ELPAÍS
¿Qué pasó realmente el 14 de mayo pasado en el hotel Sofitel de Nueva York? El periodista estadounidense Edward Jay Epstein, autor de una docena de libros, ha tenido acceso a las cintas grabadas por las cámaras de seguridad del hotel y a las llamadas telefónicas reunidas en el informe policial y ha reconstruido minuto a minuto aquella jornada que acabó con el entonces director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, en una prisión de Nueva York, acusado de violación a una camarera guineana, Nafissatou Diallo, de 32 años.
El relato de Epstein, publicado en The New York Review of Books, abre numerosas zonas de sombra que parecen alimentar la idea de que DSK pudo sufrir una trampa, o quizá un complot político, como ha sugerido el propio exdirigente del Partido Socialista francés, que en aquel momento era el máximo favorito en los sondeos para las presidenciales de mayo de 2012.
Según el reportaje, el móvil del FMI, la famosa Blackberry que aparentemente DSK olvidó en el hotel, había sido “pirateado”, y un mail del político francés apareció aquella mañana en la sede de la UMP, el partido de Nicolas Sarkozy, su teórico gran rival para las elecciones. Además, las cámaras del hotel grabaron a dos empleados del Sofitel “bailando de alegría” durante varios minutos al conocer que la camarera había mantenido una relación sexual con el político. El reportaje afirma además que Diallo entró “numerosas veces” en la habitación 2.820, cercana a la suite de DSK, antes de encontrarse con él.
Aunque acabó siendo liberado sin cargos porque los fiscales dudaron de las acusaciones de Diallo, DSK se ha retirado de la política y vive hoy totalmente alejado de la vida pública.
Inicio de la mañana del 14 de mayo: Dominique Strauss-Kahn descubre que tiene “un serio problema” con uno de sus teléfonos móviles, en concreto el que suele llamar “la Blackberry del FMI”. El aparato, que utiliza para mandar y recibir mensajes personales y profesionales, parece haber sido pirateado. Una amiga de DSK, que trabaja como documentalista en la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Nizolas Sarkozy, le envía un mensaje para prevenirle de que “al menos uno de sus mails privados, recientemente enviado desde la Blackberry a su esposa, Anne Sinclair, había sido leído en las oficinas de la UMP en París”.
10.07 horas: Inquieto, Dominique Strauss-Kahn telefonea a su mujer desde esa misma Blackberry. “Durante la conversación, que dura menos de seis minutos, le dice que tiene un gran problema” e insiste en contactar con Stéphane Fouks, dueño de la agencia Euro RSCG, que dirige la estrategia de comunicación de DSK desde hace cuatro años de cara a las presidenciales. DSK pide a su esposa que le diga a este “amigo” que quiere que un experto examine la Blackberry y el Ipad en cuanto llegue a París, es decir al día siguiente.
12.06-12.07: Nafissatou Diallo, que trabaja desde hace tres años como camarera en el Sofitel, entra en la suite presidencial ocupada por Dominique Strauss-Kahn. Según declara a la policía el exdirector del FMI, sus maletas están ya en la entrada de la habitación. “Normalmente”, anota Epstein, “el personal no entra en una habitación para limpiar si el cliente está todavía en ella”. Para explicar lo que sucede en los siguientes seis o siete minutos, Epstein se remite al informe del fiscal de Nueva York, que evoca una “relación sexual apresurada”.
12.13: Strauss-Kahn telefonea a su hija Camille, con la que tiene una cita para almorzar, y le dice que quizá llegue tarde.
12.26: Nafissatou Diallo entra en la habitación 2.820, situada a unos metros de la de Strauss-Kahn. Según Epstein, ha entrado en ella varias veces a lo largo de la mañana. “¿Había alguien en esa habitación antes y después de su encuentro con DSK? ¿Si es así, qué hacía allí? En todo caso, ¿por qué Diallo negó que había entrado en esa habitación? Interrogado por los abogados de DSK, el grupo Accor del Sofitel, cuyo dueño es amigo de Nicolas Sarkozy, se negó a responder a esas cuestiones.
12.28: Dominique Strauss-Kahn deja el Sofitel en un taxi en dirección al restaurante McCormick & Schmick’s, en la Sexta Avenida. Según las cámaras de seguridad del local, llega media hora más tarde.
12.51: El teléfono de DSK está desconectado y el sistema de geolocalización del aparato desactivado, según confirman los archivos de la compañía Blackberry. Epstein precisa que solo un accidente o un técnico puede poner un teléfono fuera de servicio de esa forma.
12.52: Nafissatou Diallo acude a los servicios de seguridad del hotel.
13.03: John Sheehan, experto en seguridad e identificado en Linkedin como “director de la seguridad en Accor”, recibe una llamada del Sofitel. Según Epstein, va a reforzar el equipo habitual del hotel. El reportaje recuerda que el más alto superior jerárquico de Sheehan es René-Georges Querry, antiguo miembro de la brigada antimafia, que ha trabajado en la policía con Ange Mancini, “coordinador nacional de información del presidente Sarkozy”.
13.33: Brian Yearwood, ingeniero en jefe del Sofitel, y otro hombre cuya identidad no ha sido revelada, se ausentan del grupo reunido en torno a la camarera del hotel. A resguardo de las miradas, se felicitan, chocan las manos y se lanzan a lo que parece “una extraordinaria danza de fiesta que dura tres minutos”. ¿Por qué tal demostración de alegría? Edward Epstein, que ha visionado las cintas, se abtiene de cualquier comentario.
14.05: Dos oficiales de policía llegan al Sofitel.
14.15: Dominique Strauss-Kahn se da cuenta en el taxi que le lleva al aeropuerto de que la Blackberry que quiere hacer analizar en París ha desaparecido. Desde otro móvil, llama al restaurante para verificar si está allí. Negativo. A las 14.28 Camille envía un sms a su padre para decirle que ella no la tiene. A las 15.01, el director del FMI intenta conectar en vano con su Blackberry desde otro móvil. Media hora más tarde, llama al Sofitel para advertir de que quizá haya olvidado el teléfono en la suite 2.806.
15.42: Un empleado del hotel llama a DSK. El hombre habla en presencia de un detective de la policía. Anuncia falsamente a Strauss-Kahn que su teléfono ha aparecido y le propone llevárselo. “Estoy en la terminal de Air France, puerta 4, vuelo 23”, responde este.
16.45: La policía detiene a Dominique Strauss-Kahn en el avión que iba a llevarle a París. La Blackberry nunca aparecerá y las sospechas de piratería del aparato no podrán ser analizadas por los expertos.
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