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IRVING GATELL EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO
Hemos escuchado seguido el término”Fronteras de 1967″. ¿Existen?
¿Son “verdad” o “mentira”?
Mentira.
Se trata de una grotesca mentira repetida hasta el cansancio por la propaganda árabe, y solapada por la prensa que no tiene demasiado interés en decir las cosas como son, especialmente si está de por medio el Estado de Israel.
Pero la realidad histórica, documentada y corroborable, si tan sólo se tiene un poco de disposición, es que no existe nada semejante a las “fronteras de 1967”, cuya aceptación es exigida por los palestinos como pre-condición para regresar a la mesa de negociaciones.
Veamos los hechos históricos:
- El 29 de noviembre de 1947, la ONU emitió su resolución 181, y en ella se registró el acuerdo de ponerle fin al Mandato Británico en Palestina, y la consecuente creación de dos estados: uno judío y otro árabe.
- Es de sobra sabido que si este plan nunca pudo aplicarse, fue a causa del abierto rechazo árabe a la resolución de la ONU. El resultado también se conoce: en vez de la creación de dos estados, hubo una guerra durante los años 1948 y 1949, que concluyó con la consolidación del Estado de Israel, y la creación de campos de refugiados árabes en los que se ubicó a los desplazados de guerra.
- Ningún país árabe reconoció el derecho de Israel a existir. Por lo tanto, ningún país árabe reconoció algo semejante a “fronteras” entre Israel y los países colindantes (Líbano, Siria, Trans-Jordania y Egipto).
- En realidad, lo que a partir de ese momento funcionó como “frontera” fue la línea de armisticio. De manera expresa, los acuerdos de alto al fuego firmados entre Israel y Egipto, Jordania y Siria establecieron claramente que la llamada “Línea Verde” de ningún modo representaba una frontera política o territorial.
- La única excepción fue el acuerdo con Líbano, en donde no hubo ninguna claúsula explícita que rechazara la línea de armisticio como una frontera. Tomando en cuenta que ésta respetó el trazado del Plan de Partición de 1947, fue asumida por Israel y Líbano como una frontera de facto.
- La resolución 194 de la ONU, emitida a consecuencia de la Primera Guerra Árabe Israelí, tampoco planteó ninguna especificación respecto a fronteras.
La realidad histórica, objetiva y documentable es que la única separación de territorio que pudo tener el estatus de “frontera” fue la del Plan de Partición de 1947. Lo que existió después, fue una línea de armisticio.
El trazado volvió a cambiar en 1967, después de la Guerra de los Seis Días, cuando el Ejército de Defensa de Israel (Tzahal, por sus siglas en hebreo) derrotó a los ejércitos árabes, y pasó a tomar el control de la zona de Cisjordania (anteriormente, bajo control jordano), Gaza (bajo control egipcio) y los Altos del Golán (territorio sirio).
Esta vez, la ONU emitió la resolución 242, cuyo lenguaje ambiguo sigue siendo motivo de interpretaciones encontradas, pero que en definitiva no habla de “fronteras” reconocidas. Es algo lógico: hasta ese punto, la totalidad de los países árabes seguían rehusándose a reconocer a Israel como un Estado con derecho a existir, por lo que carecía de cualquier sentido hablar de fronteras reconocidas y legales.
El texto, simplemente, dice que cada Estado tiene “derecho a vivir en paz en el interior de fronteras reconocidas y seguras”.
Al mencionar “fronteras reconocidas”, se da por sentado que quedó pendiente una negociación de la cual surgieran criterios y consensos internacionales -empezando, naturalmente, por los países involucrados en el conflicto- para establecer fronteras legalmente válidas.
En consecuencia, todo el territorio involucrado en el conflicto, pasó a ser un “territorio en litigio”, toda vez que nunca existieron fronteras reconocidas.
La actual pretensión de los palestinos para que se regrese a las “fronteras de 1967” (en realidad, línea de armisticio vigente entre 1949 y 1967), es -potencialmente- dinamita pura para la obtención de un tratado de paz permanente y definitivo con Israel, porque toma como referencia fundamental un trazado que, originalmente, ni Israel ni sus enemigos reconocieron como frontera.
Más aún: resulta impráctico ante la realidad que se vive en el terreno. Se trata, a fin de cuentas, de un criterio totalmente anacrónico, porque -guste o no- la realidad demográfica cambió por completo desde 1967 a la fecha.
La época en la que los palestinos tenían que haber aceptado las pseudo-fronteras de 1967, fue entre 1949 y antes del inicio de la Guerra de los Seis Días. Pero no lo hicieron. Lo que hicieron, y continuaron haciendo aún después de 1967, fue rechazar el derecho de Israel a existir y, por lo tanto, el reconocimiento de cualquier frontera.
Pero, al respecto, hay mucho que decir, y lo haremos en nuestra siguiente nota. Por el momento, baste con anticipar un dato que vuelve inverosímil el planteamiento del párrafo anterior: los palestinos no tuvieron modo de aceptar la línea de armisticio vigente entre 1949 y 1967 como “frontera” por una simple razón. Molesta, muy molesta. Políticamente, incorrecta. Pero perfectamente verificable para cualquier investigador de historia.
Entre 1949 y 1967 (y, por lo tanto, durante los siglos anteriores) no existía un pueblo llamado “palestino”.
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