Entre locura e ingenio

Artículo de marzo de 2011

PERENGANA

“Porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas
y sin fruto y cuerpo sin alma”
El Quijote de la Mancha

Esta esquina pretende establecer un espacio enfocado a servir a quienes viven en el flujo de ideas como elemento fundamental de la creatividad, y como en este ejercicio es necesario hacerse permeable al caos que bulle en el subconsciente, resulta que tiene como resultado llevar al absurdo, modificar el punto de partida y, sobre todo, explorar analogías y semejanzas estructurales. No obstante, para que el Yo pueda poner a prueba la utilidad de sus ideas, incluso de las más descabelladas, debe estar poseído por el problema. No basta con ocuparse fugazmente de él; es necesario concentrarse totalmente en él y no pensar en nada más, sólo entonces se tendrá la oportunidad de asociarlo incluso con las ideas más disparatadas.

Por eso inicio con una frase del Quijote, porque la locura de Don Quijote sufre variaciones a lo largo de toda la obra, sin embargo, dividimos en dos grupos a los personajes del Quijote, los que reconocen su locura y aprovechan para burlarse, y los que se convencen de que es un caballero andante y gozan del paréntesis de su cordura, que nos revela hasta qué punto es literaria su locura.
Los individuos creativos no temen la ambivalencia, la contradicción y la complejidad, porque éstas les sirven de estímulo. Son lo contrario de los fanáticos, a quienes les horroriza la complejidad y son propensos a las simplificaciones, o, como dice Lichtenberg, son individuos capaces de todo, pero de nada.

Hasta entender todo esto me he sentido más tranquila, es mi conclusión de la semana, y quienes no estén listos para esta experiencia, pues tomen distancia de mis frases y de mi verbo. Subsecuentemente entonces, acudan a la constante realidad para que no se confundan ni se distorsionen en el camino de los que no deben circular los no aptos.