ELENA ACHAR
14 de octubre 2011- Andrés Manuel López Obrador ha cambiado estratégicamente la forma y el fondo de sus mensajes.El cambio radica, primero, en sus las palabras: mucho más moderadas, articuladas e incluso más académicas. En segundo término, el lugar o los espacios en los que emitía su mensaje: ya no espacios abiertos con miles de espectadores, sino campañas en espacios cerrados y patios interiores. Tercero, el lenguaje no verbal: tras mostrarse como un líder fanático, irritado, resentido, despojado, ahora se maneja con mucha mayor templanza y emite la imagen de un líder responsable, serio y templado. Cuarto, el contenido del mensaje: atacar constantemente a los “ricos” como victimarios de los “pobres” ha cesado de polarizar a las masas.
El cambio de Andrés Manuel es estratégico y electoral; se da luego de conocer las encuestas que indicaban la alza de Marcelo Ebrard. AMLO ha entendido que lo radical espanta al votante indeciso y que debe de reorientar su estrategia, para ampliar su espectro entre la población votante y posicionarse en una audiencia estratégica, que es la que va a definir la elección.
AMLO ha estudiado el sendero por el que el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, perdió las elecciones, pues se mostró como una líder radical confrontativo, enemigo del sector empresarial y peligroso para la estabilidad económica. En 2002, Lula, en contraste con la imagen manifestada en las tres elecciones anteriores, se presentó con una nueva imagen suave, realista y utópica a la vez: como un político conocedor de la realidad brasileña y moderado en cuento a su capacidad de negociación con todos los sectores. Esto dotó de mayor certeza a la clase media brasileña- y más tarde al sector empresarial.
En el proceso electoral del 2006, la clase media que iba a votar por AMLO le retiró su voto al observar un AMLO confrontativo, intransigente y radical. Los medios de comunicación y sus opositores habían posicionado al Peje como un peligroso “antisistema”, un acólito de Hugo Chávez que iba a tirar por la borda el excepcional crecimiento económico de México.
La visita de López Obrador a Monterrey, para hablar con empresarios desató la propagación de su mensaje: AMLO va de la mano con el sector empresarial.La imagen del AMLO que no viajaba más allá de las sierras mexicanas se sacudió con su visita a Washington y, más tarde, al Instituto Ortega y Gasset en España. AMLO es ahora “académico”, “conciliador” y “conocedor de las experiencias de otros países”.
Ante el desencanto del Gobierno panista, AMLO quiere ganar a los panistas desilusionados y al votante indeciso anti PRI. Su estrategia consiste en polarizar la elección entre él y Enrique Peña Nieto.
López Obrador no necesita llegar al primer lugar de las encuestas para ganar la Presidencia. Con ubicarse en segundo sitio a finales de mayo, puede ser el triunfador. Fue lo mismo que hizo Lula luego de tres elecciones fallidas: no por nada AMLO dijo “Si gano en el 2012, seré mejor gobernante que Lula”.
Elena Achar es maestra en Ciencias Políticas por la Universidad de Salamanca y actualmente funge como Consultora Política en el Área de Asuntos Públicos de Llorente y Cuenca.
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