Entrevista de enero 2012
Entrevistamos a Galia Sandler, fundadora de la organización “Tam, dejando huella”, la cual quiere agradecer la participación altruista de todos quienes conforman y son parte fundamental del proyecto,desde los donadores hasta los voluntarios, incluyendo a nuestros rabinos; y en especial a Gary Burak, quien ha aportado, además del apoyo, la imagen, publicidad y diseño.
“No hay corazón más completo que el corazón judío roto”
En un accidente automovilístico, una familia judía pierde a una niña, Tamara Sandler.
Once meses después, Tam está entregando miles de zapatos a familias desfavorecidas.
Hoy en día, la huella de Tamara recorre la República Mexicana.
ENLACE JUDÍO: ¿En qué consiste la organización Tam?
GALIA SANDLER: El proyecto surge de la idea de qué hacer con zapatos que pertenecieron a mi hija la cual falleció. Teníamos mucho la duda de qué hacer con los zapatos, porque había muchas ideas de que si los zapatos se podían regalar, sino se podían regalar, si se tenía que tirar uno y el otro guardarlo. Muchas corrientes de muchas ideas.
EJ: Muchos prejuicios.
GS: Sí, muchos prejuicios. La verdad es que teníamos muchos pares de zapatos.
EJ: ¿Tú hablas de la religión judía?
GS: De la religión judía, dentro de la religión judía.
EJ: ¿Qué se dice ahí?
GS: Supuestamente había como muchos mitos urbanos acerca de que los zapatos, sobre todo cuando alguien fallece muy joven, no podían donarse o que alguien más usara esos zapatos. Entonces investigando, porque lo que a mi me habían dicho era que esos zapatos se tenían que destruir, y viendo las carencias que existían al día de hoy cerca y en el país, dije: “La verdad es que yo no puedo tirar esos zapatos, no los puedo destruir, yo necesito dárselos a alguien que realmente los vaya a ocupar”, porque yo no iba mucho con la idea de destruirlos. Entonces me acerqué a varios Rabinos porque, bueno, yo soy de la religión judía y soy apegada a la religión y preguntando a los Rabinos porque no quería ir en contra de lo que la religión decía, estuvimos investigando y me dijeron: “No, todo es un mito urbano, al contrario, es una Mitzvah, de hecho cada mañana uno le agradece a D-os el poderse poner los zapatos y más el poder ayudar a alguien más. Es totalmente una Mitzvah, es totalmente aceptado que se puedan donar los zapatos y que esos zapatos sigan siendo utilizados.” Lo que nos explicaban antiguamente la gente antiguamente tenía solo un par de zapatos y muchas veces estaban en el campo, trabajando en las tierras y a la mejor algún animal venenoso o algo los mordía y ese veneno se quedaba en ese zapato, entonces muchas veces se podía contagiar digamos, a alguien; por eso era la idea de no dar ese zapato y al día de hoy todo es como un mito urbano, pero en la Halajá está 100% permitido regalar los zapatos. Entonces de ahí nace la idea porque nosotros queríamos donar esos zapatos y había muchas instituciones de educación, de alimento, de salud, pero no había alguien que realmente nos quisiera aceptar los zapatos, entonces de ahí nace la necesidad de que no hay quién se encargue de entregar un par de zapatos y es en verdad una necesidad enorme al día de hoy. El nombre del proyecto se llama “Tam”, en honor a mi hija Tamara, nosotros queremos que la gente que ya no utiliza sus zapatos y estén en buen estado, pues que esos zapatos sigan dejando huella.
EJ: ¿Cómo diste el primer paso para empezar este proyecto?
GS: Nosotros pertenecemos a la Comunidad Bet El, nos acercamos con los Rabinos, con Marcelo y con Leo, estuvimos platicando y surgió la idea de hacer el proyecto y que la Comunidad Bet El nos apoyaran para sacarlo adelante. Empezó de boca a boca, empecé a recibir los zapatos en mi casa, y cuando vimos que el proyecto tenía buena recepción nos acercamos a la Comunidad de Bet El, y nos apoyó, dentro de un Shabat se hizo el lanzamiento del proyecto a nivel comunitario, empezamos a recibir muchísimos zapatos, zapatos nuevo y zapatos en buen estado, iniciamos el proceso, el que un zapato esté en buen estado significa que no esté roto, nosotros los limpiamos, los desinfectamos, si hay que cambiarles agujetas se las cambiamos, y cada par de zapatos los empacamos en una bolsa ecológica de manera individual para que la persona que lo reciba lo reciba de manera digna, nosotros mismo entregamos los zapatos a las comunidades que nos los reciben.
EJ: ¿Cómo ha sido la respuesta del público?
GS: Todo ha ido embonando, se nos ha acercado muchísima gente, la gente que nos envía los zapatos, las instituciones que nos han contactado, muchas fundaciones importantes a nivel nacional se nos han acercado, como Fundación Origen, Dibujando un Mañana, Ofakim, con el Consejo Mexicano de Mujeres Judías, hemos entregado en el CRIT del Teletón, en muchas casas hogar, tanto entregas como de 20 pares de zapatos como de 2000 pares, hemos estado con las hermanas del Buen Samaritano, hemos estado en Puebla, en Oaxaca, hemos recorrido muchos rincones, estuvimos en los tiraderos de Chimalhuacán. Al día de hoy hemos entregado 12 mil pares de zapatos, la aceptación y el apoyo de todo mundo, desde quien lo entrega, quien dona, quien nos ayuda a limpiarlos y a entregarlos ha sido increíble, si es un trabajo muy pesado pero al final cuando llegamos y vemos la sonrisa y cómo nos reciben, vemos cómo la gente que ha recibido ese par de zapatos le cambia la vida, cómo lo agradecen y lo que significa para ellos tener un par de zapatos que les cubran los pies para poder ir a trabajar, al escuela, la verdad es que es impresionante lo que un par de zapatos puede hacer en una persona.
EJ: ¿Cómo es la cara de un niño cuando recibe un par de zapatos?
GS: No bueno… me tocó una entrega en una casa hogar que tenían capacidades especiales, de verdad vimos como la mano de D-os está ahí, dese que llegamos un niño me abrazaba y me repetía: “yo le voy al Barcelona”, y estaba súper emocionado, cuando lo llamamos por su nombre para entregarle los zapatos que le tocaban, sacamos unos tacos y cuando el niño los vio, gritaba y lloraba de emoción porque no lo creía que tenía unos tacos. Otro niño que le costaba más ponerse los zapatos, recibió unos crocs y en el minuto que los recibió y se los pudo poner el solito, sonreía de una manera que yo decía de verdad D-os aquí está, es algo realmente satisfactorio.
EJ: Porque es parte del Tikún Olam, de sanar el mundo.
GS: Lo que también hemos querido es involucrar también a los niños, entonces nos hemos metido en las escuelas, hemos tenido mucho apoyo de varias escuelas dentro y fuera de la comunidad, los niños nos ayudan, nos traen los zapatos, nos ayudan a limpiarlos, etiquetarlos y los mismos niños son los que van a las comunidades a entregarlos y se dan cuenta de la verdadera necesidad que hay, es una experiencia que realmente les mueven fibras, llegan muy sensibilizados, y creo que esto es parte de la formación de inculcar estos valores a los niños, la importancia de estar beneficiado del lado de poder dar y que realmente ayuden.
EJ: ¿Qué comunidades están involucradas con el proyecto?
GS: Nos han apoyado casi todas las escuelas, nos ha apoyado también la WIZO, el Deportivo, Monte Sinaí y todas las escuelas de la red judía, nos ha mandado zapatos, pues ahora si que donde hemos tocado la puerta, nos la han abierto con una sonrisa. Todo eso nos motiva a seguir adelante y seguir creciendo, todo ha embonado de una manera tan perfecta que te envicias y quieres seguir, cuando llegas a esa comunidad y ves la necesidad que hay y cómo te agradecen, dices “claro que sigo ayudando y haciendo esto”, de verdad que se vuelve como una adicción el poder ayudar a la gente.
EJ: ¿Cuántas personas están involucradas en el proyecto?
GS: Es un proyecto voluntario, depende, por ejemplo si una escuela nos ayuda, pues involucra a sus niños, pero más o menos sí tenemos un equipo de 15 – 20 personas que están trabajando en el proyecto.
EJ: ¿Cómo ha sido canalizar tu dolor hacia algo positivo?
GS: La verdad, para mí es una manera de sanar mi corazón y es una manera de darme paz.
EJ: ¿Cómo puede ayudarles nuestra audiencia?
GS: Gente que quiera donar sus zapatos, gente que venda bolsas ecológicas, agujetas, material para la limpieza, desde desinfectantes, las toallitas, guantes, todo eso, en lugar de que lo destruyan o que se quede de inventario muerto, todo tráiganlo a nosotros para que le demos un buen uso y no se desperdicie, igual, la gente que recibe esos zapatos no le importa silos zapatos tienen algún defectito o si el color ya pasó de moda, de verdad esos zapatos son más que bien recibidos, si hay algún fabricante que tenga un stock de zapatos que ya no usa, pues son completamente bienvenidos.
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