Israel destapa una red de extorsión a inmigrantes dirigida por Hamás

ABC.ES

26 de septiembre 2012.-Para sorpresa de la opinión pública israelí, la policía ha destapado esta semana una extensa red de extorsión a inmigrantes africanos en Israel dirigida por Hamás y que ha contado con la ayuda de cuatro ciudadanos israelíes. La trama, que no deja de ser más que una operación chapucera, ha sorprendido por el hecho de contar con cuatro israelíes judíos que actuaban de intermediarios entre las familias de los africanos secuestrados y el contacto de Hamás en Jerusalén Este.

Según la policía, el contacto de Hamás en Jerusalén Este, un palestino llamado Luai Nasser al-Din, contactó con los cuatro israelíes, entre los que hay un menor, para que acudieran a Tel Aviv a recoger el dinero de un secuestro y lo llevaran a Jerusalén. La familia del secuestrado, que vive en Tel Aviv, pagó a los intermediarios 12.000 euros para que liberasen a su sobrino, capturado por bandas de beduinos vinculadas a Hamás mientras intentaba entrar en Israel desde el Sinaí.

A pesar de que los cuatro israelíes afirman que no sabían que el dinero del secuestro estaba destinado a Hamás en Ramala, la policía duda de su versión. Si efectivamente se demuestra que sabían de antemano adonde iría a parar el dinero del rescate, podrían ser juzgados por colaborar con una organización terrorista.

Aunque este es el primer caso del que se tiene conocimiento de israelíes colaborando con redes de extorsión de inmigrantes, muchos africanos son capturados por beduinos cuando intentan cruzar el Sinaí para entrar en Israel. Sus familias, ya vivan en Israel o en sus países de origen, son extorsionadas a cambio de cuantiosas sumas de dinero.

Hace unos meses, un beduino israelí del Negev, al sur del país, fue acusado de secuestro y extorsión de inmigrantes africanos y confesó ser parte de una red mucho más extensa que se coordinaba con otros beduinos en el Sinaí.

Muchos africanos rescatados de las garras de estas redes cuentan historias escalofriantes de abusos a manos de sus secuestrados, mientras que las familias en Israel no se atreven a denunciar el secuestro a la policía dada la situación irregular de la mayoría de estos inmigrantes.