Elecciones “inesperadas” en Israel, la antesala de la acción.

NELLY HUSNI SMEKE

Una vez más, Israel enciende una luz parpadeante, de alarma, en el tablero internacional, por las anticipadas elecciones, que el mismo Primer Ministro, Benyamin Netanyahu , convocó, este lunes 7 de mayo, ya que, sin duda alguna, traerán considerables consecuencias, tanto en el plano nacional como en el internacional.

El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, miembro de partido Likud y el líder de la oposición, Shaul Mofaz, miembro del partido Kadima, acordaron la formación de un gobierno de unidad nacional y por ende, la cancelación de elecciones anticipadas; esta situación política marca el inicio de un proyecto a futuro, con tintes belicosos, que probablemente, tiene que ver con la crisis nuclear de Irán.

Esta decisión fue tomada porque el Likud tiene, según diversos sondeos, ya publicados en los periódicos israelíes, bastantes posibilidades de una victoria, pues Netanyhau cuenta tan solo con el 48% de popularidad entre los votantes. El partido cuenta con más de 100 escaños en la Knesset. Fue por decirlo así, la mejor manera de deshacerse de los que le estorbaban, de dar un “golpe de estado” legal y poder gobernar a su antojo.

Las razones dadas para acabar con éste gobierno de coalición, ya “caduco”, como se le catalogó, son, en parte, una justificación y un disfraz de esta estrategia de política interior y exterior para poner orden en relación a Irán y al problema palestino.

Netanyahu esta apresurado por debilitar, controlar, y dominar a un Irán fortalecido, fundamentalista, teocrático, terrorista, antijudío y con fuertes aspiraciones de pertenecer al “club” de los estados nucleares. ¡Que mejor que hacerlo que con la ayuda de un gran colega y colmilludo estratega como Shaul Mofaz!

No hace falta más que analizar un poco de su exitosa trayectoria política-militar y de las duras y eficientes tácticas emprendidas durante la Segunda Intifada y las intermitentes incursiones a la Franja de Gaza (que fueron, ampliamente apoyadas por la opinión pública israelí y criticadas por la comunidad internacional) para darse cuenta de los planes bélicos que traman Natanyahu y Mofaz.

La victoria de Netanyahu representa mucho más de lo estimado, sobre todo para su histórico aliado, Estados Unidos, y para su actual presidente Barack Obama. Este triunfo concedió al líder de la derecha una posición mucho más sólida y contundente ante el presidente americano; sobre todo, en relación a los temas palestinos e iraníes.

Es un hecho que este cambio político interno en Israel afectará las relaciones exteriores y la política internacional de Estados Unidos, sobre todo, influirá decisivamente en las campañas electorales de Obama y Romney.

No podemos dejar en el olvido la tormentosa relación que han tenido, Netanyahu y Obama, respecto a la alarmante situación nuclear de Irán. Washington ha presionado bastante a Israel para no tomar acciones militares unilaterales en contra de las instalaciones de enriquecimiento de uranio iraníes.

Es momento de abrir un poco el panorama y pensar en el: si tan sólo…

Las elecciones presidenciales estadounidenses están cada vez mas cerca, Obama lucha por su reelección, utilizando como arma poderosa, su intensa campaña, “Vamos”, para que la ciudadanía recuerde el colapso financiero heredado por su antecesor Bush y para enaltecer los logros que su administración ha tenido, como, por ejemplo, la eliminación de Osama Bin Laden.

Según varios sondeos y encuestas estadounidenses, Obama se mantiene con un 47 % de popularidad, mientras que Mitt Romney avanzó hasta 45%. Un triunfo republicano representaría una ganancia definitiva en el juego para Netanyahu, pues con la disposición histórica a las acciones militares, tan arraigadas en los miembros de éste partido, Romney podría ser la solución esperada para debilitar a un Irán “nuclear” y emprender la marcha hacia la “guerra”.