La larga historia del antisemitismo de los polacos

PETER KATZ

Los judíos llegaron a tierras polacas durante los siglos XIV y XV, procedentes de tierras alemanas, Cracovia y Kazimiersz, invitados por nobles polacos feudales, para cobrar las rentas y exigirles a los siervos otros pagos adicionales, no especificados.

Con eso los judíos se hicieron odiar inmediatamente por los polacos. Para estas fechas, Polonia ya estaba mayormente convertida al catolicismo. Los curas se erigieron en defensores de los campesinos y estos tomaron partido contra los judíos. La iglesia agregó sus propios prejuicios.

Por la creciente prosperidad del país, llegaron más judíos quienes se ocupaban de un gran número de profesiones. Había sobretodo artesanos, sastres, carpinteros, y hasta diseñadores de moda muy famosos. Había dueñas de cantinas y posadas para los viajeros.

Algunos judíos se metieron en el negocio de tala de árboles, en los extensos bosques que había en el país, que luego eran acerados y enviados a los centros de consumo utilizando los ríos.

El territorio polaco fue dividido varias veces entre los países vecinos; Rusia, Lituania, Alemania y Austria, hasta que después de la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), la Conferencia de Versalles le rindió su independencia y se formó la Rzeczpospolita Polska, República de Polonia, se restauró el Parlamento Sejm, la libertad de expresión y las garantías políticas para las minorías.
Había tres y medio millones de judíos en los territorios que formaron la Nueva Polonia, al inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945). La mayor Comunidad Judía en Europa.

El antisemitismo y los sentimientos contra los judíos, fomentado por los nacionalistas narodniki nunca cesaron. Los de la Iglesia Católica iban en aumento. Es decir, por más que los judíos, ya educados, graduados en universidades locales y extranjeras, hacían esfuerzos para trabajar y crecer con el país, los polacos seguían teniéndolos en el mismo concepto de cobradores de renta al servicio de los Señores Feudales.

A partir de 1918, se formó el Ejército Polaco, en el que hacían su servicio militar jóvenes judíos, a la cabeza del cual estuvo el Mariscal Pilzutski.

En el Parlamento, Sejm, había 16 diputados judíos. Un grupo de educadores había construido para 1925, un sistema educativo laico en yidish, al que acudían el 40% de la población estudiantil judía. Se fundaron centros de documentación históricos, que trataban de conservar y construir la historia de estas comunidades, desde su llegada en los siglos XIV y XV.

El país tenía la mayor producción de libros de texto en Europa: novelas, libros de historia y libros de rezo que se exportaban a los países en los que había comunidades judías.

En Polonia fue el nacimiento y el florecimiento del teatro judío. También este género artístico se exportaba por medio de visitas que hacían las compañías de teatro de Varsovia y de Vilna.

Después de la liberación del país que estuvo ocupado 6 años por los alemanes, después del Holocausto que tanto dolor produjo, después de haber tenido que soportar la no aceptación de judíos en el grupo principal de la resistencia polaca, que en sí era una actitud injustificada y discriminatoria, en plena guerra contra el invasor alemán, tuvimos que presenciar los incidentes antisemitas en Kielce y en otra población cercana en las que los polacos que ocuparon ilegalmente las viviendas de las que los judíos fueron despojados por los alemanes, que los llevaron a los Campos de Concentración. Los polacos no solamente se apoderaron de los espacios que antes eran de judíos, sino que también se hicieron de sus contenidos. Seis judíos polacos fueron ejecutados después de la liberación de Polonia. Después de que había terminado la matanza en Europa.

Después de la guerra, después de la liberación de los Campos de Concentración, y del regreso de los judíos que encontraron asilo en la Unión Soviética, pocos se quedaron en Polonia. Nunca hubo más de seis mil judíos, la mayoría de ellos personas de la tercera edad que dependían de una pensión que les pagaba el gobierno. La mayoría emigró a Israel.

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Peter Katz: Peter Katz nació en Viena en 1930, por lo que presenció los terribles horrores del Holocausto. Después de sobrevivir a la Shoá se trasladó a México, donde continuó con sus estudios. Actualmente es Presidente de la Unión de Sobrevivientes del Holocausto y miembro activo de APEIM. Entre las múltiples publicaciones que rodean a Peter, están las de Enlace Judío, donde trata temas históricos, económicos, políticos y culturales que rodearon al Holocausto.