El veto de EU en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a la petición del Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas (MA) para que ese organismo internacional declarara unilateralmente la creación de un estado Palestino autónomo, era un evento previsto. La demanda palestina al Consejo de Seguridad coloca a los palestinos en la ruta de la confrontación con Israel. La decisión de MA de acudir a la ONU para que los palestinos sean reconocidos como un estado miembro, con plenos derechos y obligaciones está prohibida expresamente en los Acuerdos de Paz de Oslo.
MA tenía la alternativa de solicitar a la Asamblea General de las Naciones Unidas el status de observador no miembro, sin derecho a voto, y hubiese sido factible que la mayoría de los países miembros votaran a su favor. MA no se detuvo ante las advertencias de algunos parlamentarios de EUA en relación a que el Congreso de esa nación podría retirar el apoyo económico de 500 millones de dólares anuales que otorga a los palestinos, quizá suponiendo que los recursos podrían substituirse con ayuda de Arabia Saudita. En este ámbito, cabe recordar que el movimiento terrorista Hamas que gobierna a los palestinos de Gaza (alrededor de 1.5 millones), no estuvo de acuerdo en la declaración unilateral del estado Palestino por que hubiera tenido que renunciar a la violencia terrorista y reconocer a Israel.
Desde su ascenso a la presidencia de la ANP en el 2004, MA, había descartado la violencia con Israel, como si lo había hecho su predecesor, Yasser Arafat, privilegiando la negociación; ello a pesar de MA en su interior es un antisemita consumado; en su tesis doctoral definió al Holocausto como “Una fantasía sionista, una fantástica mentira”, expresiones similares a las que usa el dictador de Irán. Es posible que el largo estancamiento de las negociaciones entre palestinos e Israelíes, junto con las simpatías que generan los palestinos en los países donde se han llevado las revueltas sociales de la denominada primavera árabe, hayan alentado a MA a acudir a las Naciones Unidas. Por lo demás, parece ser que recurrir a las Naciones Unidas representó un instrumento para presionar al Presidente Obama para que cumpla con la promesa que hiciera en el Cairo en junio del 2009 para impulsar la creación de un Estado Palestino.
En este contexto, el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu, ha consignado que la negociación es el camino para la creación de un Estado Palestino; de aquí que la estrategia seguida MA hará más duras las negociaciones usando se reanuden.
Cabe destacar, que en el presente Israel no sólo confronta a los palestinos, también experimenta la degradación de sus relaciones diplomáticas con sus dos principales aliados en el Medio Oriente: Egipto y Turquía. En este sentido, el nuevo régimen de Egipto, presionado por diferentes grupos políticos, empero, sobre todo, por la Hermandad Musulmana, expresó a través de su primer ministro, Essam Sharaf el 15 de septiembre pasado, que el Tratado de Paz existente con Israel desde 1979 “no es sagrado, ni invariable”. La Hermandad Musulmana pretende crear un Califato en Egipto que anularía las aspiraciones políticas de los manifestantes que salieron a las calles en ese país; el gobierno egipcio ha mostrado incapacidad para satisfacer las reivindicaciones sociales de la población; que predominaron en el reciente ataque popular a la embajada de Israel en el Cairo. Si Egipto optara por modificar el Acuerdo podría crearse una mayor inestabilidad en la región; sin embargo, es probable que Egipto no heche abajo” el Acuerdo porque pondría en riesgo los 1,500 millones de dólares anuales de ayuda económica que le proporciona EU.
Por otra parte, el primer ministro turco, Erdogan, ha tomado ventaja de la revuelta árabe para disputarle a Irán el liderazgo de la región del Medio Oriente. También utiliza a Israel para este propósito y por ello ha degradado sus relaciones con el mismo a nivel mínimo, e incluso, ha repatriado a su embajador en Israel. Erogan “está acelerando su política de neotomanismo para competir con Irán por el dominio del Medio Oriente”. También Erdogan muestra disgusto por el bloqueo israelí a Gaza, sobre todo por el informe de las Naciones Unidas sobre el mismo que lo considera legal. Erdogan justifica la creación de un Estado Palestino como una obligación de las Naciones Unidas.
El aislamiento internacional que experimenta Israel; y el reinicio de los ataques terroristas en su territorio, constituyen una mecha que podría hacer volar el polvorín del Medio Oriente. Igualmente los ánimos se han caldeado en los “territorios en disputa” con los palestinos en donde viven 500,000 colonos israelíes, quienes han recibido ya materiales antidisturbios que podrían derivar en una nueva Intifada.
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