Mientras miro la pantalla de mi televisor donde desfilan las dantescas imágenes de las manifestaciones en El Cairo siento la sensación de estar observando un mundo muy complejo, regido por extrañas e impenetrables reglas muy difíciles de comprender a priori de un análisis profundo.
Un escenario extraído de una novela de Franz Kafka y centrado en un Medio Oriente complejo, retorcido y laberíntico. En este preciso momento donde se encuentran y se enfrentan todos los intereses y los actores de la comunidad internacional. En un extraño escenario donde se juegan simultáneamente varias partidas de ajedrez al mismo tiempo.
Un mundo kafkiano enmarcado y protagonizado por realidades circundantes y actores protagónicos que se influyen y potencian mutuamente:
Una amenazante presencia de las organizaciones terroristas como Hamas y Hezbollah – patrocinados por Irán – que intimidan a la dirigencia árabe, con el inevitable fortalecimiento del Islam radical en lugares como Egipto, Jordania y Arabia Saudita.
Un autoritarismo absolutista y corrupto que ya se tambalea torpemente como el los regímenes pro-occidentales árabes (como Mubarak en Egipto, Hasan II y Mohamed V en Marruecos, Abdullah de Arabia Saudita y Abdallah II en Jordania) que solo desean conservar “el status quo” pues cualquier posibilidad de cambio constituye una amenaza a sus arraigados privilegios de “las mil y una noche”.
Un Egipto que estuvo desde hace mucho tiempo intentando – sin éxito – contener la creciente popularidad de la Hermandad Musulmana y el Rey de Jordania que estuvo esforzándose de la misma manera y con los mismos resultados frente al Frente de Acción Islámica.
Unos apaciguadores dirigentes europeos y norteamericanos que desean sembrar una supuesta paz forzada y contranatural con un telón de fondo tan inhóspito y salvaje, que solo sirve para recubrir sus múltiples y permanentes intereses estratégicos y económicos.
Un Islam radical (Irán, Al Kaeda, Hezbollah, Hamas, Hermanos Musulmanes, etc.) que continúa trabajando a tiempo completo para expulsar “las satánicas” influencias occidentales en la región y a afirmar las medioevales bases de una sociedad cerrada y autoritaria.
Una Franja de Gaza donde todo continua igual, donde los cambios no existen y ni siquiera son ficticios, con su población cada vez mas paupérrima y hambrienta que nunca, gobernada por las mismas bandas de facinerosos (esta vez sin Al Fatah) y mantenida por la asistencia para los refugiados de la ONU, por donaciones humanitarias directas de gobiernos de Europa y del Golfo y por el aporte permanente, económico, militar e ideológico y ya no tan solapado de los clérigos iraníes.
Una frontera entre Egipto y Gaza a través de la cual el gobierno de Mubarak intenta frenar el contrabando de armas desde el Sinaí hacia la franja, pasible de convertirse hoy en la pesadilla tan temida de caer en poder de un régimen simpatizante con Hamas.
Una estrategia de Hamás consistente en bloquear el proceso de paz y negar a Israel el derecho a existir que podría lograr en este contexto la posibilidad de acumular fuerzas y relaciones en la región para ganarse definitivamente la calle palestina.
Una ventaja arrolladora obtenida por Siria e Irán frente a los europeos y norteamericanos en el Líbano que permite que la Hizbolláh se apodere del gobierno libanés y cree un creciente foco de inestabilidad e inseguridad en la frontera norte de Israel, ahora si peligrosamente pegada al Irán nuclear de Mahmud Ahmadinejad.
Una importante presencia del Islam radical entre los manifestantes del Cairo, una potente señal de que los Hermanos Musulmanes se están movilizando y preparando activamente para derribar el régimen de Mubarak y acceder al poder. Esta organización fundamentalista islámica es una protagonista muy importante y uno de los principales referentes del Islam radical egipcio.
Un alarmante escenario probable pronosticado por los especialistas en medio oriente que es la rápida islamización de Egipto y de varios estados de la región y no una esperanzada apertura hacia la democratización y modernización de estas sociedades.
Un premio Nobel de la Paz llamado Mohammed el-Baradei, quien se ha puesto al frente de las protestas y es una serio riesgo para un Estado de Israel que ya tuvo la experiencia de tratar con alguien demasiado parcial con el Irán nuclear cuando fue director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), a sabiendas además de la gran posibilidad de que llegue a forjar una alianza con los Hermanos Musulmanes.
Una llamada telefónica del Presidente palestino Mahmud Abbas a Mubarak, expresándole todo su apoyo mientras que en la Franja de Gaza hubo manifestaciones de Hamas en favor del derrocamiento del dicho régimen, es una muestra inequívoca del temor que tiene la conducción actual de la Autoridad Nacional Palestina de ser reemplazada por el Islam radical. No es solo solidaridad con Mubarak sino la eminente amenaza de que el Islam radical se haga del poder en todos los territorios palestinos.
Una manifestación de uno mil árabes israelíes por las calles de la ciudad de Yaffo al sur de Tel Aviv durante este ultimo sábado, en apoyo a la revuelta egipcia y para anunciar una futura y pronta liberación del “asentamiento” de Yaffo de los “colonos judíos” . Personas jóvenes con banderas egipcias cantando “Allahu Akbar” y “nosotros liberaremos Yaffo con sangre”.
Una superflua e irresponsable decisión de muchos países Latinoamericanos como Argentina y Brasil, de reconocer unilateral e incondicionalmente a un supuesto e inexistente Estado Palestino. Decisiones que solo fortalecen a quienes se niegan a reconocer y aceptar la existencia de Israel como un estado judío, a quienes desean evitar unas autenticas negociaciones directa de paz y obtener todo de Israel sin dar absolutamente nada a cambio.
Un Estado de Israel que ante la posibilidad de la caída de Mubarak y el régimen tambaleante del Rey de Jordania quedaría en una precaria situación de no tener países aliados estratégicos con quien dialogar en este salvaje Oriente Medio.
Un presidente como Barak Obama que comenzó su mandato presidencial con viajes a Turquía, Egipto y Arabia Saudita y con grandilocuentes disertaciones en Ankara y El Cairo intentó hermanar a los Estados Unidos con el mundo islámico. “Yo soy uno de ustedes” y “El Islam tiene una orgullosa tradición de tolerancia, algo que vemos en la historia de Andalucía y Córdoba durante la Inquisición. Es el ejemplo de Al Ándalus”.
Una intervención occidental en Afganistán liderada por la administración Obama que se encamina irremediablemente al rotundo fracaso pues los talibanes se fortalecen cada vez mas y de no mediar un cambio muy rápido de estrategia, este Islam radical dominaría ampliamente toda esa región asiática en los próximos tiempos.
Un increíble Jimmy Carter que durante su gestión en el gobierno de los Estados Unidos se permitió la estupidez de perder a un Irán pro-occidental y uno de los mas importantes aliados estratégicos de los Estados Unidos y permitir pasivamente su transformación en una República Islámica de Irán, fundamentalista y anti-occidental.
Un endeble y desorientado Barack Obama que puede llegar a lograr algo muy similar ya que la potencia que preside se perfila como una firme candidata a perder las alianzas estratégicas tan sólidas que posee con Turquía, Egipto, Arabia Saudita y quien sabe que otros países mas del Oriente Medio.
Una opinión del Dr. Dan Schiftan, Director del Instituto de Seguridad Nacional de la Universidad de Haifa. “No tengo duda alguna. Aunque esto se plantee como una ola de reivindicaciones sociales y de apertura política, finalmente los radicales islámicos serán los que determinen el resultado y se adueñen de la corriente. De aquí, estoy seguro que no se va a ningún tipo de democracia ni pluralismo”.
Un punto de vista de Guy Bechor, director del Departamento de Medio Oriente en el Instituto Interdisciplinario de Hertzlia: “Si Egipto cae, Irán estará esperando a la vuelta de la esquina y puede caer toda la región. Está claro que el único cambio en el que pueden terminar las revueltas actuales no es en favor de la democratización, sino de la toma del poder por parte del Islam radical. Esas no son buenas noticias para Israel”.
Una visión del general en la reserva y analista israelí, Yaacov Amidror: “La consolidación de las protestas callejeras contra las dictaduras relativamente moderadas árabes no significa necesariamente la llegada de más democratización y libertad. En Irán, muchas fuerzas entre ellas las más liberales iniciaron la revolución contra el Sha y al final el movimiento islamista y los ayatollás crearon un ente totalitario y mucho más bárbaro que el del Sha”.
Dijo nuestro Presidente Shimon Peres: “Siempre hemos tenido y tenemos gran respeto por el presidente Mubarak. No decimos que todo lo que haga sea correcto, pero hizo una cosa por la que le estamos agradecido: mantener la paz en Oriente Medio”.
Todos los manifestantes de las calles y plazas de Egipto, Túnez, Argelia, Libia, Jordania, Yemen, Marruecos y otras naciones árabes también candidatas futuras al gran terremoto tienen el legítimo derecho de salir en sus ciudades a protestar y a exigir que caigan esos regimenes corruptos, vitalicios y hereditarios.
Regimenes que por medio de elecciones fraudulentas se eternizan en el poder para hacer reinar el despotismo, el privilegio y la falta de libertad. Sistemas perversos que mantienen encarcelados a sus sufrientes poblaciones en la pobreza, la ignorancia y la desesperanza.
Pero las multitudinarias masas que ocupan las calles desgraciadamente están expuestos a ser miserablemente manipulados por el Islam radical y destinados para ser futuros súbditos de retrogradas y medievales republiquetas islámicas como ya ocurrió con Irán.
¿Estarán las anónimas y espontáneas multitudes, concientes hacia donde se dirigen?
¿Tendrán los manifestantes, una plena idea hacia adonde estará siendo llevado su sincero y sentido descontento y sus legitimas aspiraciones de justicia?
¿Podrán ellos – los que protestan – a ultimo momento ayudar a construir sociedades democráticas, pluralistas y dignas de ser vividas?
¿Lograremos entre todos nosotros, evitar la aparición de nuevas Republicas Islámicas de Irán?
¿Occidente se suicida en Egipto?
Es mi mas ferviente deseo que despertemos pronto de esta pesadilla ilusoria y que comencemos a desandar este rumbo claudicante y temeroso de los lideres occidentales detrás de quimeras y ficciones, que nos conduce por senderos cada vez mas irreversibles y peligrosos.
cartasdesdeisrael.blogspot.com
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