“Una intervención extranjera no es solución para Irán”

EL PAÍS /

Maryam Rayaví (1953), ingeniera, lidera el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI), uno de los grupos opositores más antiguos. Rayaví, que dejó su patria en 1982, ocupa el cargo que antes ostentó su marido. El régimen iraní asegura que falleció; sus seguidores dicen que vive oculto desde 1993. Es solo uno de los enigmas que rodean a este movimiento, anticapitalista y antiamericano en origen. Estados Unidos acaba de sacar a su brazo armado, Muyahidin-e Jalq (MJ), de la lista de organizaciones terroristas tras una batalla judicial de años y decenas de millones de dólares. Una batalla que ha recibido el apoyo entusiasta dos exdirectores de la CIA y uno del FBI. Rayaví, que está en España para promover su causa entre los parlamentarios, responde rodeada de un séquito de colaboradores. Apela al apoyo popular dentro de Irán como fuente de legitimidad aunque sea imposible de calibrar.

Pregunta. ¿Aún tiene familia en Irán?

Respuesta. Parientes lejanos. Una de mis hermanas fue ejecutada por el régimen del sah; otra, por el de Jomeini.

P. Presenta el CNRI como el principal grupo opositor. La experiencia de gobernantes del exilio fracasó estrepitosamente en Irak. ¿Qué le hace pensar que usted tendrá éxito?

R. La gran diferencia es que estamos muy enraizados dentro de Irán. El régimen ha matado a 120.000 de los nuestros: estudiantes, obreros, comerciantes… Creo que haber sobrevivido a tan brutal represión y haber expandido el apoyo social indican el respaldo.

P. ¿Cómo lograron sacar a su brazo armado de las listas negras de la UE y de EE UU?

R. Fue enormemente difícil. Fuimos a casi 20 tribunales y ganamos en todos. Simultáneamente hubo una campaña legal y política de parlamentarios y personalidades. Muchos tenían acceso a información clasificada en sus países y pudieron decirle al tribunal según su conocimiento personal que no había base alguna para colocar esa etiqueta al MJ.

P. ¿Cómo logró semejante lista de amigos poderosos (John Bolton, exembajador de EEUU en la ONU, Aznar o un Kennedy), un grupo que al nacer era contrario a la injerencia estadounidense y luego hizo la revolución (aunque en la guerra Irán-Irak lucharon contra el régimen junto a Sadam Husein)?

R. Lo que nos inspira es buscar la libertad y la democracia para nuestro país. Fuimos primero a los Parlamentos en Europa. Al Congreso y Senado de EE UU. Y llamó la atención de esos ex altos cargos que también habían visto el fracaso de la política de apaciguamiento de los ayatolás. Buscaban una solución a la crisis iraní y, al comprobar que había un movimiento tan amplio con objetivos claros para una sociedad democrática, se interesaron. Tenemos un programa para el futuro de Irán.

P. Parece hecho a medida de lo que gusta oír en Occidente: con separación Iglesia-Estado y sin armas nucleares; con respeto a los derechos humanos y sin discriminación de las mujeres.

R. Está hecho para cubrir las necesidades del pueblo de Irán, particularmente, las mujeres, los jóvenes y los que han sufrido tanto bajo está dictadura. Los iraníes no quieren para nada que los clérigos tengan supremacía sobre la ley. Quieren libertad y democracia. Nuestra sociedad no las tendrá si las mujeres no participan en el liderazgo político al menos al 50%. Queremos un Irán no nuclear que coopere y coexista con todos los países de la región [es decir, también con Israel, aunque no lo menciona].

P. Es imposible medir el apoyo que tienen dentro de Irán.

R. La referencia que le puedo dar es la amplia red que tenemos en Irán. Es muy difícil darle un número. Estas tres personas [muestra unas fotos] fueron ejecutadas por organizar movilizaciones en 2009 y 2010. Nuestros colaboradores han logrado encontrar las instalaciones nucleares más secretas. Y las han revelado. Muchos han sido arrestados y ejecutados. Es una indicación de que tenemos apoyo incluso dentro del sistema.

P. ¿Qué opina de los planes de Israel de atacar las instalaciones nucleares iraníes?

R. Fuimos los primeros en sacarlo a la luz [el programa nuclear, en 2002]. En nuestra opinión ni el apaciguamiento ni una intervención militar extranjera es una solución. Existe una tercera opción: que el pueblo de Irán derroque al régimen mediante la resistencia. Este régimen debe cambiar y eso solo puede cambiar mediante el pueblo de Irán y la resistencia. Es la única solución para el problema nuclear.

P. ¿Eso significa violencia?

R. Si el régimen de los mulás mantiene su desafío a la comunidad internacional y la represión a la sociedad, la sociedad entrará en erupción como ocurrió en Siria. Porque los mulás son mucho más brutales que el régimen de [Bachar el] Asad, al que apoyan. Si la comunidad internacional tiene una política firme con el régimen, el pueblo y la resistencia podrán usar varios medios para traer un cambio de régimen.

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