RABINO MARCELO RITTNER PARA ENLACE JUDÍO
El tráfico en el D.F. volvió a complicarse, las lluvias nos recuerdan que aún estamos en verano, los niños regresan a clases, las madres visten uniforme de chofer. Y sin que lo notemos, cada día el sol se pone cada noche más temprano. Llega la carta recordándonos de recoger nuestros pases para las fiestas… y exclamamos sorprendidos: “uau, ya pasó el año, tan rápido”.
Y la Torá se dirige a nosotros, a nuestra vida personal, como en cada Shabat con su mensaje de sabiduría, fe y esperanza. La sidrá de hoy, se llama Reéh y se relaciona con la vista. Bien, Reéh significa ver o mirar. Sabemos por experiencia propia que hay etapas o momentos en la vida que solamente podemos ver con la ayuda de lentes.
Sin ellos fácil podemos cometer graves errores tratando de “interpretar” lo que creemos leer.
Pues bien, los rabinos nos enseñan que esta situación no se limita exclusivamente al mundo físico, de la misma forma se aplica a nuestro mundo espiritual y nuestra vida ética. Y es que no son pocas las veces que creemos que estamos actuando de manera apropiada, cuando en realidad no lo hacemos porque no estamos “viendo” bien la situación. Sin los vista correcta o lentes apropiados, la historia, el sentido común, los valores que deben regir nuestra vida aparecen borrosos e indefinidos a nuestros ojos.
Y la sidrá comienza con las palabras de D-os: “Reeh, Anoji noten lifneijem haiom brajá uklalá”, “Mira: Yo pongo ante ustedes hoy, la bendición y la maldición”. La Torá quiere que veamos con claridad, para ser capaces de reconocer instintivamente lo que es la bendición en nuestra vida y lo que no lo es. Y la misma Torá nos proporciona por medio de las mitzvot, las lentes necesarias para ver con claridad y precisión y poder enfocarnos de manera correcta.
Pero este Shabat tiene otra particularidad. Esta noche comienza el mes hebreo de Elul, el ultimo mes del año judío y el que nos lleva de la mano a recibir Rosh Hashaná, un nuevo año. Y estas semanas se convierten cada año en un tema central para que cada uno tenga la oportunidad de “ver” el año que se cierra y imaginar y proyectar el que pronto iniciará.
Hoy comienza la cuenta regresiva para los días de meditación y plegaria que nos une a nuestros antepasados con la sincera esperanza de que nuestras vidas puedan marcar la diferencia y tener un significado. Hoy comienza la época de nuestro calendario espiritual que siempre nos recuerda que podemos re-crearnos y renovarnos al igual que el mundo que nos rodea.
Nuestra tradición nos ofrece una época del año en la que podemos hablar de nosotros mismos en forma diferente, una época que nos insiste en que debemos examinar el mundo interior y el mundo exterior, con una vista clara y objetiva. La época de recordar el o los compromisos que aquí dejamos desde el último fin de Kipur. La época que nos exige vernos no como creemos que somos sino como realmente somos. La época que nos señala no apenas las arrugas del rostro sino las arrugas del alma.
Y esto es algo maravilloso del judaísmo. Nuestra tradición nos da la oportunidad de retarnos a nosotros mismos, a desafiarnos a nosotros mismos para crecer y tomar decisiones que mejoren quienes somos.
Por ello los invito a que comenzamos este mes de Elul con la idea que todo es posible. Que las cosas no tienen que ser como son. Que nosotros no tenemos que ser como hemos sido o somos.
Que podemos redirigir, reparar, replantear nuestras relaciones y nuestra vida. Pero para llegar allí, tenemos que estar dispuestos a vernos con una vista clara y honesta. Quiero que vean, no el final de un año, sino el inicio de un nuevo tiempo, una nueva oportunidad. Solo entonces nuestro Jesbón Hanefesh, nuestro chequeo anual será auténtico.
El joven llama por teléfono a la tienda preguntando si necesitan un mensajero. El dueño, gentilmente, le responde que no necesita porque ya tiene uno trabajando. “¿Y usted está satisfecho con su mensajero?”. Bastante-respondió el dueño. Tal vez quiera uno mejor—insistió el joven. No-respondió el dueño un poco molesto- .Pero dime, ¿acaso buscas trabajo?-No señor, gracias, yo ya tengo empleo. ¡Yo soy su mensajero, solamente me estaba checando!
Somos cuidadosos con nuestro cuerpo. Cada uno realiza anualmente su chequeo físico. Elul
nos recuerda que es la época de nuestro chequeo espiritual, de ver el alma y prepararnos para el mejor año de nuestra vida.
“Reeh, Anoji noten lifneijem haiom brajá uklalá”, “Mira: Yo pongo ante ustedes hoy, la bendición y la maldición”.
En este nuevo Elul, celebremos un comienzo y no lloremos un final. Elijamos la vida, elijamos la bendición.
Shabat Shalom ve Jodesh Tov.
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