PETER KATZ
EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO
Probablemente uno de los científicos judíos de fama internacional, menos comprendidos y mas fustigados, en su tiempo. En realidad cualquier ciencia nueva, sobretodo si es revolucionaria, antes desconocida es hostigada, criticada y a veces vituperada.
Sigmund Freud era originario de Moravia, una de las regiones más prosperas del Imperio Austro-Húngaro de la ciudad de Pribor en donde nace en 1856. Llega a Viena para terminar sus estudios de medicina y recibe su doctorado en neurología. Estudia después en París con el famoso Doctor Jean-Martin Charcot, quién fue el precursor de los estudios sobre histeria. Actividad muy adelantada para su época.
Se instala en Viena y es inmediatamente blanco de ataques de otros profesionistas, pero también de hirientes agresiones antisemitas.
Los burgueses de Viena, capital del Imperio Austro- Húngaro se escandalizaban diciendo a los reporteros que los querían oír para después publicarlos: “El doctor Freud no solamente lleva a nuestras mujeres (Weiber) a su cama, sino que también a nuestras hijas”.
El psicoanálisis era algo nuevo y las críticas, tanto en círculos médicos como en la sociedad, eran de esperarse.
Desde luego en el caso de Freud, el hecho de que era judío amplificaba estas burlas. Los comentarios en la prensa eran hirientes, tanto para Sigmund Freud como para la comunidad judía de Viena, a la que pertenecía.
El consultorio en la Berggasse recibía visitas de pacientes, perteneciendo a la política, los espectáculos pero también de la aristocracia austriaca.
Se celebraron varios congresos internacionales de Psicoanálisis, con sedes en varios lugares del centro de Europa, en las que participó Freud, quién muy pronto tuvo adeptos incondicionales y enemigos acérrimos.
Las juntas que se celebraban mostraban abiertamente las diferencias que existían en la aplicación de esta nueva ciencia.
La división de opiniones que la figura de Freud suscita podría resumirse del siguiente modo: por un lado, sus seguidores le consideran un gran científico en el campo de la medicina, que descubrió gran parte del funcionamiento psíquico humano; y por otro, sus críticos lo ven como un filósofo que replanteó la naturaleza humana y ayudó a derribar tabúes, pero cuyas teorías, como ciencia, fallan en un examen riguroso.
En Frankfurt mientras tanto, Sigmund Freud, quién ya era Profesor en la Universidad en Viena, recibió el premio Goethe de gran prestigio. Nunca recibió un premio en Austria.
Sus adeptos incondicionales fueron Adolf Grünbaum, Sándor Ferenczi, Karl Abraham, Ernest Jones, los tres primeros judíos.
El que encabezaba a sus opositores era el Doctor Carl Jung. En los congresos a los que asistían médicos de Europa y de Estados Unidos, las discusiones eran inevitables.
Los periódicos de Viena, publicaban sus reportes en primera plana. El público, antisemita, estaba encantado.
Freud incursionó en el estudio de la histeria, en el inconciente en la herencia patológica de los genes, en la psicoterapia como cura, la interpretación de los sueños, entre muchas otras.
Siendo blanco de constantes ataques de sus colegas y de periodistas sin escrúpulos, Freud que no era religioso, aunque conocía perfectamente los textos de la Tora y del Talmud, que le fueron enseñados por su abuelo en Pribor, se refugiaba con sus correligionarios en la Logia Principal de la Bnei Brith en Viena. Ahí lo escuchaban con respeto y no lo criticaban. Para los judíos sus trabajos son una gloria más, de nuestras aportaciones a la humanidad.
Anna Freud, su hija que también era doctora, era la compañera preferida para largos paseos en los bosques de Viena. Era el ejercicio preferido de Sigmund Freud.
En Marzo de 1938 Austria fue anexada y ocupada por los Alemanes. Con la ayuda de la princesa Marie Bonaparte y del Doctor Ernest Jones quién consiguió una visa para la familia Freud, estos pudieron escapar e inmigrar a Inglaterra, donde pudo reanudar su actividad hasta su muerte en 1939.
Entre sus obras publicadas se encuentran: Las cartas completas de Sigmund Freud a Wilhelm Fliess, La interpretación de los sueños, Tres ensayos para una teoría sexual,
Más allá del principio del placer, que son todavía editadas en por lo menos 14 idiomas.
El nombre de Sigmund Freud esta definitivamente ligado al psicoanálisis, que hoy es una ciencia aceptada y practicada en todos los países del planeta tierra.
Otro erudito, judío alemán, Erick Fromm quién pudo escapar de la Alemania Nazi e instalarse en Nueva York para luego pasar una larga temporada en Cuernavaca, fue uno de sus críticos. Por un largo tiempo hubo “psicoanalistas freudianos” y otros frommianos.
Viena, hasta el Anschluss, fue la capital del psicoanálisis con doctores como Alfred Adler y Víctor Frankl, iniciador de la logoterapia. Este último fue deportado a Teresinstadt, luego a Auschwitz donde sobrevivió, pudiendo trabajar todavía algunos años en su ciudad natal.
En la última entrevista que Freud dio a un periodista ingles antes de morir, contestando una pregunta de ¿Quién era?, dijo: “Naci en Moravia, crecí y trabaje en Austria, me siento ciudadano del mundo, pero soy judío”.
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