de la Agencia Judía—en un juicio israelí a principios de los 1950s: aunque su responsabilidad oficial fuera defender a los judíos, colaboró con los nazis, convenciendo a sus hermanos de que no había peligro. Las razones de Kastner intrigan pero nos ocupa aquí esta pregunta: ¿Por qué confiaron en él los judíos húngaros? Porque—y hemos de corregir un poco a Hecht—se aferraban a su ilusión más todavía que a la vida misma. Preferían creer con todas sus fuerzas que sus líderes eran honestos, y que no había peligro, en vez de afrontar ese peligro y asir con ambas manos su destino.
La consecuencia fue la muerte.
Pero no tenía que ser así. Como lo explicó el exterminador en jefe Adolfo Eichmann en sus Confesiones de posguerra, los nazis realmente necesitaban a Kastner. De haberse producido una revuelta judía en Hungría no habrían podido contenerla: era el final de la guerra y carecían del personal necesario. Hecht apunta con dolor la situación en el pueblo húngaro de Kluj, donde 20,000 judíos eran custodiados por tan solo 1 oficial de la SS y 20 gendarmes húngaros. La descuidada frontera rumana—es decir, la libertad, pues para ese entonces los rumanos estaban siendo vencidos por los soviéticos—estaba a 5 kilómetros. Pero treparon a los trenes. Para los judíos, pues, reconocer la realidad es cuestión de vida o muerte. Cierto, ahora tienen un Estado. Pero la fuerza que implica, si niegan la realidad, no les servirá de nada, como tampoco sirvieron las ventajas de los judíos húngaros.
No se imaginen mis lectores que este artículo fue escrito para despertar a judíos así llamados ‘izquierdistas.’ Ellos golpean su pecho con ‘autocrítica’ y presumen ‘ética,’ alegan una deuda judía hacia terroristas musulmanes de (valga la ironía…) extrema derecha cuyas ambiciones (valga colmo…) son genocidas, e impugnan siempre (valga otro…) la justicia del Estado que fue creado para defenderlos. Quieren congraciarse con los antisemitas pues continúa todavía la neurosis de asimilación. Pero no es posible ayudarlos. No, este artículo es para el judío orgulloso y patriota, pues él también alucina. Si bien reconoce que se le viene encima una montaña de arena, busca en ella algo que brille y cuando lo atisba imagina un diamante. Renace la esperanza y se construye un castillo… de arena. Entonces le cae encima.
En las últimas semanas he visto cómo tantos judíos patriotas respiran aliviados de ver que no se extendió el moratorio a la construcción de vivienda judía en los territorios disputados. También celebran el resultado de las elecciones en EEUU, a favor de los republicanos. Imaginan que esto saboteará el fatídico proceso de ‘paz’ que premia a sus enemigos terroristas. ¡Qué rápido olvidan el pasado! ¡Y qué hábilmente tapan el presente! No ha cambiado nada. Si el reloj se atrasó fue acaso unos minutos.
El ataque contra el pueblo judío no cesará por inercia
Obama es el mismo Obama, presionará siempre a favor de los enemigos de Israel. Los republicanos son los mismos republicanos, y, pese a las alucinaciones de muchos judíos, nunca han sido amigos de Israel. Netanyahu es el mismo Netanyahu: el que traicionó inmediatamente todo su discurso público patriota tan pronto asumió el cargo de primer ministro, la primera vez, y que ahora promete la mitad de Jerusalén para los árabes. OLP/Fatah (la ‘Autoridad Palestina’) es la misma OLP/Fatah, creada por un alto líder de la Solución Final Nazi para continuar la gran matanza. Los iraníes, aliados como antes con OLP/Fatah, son los mismos iraníes: prometen en voz alta exterminar a los israelíes. Gracias a los estadounidenses ya controlan Iraq (cosa que predijimos hace años), y eso, aunado a su alianza con Siria y Hezbolá, les da un corredor de tierra hasta la frontera israelí. Los sauditas y los egipcios también son los mismos, y armados hasta los dientes por los estadounidenses (una investigación de PBS Frontline revela que ningún país del mundo recibe más armas estadounidenses que Arabia Saudita). ¿Vamos a ignorar todo esto porque se están construyendo algunas casa judías?
Despierta. El ataque contra el pueblo judío no cesará por inercia. Y no será vencido salvo que los judíos patriotas, con toda la energía y recursos que ahora poseen, se defiendan (rápido), asistidos por sus aliados liberales en todo Occidente, que nunca antes fueron tantos, y que esperan nada más ver que los judíos tomen su destino en sus manos para seguirlos. Pronto será tarde.
Referencias
El texto de Perfidy está disponible en línea:
https://www.hirhome.com/israel/perfidy.pdf
Para un resumen de Perfidy léase:
“The responsibility of the mainstream (Labor Zionist) Israeli leaders during the Shoah (‘Holocaust’)”; from THE PROBLEM OF JEWISH SELF-DEFENSE; Historical and Investigative Research; 21 February 2007; by Francisco Gil-White
https://www.hirhome.com/israel/leaders4.htm
Consúltese el comportamiento de las administraciones republicanas en la siguiente investigación:
“Is the US an ally of Israel?: A chronological look at the evidence”; Historical and Investigative Research; by Francisco Gil-White
“El Verdadero Netanyahu: ¿Está defendiendo a Israel?”; Historical and Investigative Research; 18 de julio, 2010; por Francisco Gil-White
https://www.hirhome.com/israel/netanyahu.htm
“How did the ‘Palestinian movement’ emerge?: The British sponsored it. Then the German Nazis, and the US”; from UNDERSTANDING THE PALESTINIAN MOVEMENT; Historical and Investigative Research; 13 June 2006; by Francisco Gil-White
“PLO/Fatah and Iran: The Special Relationship”; Historical and Investigative Research; 25 May 2010; by Francisco Gil-White
“Will the US attack Iran?: An alternative hypothesis”; Historical and Investigative Research; 23 February 2006; by Francisco Gil-White
La Federation of American Scientists resume aquí la forma en que Arabia Saudita se ha convertido en el principal comprador de armas estadounidenses en el mundo.
https://www.fas.org/asmp/profiles/saudi_arabia.htm
La misma organización resume aquí la forma como EEUU subsidia desde 1978 el enorme gasto military de Egipto, un país que no puede tener otro enemigo military que no sea Israel.
https://www.fas.org/asmp/profiles/egypt.htm
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