GUIDO MAISULS
La guerra es la peor de las tragedias que nos pueden ocurrir a los seres humanos, es la forma más errónea que disponemos los hombres para demostrar nuestra imperfección, es nuestra reiterada incapacidad de resolver nuestras diferencias por otros medios mucho más racionales y lógicos, mucho más humanos. El logro más elevado al que podemos aspirar, es llegar algún día a comprender y a concretar esta lúcida y profunda conclusión del cineasta, Ari Folman: “La guerra es terriblemente inútil”
Estamos ya ante una verdadera amenaza de alcance planetario, ante un autentico eje de malas intenciones y de malos presagios para el futuro de toda la humanidad: Irán se ha convertido en un trágico fenómeno que desde la revolución islámica (1978-1979) Occidente aún no termina de entender. Irán ha logrado dar un paso decisivo hacia adelante, ya ha obtenido el conocimiento, la tecnología y los recursos para crear una bomba nuclear en cuestión de meses, según el reporte de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Irán está liderando una amenaza contra el Estado de Israel, el mundo occidental, los cristianos (de occidente y del mundo), los judíos (de Israel y la Diáspora), los budistas (de Bali, Tailandia, etc.), los hindúes (de Cachemira e India), los musulmanes herejes (véase la tragedia cotidiana en medio oriente), los drusos, “los ateos” (humanistas y laicos); los musulmanes que no aceptan la Yihad y las mujeres emancipadas del mundo.
Manifestó Ahmadinejad ante más de 4,000 estudiantes durante una conferencia llamada “Un mundo sin sionismo”:” Israel debe ser borrado del mapa”, “todo el que reconozca a Israel arderá en el fuego de la furia de la nación islámica; cualquier líder islámico que reconozca al régimen sionista reconocerá la rendición y la derrota del mundo islámico”.
“Si Dios quiere, seremos testigos de un mundo sin Estados Unidos y sin la entidad sionista”
El timorato mundo occidental y sus inservibles organismos internaciones continúan perdidos en el intrincado laberinto del apaciguamiento, no son capaces de percibir que únicamente la disuasión puede poner en vereda al Islam Nuclear, siguen insistiendo en antiguos errores y por ahora no supieron aprender de las dolorosas lecciones de la Historia.
El tremendo genocidio cometido por Rusia ha exterminado alrededor de 100.000 chechenos, uno de cada diez civiles, ante la permisividad y apatía del mundo occidental que se dicen defensores de la paz y de los derechos humanos, no tienen ningún reproche hacia los herederos del KGB, hacia los Vladimir Putin y sucesores, que ejecutaron en Chechenia uno de los mayores genocidios de los últimos tiempos, mirando hacia otro lado y recibiéndolos con gran pompa en las cumbres internacionales.
En la región de Darfur, al oeste de Sudán, el presidente Omar al Bashir y sus secuaces han perpetrado un espantoso genocidio, ante la indiferencia generalizada de la opinión pública y los lideres de Occidente y la habitual y previsible impotencia de la ONU. En el último dato oficial del 2007 se considera que el número de muertes por el conflicto se aproxima a los 750.000 fallecidos por el hambre y la masacre. Las víctimas del genocidio (negros y pobres) han pasado simplemente al anónimo y silencioso rincón universal del olvido.
Los líderes y los detentadores del poder económico y militar mundial no hacen nada para evitar el próximo genocidio nuclear que al igual que Hiroshima y Nagasaki amenaza repetirse pero esta vez multiplicado en poder y destrucción. Sus líderes solo parlotean y desvían las posibles acciones hacia imposibles e hipócritas intentos de negociaciones con psicópatas criminales como Ahmanideyiad y sus secuaces.
“Ellos podrían lograr en cuestión de segundos lo que hizo Hitler, y matar a seis millones de judíos, literalmente” “hay relojes marchando. Uno de estos relojes es el reloj del enriquecimiento de uranio, que muestran que en una fecha determinada, los iraníes tendrán suficiente uranio altamente enriquecido para crear una bomba que podría literalmente borrar a Israel del mapa en cuestión de segundos”. Embajador de Israel en los EE.UU., Michael Oren.
Ante la persistencia de una mitificación de la verdadera realidad de este conflicto casi eterno en la que se ve permanentemente afectada la seguridad de nuestra querida Israel, los zionófobos aportan supuestas pautas y pareceres que deslegitiman los derechos elementales y básicos de Israel a defenderse de los espurios intereses del fundamentalismo islámico y de los zionófobos de siempre que solo intentan destruir esta realización histórica que es la existencia y continuidad de nuestro hogar nacional en esta tierra donde nuestros antepasados forjaron nuestra cultura e identidad nacional.
En 1947 la O.N.U. voto a favor de la partición de Palestina por dos estados y entonces los países árabes la rechazaron violentamente porque querían y quieren solo una realidad – “una palestina sin judíos” – y la opción de supuesta solución militar fue inventada y sostenida exclusivamente por ellos.
El diabólico uso de las armas para mutilar y aniquilar a otros seres humanos se ve alimentado permanentemente y desde hace mas de cien años por la obstinación fundamentalista de lideres, gobiernos e ideólogos árabes y palestinos; de no tolerar la mera existencia de un estado judío y democrático en la tierra de nuestros antepasados. Han intentado infructuosamente destruirlo y ese ha sido el único obstáculo para la paz y la convivencia pacifica en esta maltratada zona del mundo.
Este estado de Israel al que demonizan, estuvo en sus primeros pasos (1947-1948) a punto de ser eliminado totalmente y su población judía a ser masacrada y/o echada al mar Mediterráneo, como una mera continuación del holocausto nazi. Se arrojaron sobre el flamante Israel, varios y poderosos ejércitos de los países árabes vecinos (incitados por el decadente imperio británico) con la expresa e incondicional colaboración de los “victimizadas” palestinos de aquel momento. No deseo decepcionar a sus detractores pues si esto hubiera ocurrido realmente, no tendrían a quien echarle casi todas las culpas de los males del mundo de hoy.
Podemos tener más o menos idea de cómo viven los palestinos hoy pero sus dirigentes y mentores son los únicos responsables pues no tuvieron la mas mínima y lógica voluntad de trabajar para mejorar su calidad de vida, solo les interesaron las grandes y copiosas donaciones internacionales para engrosar sus cuentas bancarias en Suiza y comprar los explosivos y las armas más letales posible que serán utilizadas luego sobre los inocentes ciudadanos israelíes.
Se empeñaron en crear más y más terror, en fabricar bombas humanas suicidas y misiles del más largo alcance posible para destruir la innegable y evidente realidad de ese Israel indeseado y negado, siempre trabajaron incansablemente para ser las eternas víctimas y crear con bastante éxito esa espantosa imagen del israelí cruel y sanguinario en la opinión internacional.
Israel – ingenuamente – se retira de Gaza dejando abierta una gran oportunidad y creando un verdadero desafío para que sus habitantes palestinos logren salir de esa ciénaga en la que se auto sumergen. Hoy ya no hay ocupación israelí, no hay asentamientos israelíes, no hay un solo judío en toda la Franja. Y – ¿qué hacen los palestinos? – lanzar misiles que matan y mutilan a inocentes civiles.
Pudo más la opción del terror, pudo mas someter a Sderot, Ashkelon y todo el Neguev occidental a un fusilamiento letal y despiadado de sus pobladores, e increíblemente ante esta terrible realidad, ” Israel es acusada de alimentar el odio y el genocidio”.
Este estado injustamente demonizado tiene una cualidad extraordinaria que desgraciadamente hoy no la poseen la mayoría de los países de la región y es precisamente la elección de vivir en un sistema de completa democracia: esa creación humana e imperfecta que nos permite a los ciudadanos poder desarrollar nuestros talentos en una forma completamente libre, permitiendo y potenciando la auto reflexión, la auto crítica, la capacidad de disenso y el pluralismo de ideas y sentimientos.
Felizmente hoy el ideal de paz y justicia de los israelíes goza de muy buena salud y se encuentra en su lugar habitual, siempre fue y será un atributo de nuestro pueblo y este conflicto se solucionaría mucho más rápido si también fuera el preferido de los Arafat, de los Hezbollah y de los Hamas.
La única y natural solución a este interminable conflicto es promover como objetivo estratégico y primordial la obtención de una paz genuina con todos nuestros países vecinos árabes, “Paz por Paz”, como voluntad recíproca de convivir armónica y pacíficamente, sin mentiras ni mascaradas. “Paz por Paz”, no paz por territorios, no paz por dinero, no paz por terror, no paz por balas, no paz por hipocresías, simple y genuinamente Paz.
Es mi ferviente deseo de que la solución de este conflicto termine devorando al terror, a la intolerancia, a la irracionalidad, al odio gratuito y a la incomprensión entre los pueblos.
“…Con sus espadas forjarán arados
y con sus lanzas podaderas.
No levantará la espada una nación contra otra
ni se adiestrarán más para la guerra”.
(Isaías 2, 4)
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