Los cuervos no se peinan

ESTHER ZYCHLINSKI Y ZVI ZIMAN

Se trata de una apuesta novedosa que propicia la exploración de los sentimientos y que invita a interpretar a partir de una realidad que también viven los niños, el bullying.

Esta historia actuada por Sergio Solis y Amanda Farah, con la dramaturgia de Maribel Carrasco y dirección de Boris Schoemann, empieza cuando una mujer, siguiendo su rutina diaria, se encuentra en el parque con un huevo, que a la postre se vuelve un cuervo que le cambiará su entorno, dejándole una lección de vida muy grande cuando ella toma una decisión con respecto a su futuro.

Sobre el escenario una silla lata y dos actores vestidos de negro, usan un conjunto de técnicas para contarnos una sencilla anécdota que habla de soledad y maternidad.

Aquí la soledad de la mujer hace pasar al cuervo por un niño, que va desde evitar que pueda volar hasta otras que son la causa de la burla de los otros, Emilio, que es el niño, se sabe diferente, por lo cual nos muestra el amor entre madre e hijo y lo duro de tomar ciertas decisiones por dolorosas que sean.

En un principio vemos cómo trata de deshacerse del huevo, pero es inútil cualquier esfuerzo; vemos que no le resulta fácil tomar la decisión final pero tanto ella como él están conscientes de que él es diferente en todos los sentidos, sin embargo se ve la entrega de la mujer hacia el “niño” que realmente actúa como tal porque habla, camina, va a una escuela, sin poder evitar sus gustos astronómicos.

Una técnica limpia, con un mensaje claro aceptación, porque no todos somos iguales, y un trabajo corporal digno de mencionarse.

Esta obra para niños, a partir de los 8 años, es coproducida por La Secretaría de Cultura de San Luis Potosí y el CONACULTA. Se presenta en el Teatro La Capilla los sábados a las 13:00 horas en Madrid 13, Coyoacán, durante octubre y noviembre, para mayor información checar cartelera.