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Los sistemas de enfriamiento fallaron en un segundo reactor nuclear ubicado en la devastada costa japonesa unas horas después de que una explosión en una planta cercana, donde una fuga de radiación, o una posible fusión nuclear, son vistas como la principal amenaza para el país luego del catastrófico terremoto y tusnami que azotaron el viernes a Japón.
El gobierno japonés indicó que la radiación que emana de la planta parece haber disminuido tras la explosión del sábado, que produjo una nube de humo blanco que ocultó el conjunto de edificios.
Sin embargo, el peligro era lo suficientemente grave y eso llevó a las autoridades a bombear agua de mar al interior del reactor para evitar un desastre. También se procedió a evacuar a 170.000 personas del área.
La Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial informó una emergencia en otra unidad de reactor, se trata de la tercera en la planta que tiene problemas en su sistema de enfriamiento.
Para tratar de reducir la presión del reactor sobrecalentado, las autoridades liberaron un vapor que posiblemente contenía cantidades pequeñas de radiación, informó el gobierno.
Japón batallaba con la amenaza de los reactores en momentos en que intenta determinar el alcance de los daños del terremoto, el más poderoso desde que se comenzaron a tomar registros de los mismos en el país, así como del tsunami que azotó el noreste del archipiélago con enorme velocidad y potencia.
En amplias zonas del norte las autoridades buscaban a miles de desaparecidos.
El número confirmado de muertes a causa del sismo y el tsunami del viernes era 686, las autoridades informaron que podría superar los 1.000. La devastación se extendió a lo largo de centenares de kilómetros de costa, y los equipos de rescate buscaban a sobrevivientes mientras que miles de víctimas hambrientas se encontraban en centros de emergencia sin electricidad ni comunicación con los equipos de rescate.
Por lo menos un millón de viviendas no cuentan con servicio de agua desde que ocurrió el sismo. Amplias zonas del país también están inundadas a consecuencia del tsunami y estaban aisladas.
La cuantía de la destrucción no es conocida por las autoridades, pero hubo indicios de que el número de muertos podría dispararse. Un informe indicó que cuatro trenes desaparecieron el viernes y siguen sin ser localizados. Otros señalaban que 9.500 personas en una aldea costera no han sido contabilizadas y que por lo menos 200 cadáveres han surgido en otros puntos de la costa.
“Nuestros cálculos basados solamente en los casos denunciados sugieren que 1.000 personas habrían muerto en el desastre”, dijo jefe del Gabinete Yukio Edano. “Desgraciadamente, el daño real podría superar con mucho esa cifra considerando las dificultades para valorar la plena totalidad de los daños”.
El gobierno informó que 642 personas están desaparecidas y hay 1.426 heridos.
La explosión en la planta nuclear Fukushima Dai-ichi, a 274 kilómetros de Tokio, parecía ser la consecuencia de las medidas tomadas para evitar una fusión nuclear después de que el terremoto y el tsunami dejaran sin electricidad a la planta, lo que descompuso el sistema para enfriar sus rodillos.
La explosión destruyó parte del edificio en el que está situado el reactor, pero no la cubierta de acero inoxidable de 15 centímetros de espesor que lo envuelve.
Dentro de esa caja sobrecalentada de acero, se comenzó a bombear agua encima de los rodillos de combustible nuclear para enfriarlos y éstos generaron hidrógeno.
Cuando los trabajadores de la planta liberaron algo de ese gas de hidrógeno para aliviar la presión al interior del reactor, el hidrógeno al parecer reaccionó al entrar en contacto con el oxígeno, ya sea en el aire o en el agua que se empleó para enfriar los rodillos y eso generó la explosión.
“Trabajan desesperadamente para hallar una solución en el enfriamiento de la parte central”, dijo Mark Hibbs, un funcionario de alto nivel del Programa de Política Nucler para la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.
Funcionarios de la agencia nuclear japonesa indicaron que también se estaba inyectando agua de mar a la parte central del reactor, un indicio, según dijo Hibbs “de qué tan grave es el problema y de cómo Japón tuvo que acudir a soluciones inusuales e improvisadas para enfriar la parte central del reactor”.
Edano dijo que la radiación se redujo cerca de la planta tras la explosión, pero no explicó el motivo.
En tanto, el Organismo Internacional de Energía Atómica informó que habían sido evacuadas 170.000 personas de la zona cercana a la planta Fukushima Dai-ichi.
El organismo, con sede en Viena, dijo que la gente recibió la orden de retirarse de un radio de 20 kilómetros (12 millas) alrededor de la planta.
El aumento en la radiación puede incrementar el riesgo de cáncer y las autoridades planeaban distribuir yodo para proteger a la población del cáncer de tiroides.
El primer ministro Naoto Kan informó que 50.000 militares serán incorporados a las labores de rescate y recuperación.
Al menos 215.000 personas recibían atención en 1.350 albergues temporales en cinco prefecturas, informó la agencia nacional de policía.
Más de 125 réplicas se han producido desde el sismo principal, y muchas con una magnitud superior a 6,0.
El terremoto del viernes fue considerado el quinto más fuerte en el mundo desde 1900.
Sobre el monto general de los daños, el banco global de inversiones Jefferies International Limited calcula que las pérdidas totales se aproximarían a los 10.000 millones de dólares.
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