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jueves 21 de noviembre de 2024

Rescate de la cultura judía/ El caso Offenbach.

ALICIA GOJMAN DE BACKAL PARA ENLACE JUDÍO

Uno de los tesoros con que cuenta el Centro de Documentación e Investigación de la Comunidad Ashkenazí de México, es un grupo de libros que fueron rescatados por los aliados después de concluida la Segunda Guerra Mundial, en la ciudad de Offenbach, cerca de Frankfurt Alemania, y enviados a diferentes comunidades en el mundo, entre ellas a México.

La historia de este rescate fue narrada por un soldado norteamericano de origen judío, a petición del Instituto Judío YIVO en la ciudad de Nueva York.

Según la narración que hizo el Mayor Seymour Pomerantz a la revista de esta institución, titulada Yivo Bletter; en el verano de 1947 fue publicado un artículo titulado “Operación Offenbach. La salvación de los tesoros de la cultura judía en Alemania”.

En este escrito Pomerantz comenta que la Operación Offenbach inició el 26 de febrero de 1946. Esto fue ideado por un grupo de oficiales que se ocupaban del rescate de monumentos, arte y archivos dentro del ejército de los Estados Unidos el cual se encontraba en Alemania.

El objetivo era retornar los archivos y bibliotecas que se encontraron en Alemania, a sus dueños originales. Cuando los aliados entraron a Europa encontraron enormes grupos de libros y otros materiales. Esos tesoros, muchos de ellos hallados dentro de la zona de los norteamericanos, fueron poco a poco reunidos en Offenbach au Main cerca de Frankfurt au Main, y esta área se convirtió en el acopio central de todo lo que se iba recuperando, entre ello también una gran cantidad de libros y objetos que habían pertenecido a las comunidades judías recién desaparecidas por el régimen de Hitler.

Los generales se cuestionaron el cómo habían llegado todas esas maravillas a Alemania. De ahí se supo que en 1939 se creó en ese país una institución llamada Einzatshtub bajo la dirección de Alfred Rosenberg. Su misión consistió en organizar y utilizar los tesoros culturales de aquellos países ocupados y de los que se planeaba invadir, con el objeto de que tuvieran un “sentido científico”. La central de esta institución se encontraba en Berlín y luego se fueron abriendo lugares adyacentes de acopio además de abrir lugares en Ámsterdam, Basilea, Paris, Belgrado, Riga, Minsk, Ucrania y Silesia, se crearon lugares en el oeste europeo como Stalingrado, Vilna, Kovno, Yarkow, Yostov, Simferopol y Salónica.

También hubo otros lugares pequeños en Rusia y Ucrania, a donde se trasladaban libros y objetos. Cada lugar tenía al frente a un comandante nazi que debía buscar lo más importante que la cultura había producido y enviarlo pronto a Alemania para su utilización posterior. Se buscaban los más valiosos tesoros bajo las órdenes del Fuhrer, para salvarlos de la destrucción.

Fue a tal grado la efectividad de esta institución nazi que en Europa Oriental se visitaron 375 archivos, 957 bibliotecas, 531 institutos de investigación y 402 museos. Todo lo recabado se enviaba a Berlín de donde fueron armadas las colecciones y enviadas a instituciones alemanas, universidades del partido nazi y a sus tropas entre otros.

Cuando los aliados empezaron a bombardear las ciudades alemanas, los nazis distribuyeron estas colecciones en pequeños pueblos y ciudades y fue así como los estadounidenses los encontraron. Ese fue el inicio de una gran operación de rescate que se conoció con el nombre de Operación Offenbach ya que se empezaron a reunir los materiales en esta ciudad en una gran bodega que pertenecía a una fábrica de pinturas llamada I.G. Farben Industrie que se ubicaba en la calle Mainstrasse No. 26 en donde ya habían encontrado entonces un millón de libros y otros materiales.

La operación la había iniciado Glen H. Gudman en 1945, el cual había reunido muchos materiales en la biblioteca de los Rotchild en Frankfurt donde se encontraba ya una gran cantidad que los nazis habían robado.

Gudman empezó su labor antes de que concluyera la guerra y posteriormente el YIVO nombró al profesor Karl Pinzón que era miembro de la organización y que fue enviado por el JOINT a Alemania como maestro para que lo siguiera realizando, no sin antes hacer presión sobre Seymour H. Rifkind, el cual estaba a cargo de los asuntos judíos con el ejército norteamericano, pidiéndole primero que se enviaran 25 000 libros a los lugares en donde se encontraban los refugiados judíos.

En realidad la biblioteca Rotchild no contaba con personal adecuado y de ahí surgió la idea de que se comisionara al Capitán Seymour D. Pomerantz para llevar a cabo esta gran operación llamad Offenbach.

En esa gran bodega solamente trabajaban entonces 5 a 6 personas que no se daban abasto para la enorme tarea de clasificación. Por ello Pomerantz contrató a 200 personas custodiadas por policías, e inició un nuevo proyecto para catalogar y seleccionar los libros, así como conseguir medios de transporte para que todas las colecciones que se iban encontrando en los diversos lugares fueran trasladadas a Offenbach.

Desde mayo de 1946 este lugar se convirtió en la institución principal de toda la zona norteamericana. Allí se había establecido el espacio de concentración para las necesidades del ejército, pero ello fue modificado para utilizarse como centro de acopio de la riqueza cultural. Para restituir colecciones se hicieron acuerdos con los gobiernos: de Holanda, Francia, Bélgica, Polonia, Italia, Grecia y Gran Bretaña.

Se firmó un convenio con la Biblioteca del Congreso en Washington, por medio del cual todos los materiales del partido nazi, sus escritos, panfletos, conferencias etc, se enviaran a esa institución.

Al rescate tuvieron que acudir aquellos que pertenecían a la Comisión para el rescate de todos los materiales, entre ellas la Comisión para el rescate de Monumentos, Arte y Archivos. Importante fue la labor que desempeñó el mayor Dirk P.M. Grasvinkel director del Archivo del Estado en la Haya y oficial en Holanda.

Fue una labor conjunta para poder restituir las obras a sus legítimos dueños. Según Pomerantz en marzo de 1946 se enviaron a Holanda 319 440 libros, a Francia 319 880, a Rusia 250 000, a la Biblioteca del Congreso 19 000 a Inglaterra, 3740, a Bélgica 2420 y en la Biblioteca del Estado en Berlín quedaron 700 000, al JOINT 20 000 libros que fueron recibidos en mayo de ese año.

También se enviaron en ese año 500 cajas con materiales y objetos que pertenecían a ciudadanos holandeses.

En 1947 Pomerantz regresó a los Estados Unidos y el Capitán Isaac Bercovich se enlistó como voluntario para continuar con el trabajo en Offenbach. Recibió poco después ayuda de Joseph Hay Horn, el cual junto con un gran grupo de ayudantes revisaron 2, 300. 000 libros y otros materiales.

De Polonia y Lituania había 900 colecciones de las cuales muchas habían pertenecido al YIVO y a las bibliotecas cerradas en Vilna de donde llegaron 141 colecciones.

De Holanda encontró lo siguiente:
1.La Biblioteca Rosenthaliana de la Universidad de Ámsterdam.
2.La Biblioteca del Seminario Judeo Portugués de Ámsterdam.
3.La Colección de la Academia Spinoza.
4.La Colección de la Gran Orden Masónica de Holanda.
5.La Biblioteca del Talmud Torá “Etz Haim” de Amsterdam

De Francia encontraron:
1 El archivo de los hermanos Rotchild
2.La Biblioteca Lifshitz de Paris.
3.La Colección de la Alliance Israelitte Universelle.
4.La Biblioteca del Seminario Rabínico.
6.La Biblioteca de las escuelas Zisho.

De Italia se encontró:
1.La Biblioteca del Seminario Rabínico de Italia.
2.La Biblioteca de Arte de Florencia.
3.La Biblioteca de Estudios Alemanes de Roma.
De Alemania se encontraron:
582 colecciones de Austria
50 Colecciones de Checoslovaquia.

Además se encontraron objetos religiosos, los restos de 700 Sifrei Torot, Meguilot, Keter Torot, Saquitos de las Torot, Tefilim, Menorot, Lámparas para Yor Tzait, Navajas de Mohelim, Taleizim, Shofarot. etc.

Para diciembre de 1946 la restitución estaba en progreso pero se encontró que muchas de las instituciones judías europeas desaparecieron, así como los dueños particulares de otras colecciones.

En enero del siguiente año de 1947 según Joseph Hay se hablaba de la restitución de colecciones y la búsqueda de otros espacios en América Latina. Presentó entonces una lista de lo que ya se había entregado agregando a lo ya entregado, 423 colecciones a Hungría, a Yugoslavia 3664 libros, 75 000 libros al YIVO en Nueva York y quedaban en Offenbach 657 083 libros sin dueño.

El gran investigador Carsten Wilke fue el académico que se percató de la existencia de los 1000 libros que México había recibido a través del Comité Central Israelita de México, después de varias solicitudes enviadas desde Offenbach. Estos libros son uno de los tesoros que resguarda el Centro de Documentación e Investigación de la Comunidad Ashkenazí de México.

Fuente. Yivo Bletter, Journal of the Yiddish Scientific Institute, Summer 1947, vol XXIX, No. 2. Seymour Pomerenze, “Operation Offenbach”, The rescue of Jewish Cultural Treasures Robbed by the Germans. pp. 282-285
Cfr. Revista Registro Memoria del Mundo de la UNESCO, Centro de Documentación e Investigación de la Comunidad Ashkenazí, México 2008, Carsten, Wilke, “El Fondo Hebreo Antiguo del CDICA: Patrimonio desconocido de nuestra Kehilá” pp.15-18.

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