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jueves 21 de noviembre de 2024

La Diva y el Capitán: Sarah Bernhardt y Alfred Dreyfus

JOSÉ KAMINER TAUBER

“Usted ha sufrido otra vez más, pero no sufrirá más. La bandera de la verdad retumbará más fuerte que los ladridos de una jauría de perros” S.B.

Sara Bernhardt fue una reconocida actriz muy dedicada y amada por su público alrededor del mundo dándose a conocer como “Madame Sarah” la “Divina” Sarah o “Sara” nació el 23 de octubre de 1844 en el nº 5 de la calle École de Medecine, París. Su nombre real era Rosine Bernhardt. Su madre era una mujer de religión judía, de origen holandés y llamada Julie Bernhardt, alias Yole. Julie tuvo varias hijas más: en abril de 1843 después de Sarah, tuvo a Jeanne. Todas fueron hijas de padres distintos y desconocidos. Sarah Bernhardt nunca supo quién fue su padre biológico, aunque se cree que era el Duque de Morny, medio-hermano de Napoleón III.

Sarah pasó los primeros 4 años de su vida en Bretaña al cuidado de una niñera. La primera lengua que Sarah conoció fue el bretón y es por esta razón que al iniciar su carrera teatral, adoptó la forma bretona de su apellido: Bernhardt. Fue en ese tiempo que tuvo un accidente al caerse de una ventana se rompió una rodilla que años más tarde le causaría varios inconvenientes a su salud. Sanó sin problemas, pero su rodilla quedó delicada que en el año de 1914 debido a una dolorosísima inflamación, tuvieron que se necesitó amputarle la pierna. derecha. Al cumplir los 7 años ingresó en la Institución Fressard un internado para señoritas cercano a Auteuil. Permaneció allí dos años. Para 1853 ingresó en el colegio conventual Grandchamp, cercano a Versalles. En este colegio actuó en su primera obra teatral, “Tobías recupera la vista”, escrita por una de las monjas. Allí fue bautizada e hizo la primera comunión.

Años más tarde cuando se le preguntaba si era cristiana ella contestaba: “Yo soy Católica Romana y miembro de la gran raza judía”

Su madre tenía un salón en su piso parisiense donde se reunían sus clientes. Entre ellos asistía el hermanastro de Napoleón III, el duque de Morny que la aconsejó para que se inscribiera en el Conservatoire de Musique et declamation. Gracias a los contactos del duque, Sarah logró ser admitida sin dificultad en 1859. En 1861 ganó un 2º premio en tragedia y una mención honorífica en comedia. Terminados sus estudios en el Conservatorio, entró, de nuevo gracias a los influyentes contactos de Morny, en la Comédie-Française. Debutando el 11 de agosto de 1862 con la obra “Iphigénie” de Jean Racine.
El 22 de diciembre de 1864 dio a luz a su único hijo, Maurice Bernhardt; su carrera teatral se fue afianzado poco a poco hasta alcanzar el éxito y la celebridad que pudo mantenerse sola con lo que le reportaba el teatro.

Sarah como Cleopatra

Durante su existencia ella aborreció la tiranía y la injusticia, cuando se suscitó el Affaire Dreyfus” que durante doce años, de 1894 a 1906, conmocionó a la sociedad francesa de la época, marcando un hito en la historia del antisemitismo. Ella estaba a favor de la inocencia del militar judío. Estuvo presente junto con altos dignatarios, diplomáticos y periodistas nacionales y extranjeros (entre ellos se encontraba Teodoro Herzl corresponsal del periódico liberal de Viena, Neue Freie Presse), cuando fue la degradación en La École Militaire en el mes de enero de 1895.

Su compromiso la hizo ser el blanco de los ataques de la prensa nacionalista y antisemita. Apoyada y animada por sus amigos artistas y colaboradores. Su apoyo a Dreyfus le ocasionó el rompimiento con su familia y con su hijo Maurice quien no era simpatizante del militar judío.

En las funciones de invierno de 1897 de una obra del simpatizante de Dreyfus, Octave Mirabeau, fueron suspendidas por el jefe de la policía por los frecuentes llantos de Sarah contra la injusticia.

En el tenso critico momento de enero de 1898 cuando Emile Zola publicó protestando contra la injusticia a Alfred Dreyfus con su famoso J´Accuse. Sarah lo visitó para ofrecer su apoyo, ella se enfrentó a la multitud que se hallaba frente a la casa del escritor.

Posteriormente le escribió:
… Las bellas palabras que escribiste me trajeron un tremendo remedio a mi gran sufrir… Yo te digo gracias con toda mi fuerza… Gracias en el nombre de la eterna justicia.

Tras la muerte acontecida en 1908 en la transferencia de los restos de Emile Zola al panteón, el lugar donde Francia honra a sus muertos, Dreyfus se presentó a dar sus respetos, formando parte del cortejo del funeral fue herido de un disparo.

Sarah le escribió:
Ve a tu alrededor, cerca y lejos… tú veras una multitud que te quiere y te defenderá contra la cobardía, las mentiras y el olvido.

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