ANDRÉS OPPENHEIMER/REFORMA
En las últimas semanas, han proliferado las especulaciones de que el Presidente venezolano Hugo Chávez está preparando un fraude monumental para alterar los resultados de las elecciones del 7 de octubre. Pero después de entrevistar al candidato opositor Henrique Capriles la semana pasada, dudo mucho que un fraude electrónico sea posible.
A juzgar por lo que Capriles me dijo en una entrevista de 40 minutos, y por lo que me dicen varios expertos internacionales, no hay dudas de que el proceso electoral venezolano es desequilibrado -Chávez está usando una enorme cantidad de fondos gubernamentales para comprar votos, tiene acceso ilimitado al tiempo televisivo, y controla la mayoría de las instituciones electorales-, pero al Gobierno venezolano no le resultará fácil llevar a cabo un fraude electrónico que pueda pasar inadvertido.
En la entrevista, le pregunté a Capriles por una columna reciente de Carlos Alberto Montaner, uno de los mejores comentaristas políticos de Latinoamérica, que afirma que Chávez podría estar preparando un megafraude en el proceso electrónico de recuento de votos. Montaner citó a consultores políticos según los cuales hay dos millones de nombres de votantes inexistentes en los padrones, que el Gobierno podrá usar para manipular las computadoras en la noche de los comicios.
Para preparar el terreno, Chávez ha encargado encuestas que lo dan como favorito para ganar las elecciones, cosa de poder argumentar después que su victoria confirma lo que decían las encuestas, escribió Montaner.
Cuando le pregunté sobre eso, Capriles respondió que no será la primera vez que participa en una elección con todo en contra, y gana. Agregó que en las recientes elecciones de gobernadores y legislativas, la oposición ha demostrado que puede ganar cuando está bien organizada para recontar manualmente los resultados electrónicos en cada sitio de votación.
“Yo he demostrado a lo largo de mi carrera que cuando uno se organiza y cuando se tiene la mayoría de su lado, usted vence a los desequilibrios, a las trampas, y a las zancadillas que el Gobierno pretenda colocar”, señaló.
“Yo nunca he perdido un proceso electoral”, agregó. “A mí nadie me regaló la Gobernación. Gané porque me organicé para defender y cuidar el voto de la gente. Esa es la clave”, dijo, añadiendo que es Gobernador del segundo estado más poblado de Venezuela, tras derrotar a un candidato del Gobierno que gozaba de las mismas ventajas que Chávez goza hoy.
Muy bien, pero ¿cómo puede ganar contra un Presidente que se ha beneficiado con la mayor bonanza petrolera de los últimos tiempos, que regala dinero por todos lados, y que habla durante horas en cadenas de televisión mientras usted sólo tiene tres minutos de espacio publicitario televisivo por día?, le pregunté.
“Ganaré como David le ganó a Goliat”, respondió Capriles. “En efecto, yo estoy enfrentando todos los recursos del Estado, todos los fondos públicos. Pero a pesar de toda esa bonanza petrolera, el Gobierno no tiene mayores resultados que exhibir”.
Debido a las desastrosas políticas del Gobierno, Venezuela tiene el índice de violencia más elevado del mundo, la inflación más elevada de las Américas, una economía casi destruida, cortes de energía continuos, escasez de agua y millones de pobres, dijo.
En cuanto a las encuestas que muestran a Chávez a la cabeza, Capriles dijo que hay tres encuestas que dan a Chávez como ganador, y cuatro que lo dan por ganador a él.
“No es la primera vez que me ha tocado lidiar con encuestas fabricadas por el Gobierno. Cuando gané las elecciones para Gobernador, fueron los mismos voceros, fueron las mismas encuestadoras que dijeron que no ganaríamos. Igual pasó en las elecciones parlamentarias, donde los mismos encuestadores decían que nosotros íbamos a tener 20 diputados, y tuvimos 67 diputados”.
Capriles vaticinó que “podemos ganar estas elecciones por más de un millón de votos de diferencia. Estoy absolutamente confiado en que ganaremos”.
Mi opinión: No hay dudas de que esta elección será de David contra Goliat, y que hay enorme desequilibrio en las reglas de juego. Pero Capriles está en lo correcto -y así lo corrobora un reciente estudio preelectoral hecho por el Wilson Center y el instituto IDEA de Suecia- cuando dice que el mecanismo de recuento manual para controlar el conteo electrónico hará muy difícil un fraude electrónico mayúsculo.
Además, recuerdo varias elecciones latinoamericanas -incluyendo el referéndum de 1989 que derrotó al dictador chileno Augusto Pinochet, y las elecciones de 1990 que derrotaron al comandante nicaragüense Daniel Ortega- en las que gobernantes todopoderosos controlaban las instituciones, tenían todos los recursos económicos para comprar votos, todo el tiempo televisivo a su disposición, y sin embargo perdieron. Venezuela podría darnos una sorpresa parecida.
Posdata: Acabo de hablar con Montaner, y coincide en que la situación ha cambiado, y que es probable que una mejor organización de la oposición evite un fraude electrónico.
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