Tiro al aire:Por estas calles, en estos días/ Identidad Judía

 

SHULAMIT BEIGEL/TEL AVIV

Identidad Judía

No sé qué respuesta daría un niño en México si se le inquiriera acerca de su identidad judía. Pero, si se le pregunta a un niño israelí ¿cuándo enciende tu madre las velas?, éste seguramente responderá: “cuando se corta la luz”.

Yamim Noraim

(Días Terribles)

Son en verdad terribles estos días de Tishrey. Imagínense que seremos juzgados, no en función de los bienes que tenemos sino en función de lo que hicimos y somos. Y precisamente porque conocemos a nuestro Juez, sabemos que con Él no hay juego que valga.

Por eso, por unos días, debemos recapacitar acerca de qué es más importante,  abrir un Jeshbon Bank (cuenta de banco) o abrir un jeshbon nefesh (cuenta con uno mismo), y  seguramente algunos responderán que depende de cuánto, donde y para qué.

Incógnita

Pregunta de un lector confundido: ¿Quién es realmente el Mesías, el de la barba o el otro, el joven? Esta semana se develará su incógnita.

 

Yom Ha’Dín

(Día del juicio)

Usted recibe un sobre aparentemente inocente. Como no es juez, ni policía, ni político, y ni siquiera ex Presidente de la República, lo abre sin mayores temores. Entonces sus ojos recorren el inesperado contenido de una bellísima tarjeta , cariñosamente dirigida a su persona: “Tenemos el agrado de desearle un Shaná Tová y Gmar Jatimá Tová para el próximo año 5772, siempre y cuando pague y cancele la cuenta que nos adeuda”.

¿Visa o fe?

Parece mentira pero una deuda es, de alguna manera, una cuestión metafísica. Yo no lo sabía hasta que un día conocí a David Cohen, un pintoresco personaje que pertenece a una secta ultra religiosa en Jerusalén, y me contó que él se declaraba apasionado admirador de Nietzsche.

David vive en la más absoluta frugalidad, no tanto por falta de medios como por exceso de principios. Su explicación es la siguiente: “Como judío observante, tengo ya demasiadas deudas en este mundo: con el Todopoderoso, con mi familia, con mis semejantes, con los necesitados, etc. Entenderá usted, Shulamit, porque no cargo chequera o tarjeta de crédito. No quiero bajo ninguna circunstancia tentarme de contraer deudas que además de abrumarme en este mundo, me acompañen eternamente en el paraíso”.

Ahora que ustedes ya saben quién es David Cohen, sepan que el uso de sus tarjetas de crédito, aparte de afectar sus bolsillos, pone en peligro la inmortalidad del alma.

EL sorteo semanal del Loto

La lotería en Israel se llama Mif’al HaPais en hebreo, y fue establecida en Tel Aviv en 1951 por el entonces alcalde Israel Rokach, como una organización de juego para el establecimiento de un hospital. En un comienzo las ganancias fueron utilizadas únicamente para proyectos de salud, pero con los años el Loto se convirtió en lo que hoy es la lotería nacional, con muchos tipos de juegos.

Les cuento todo esto porque esta semana recibí de una amiga que viajó a México, un DVD con una película llamada “María de mi corazón”, que me hizo recordar una situación muy cómica.

El sorteo semanal del Loto como yo lo recuerdo, se llevaba a cabo todos los martes en la sala del edificio de la Lotería, que también funcionaba como la cinemateca de Tel Aviv en aquel entonces. Se abría el telón, y sobre el escenario aparecían tres viejecitos acompañados de una enorme caja fuerte y una extraña máquina con números.

Pues sucedió que una vez, hace mucho tiempo, concretamente en julio de 1988, estaba por inaugurarse en esa misma sala el Mes del Cine Mexicano en Israel. El acto estaba organizado por la Liga de Amistad Israel – México, con el auspicio del entonces embajador mexicano Rogelio Martínez Aguilar, y la presencia de varios diplomáticos latinoamericanos.

Una vez concluido el coctel y las salutaciones de rigor, el público (yo entre ellos), se acomodó en las butacas para disponerse a ver la laureada película “María de mi corazón”, del Director Jaime Humberto Hermosillo. Pero de repente y como todos los martes, se abrió el telón y sobre el escenario aparecieron tres viejitos acompañados de la mencionada enorme caja fuerte y la extraña máquina. Parecía como si fuese una genial estratagema felinesca del director Hermosillo. Pero no. Estos viejitos no eran parte de la película.

El Director de la cinemateca trató con sonrisas diplomáticas y demás, de convencer a los tres abanderados del azar, para que apuraran su importante rito y se fueran. Pero sus gestiones no tuvieron éxito, y a los resignados asistentes diplomáticos y otros, no les quedó otro remedio, como a mí, que presenciar el sorteo semanal del Loto, en el marco inaugural del mes de cine mexicano en Israel.

No sé hasta hoy qué fue más chistoso: lo absurdo y patético de semejante sorteo en presencia de embajadores y diplomáticos, o María (Carmen Rojo), la heroína de la película, una mujer vital y extremadamente normal, que era recluida de por vida en un manicomio, al que casualmente había llegado para hacer un simple llamado telefónico. Nunca me imaginé que una situación tan irracional podría de repente resultarme tan posible y real.  Así es a veces la vida.

Dejar de tener vergüenza

Resulta realmente difícil saber por qué extraña razón muchos políticos israelíes logran mantener incólumes sus sonrisas y sus cargos después de que el balance de muchas compañías gubernamentales señalan un déficit de muchos millones de dólares. Posiblemente estos políticos neutralizan sus cargos de conciencia pensando que otros Ministros consiguen también conciliar el sueño a pesar de la situación, y otros más siguen siendo Ministros en circunstancias en que el sistema hospitalario, por ejemplo, está al borde del infarto. La otra posibilidad es que todos estos Ministros y políticos están igual que ese señor que soñaba todas las noches que de repente se quedaba desnudo en medio de un cine repleto, y entonces decide finalmente ir al psiquiatra. A la tercera semana de tratamiento, el paciente anuncia entusiasmado que ha superado el problema. “¿Ya no sueña que se queda desnudo en medio del cine?”, le pregunta sorprendido el psiquiatra. “Sí, claro que sueño que me quedo desnudo, pero ya dejé de tener vergüenza”.

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Shulamit Beigel: Llegué de Israel a México a la edad de siete años. La primaria y la secundaria las hice en el Colegio Hebreo “Tarbut”. Mis recuerdos de aquella época son excelentes. Mi primer trabajo como periodista, lo hice recortando periódicos en la Embajada de Israel, en el departamento de prensa, a cargo en aquel entonces, de Sergio Nudelstejer. La prepa, fue en la Escuela de la Ciudad de México, en Campos Elíseos, que me permitió conocer otra gente y otros aspectos de la vida mexicana. Estudié y me gradué en antropología y en letras, en la universidad de las Américas, en Cholula. La maestría, en Antropología, fue en la UNAM. Antes de incursionar a la universidad viví en Teloloapan, Guerrero, haciendo trabajo de comunidad y siendo jefa de organización campesina para varias instituciones gubernamentales. Viví varios años en Israel. En esa época, los ochentas, fui productora de Ariel Roffe y Erika Vexler para Televisa desde Medio Oriente. Tuve una columna que se llamaba “Burbujas” en el periódico israelí en español Aurora, otra, “Al Margen” en la revista Semana, que ya no existe. Viví cuatro años en Caracas, cuando mi ex esposo fue sheliaj del KKL. Actualmente vivo entre Londres y Venezuela, he dejado de creer en la política y mi pasión es la literatura, el cine y la música. Confieso que ya no tengo grandes respuestas ante la vida, pero que soy muy feliz.