PEDRO TORRES/TEINTERESA.ES
La victoria de Netanyahu en las elecciones israelíes era de esperar, pero lo que nadie esperaba era que Yesh Atid, liderado por la estrella televisiva Yair Lapid, fuera el segundo partido más votado.Y eso es lo que indican los sondeos a pie de urna.
Israel todavía no tiene un gobierno cerrado y menos aún cuando la victoria de Netanyahu no ha sido tan amplia como cabía esperar. Tras la victoria del centrismo “Netanyahu lo tendrá muy difícil para gobernar en coalición”, asegura Arie Kacowicz, experto en Relaciones Internacionales de la Universidad de Jerusalen.
Yair Lapid será una de las piezas fundamentales del nuevo gobierno tal y como predijo en plena campaña electoral. Para el experto, Lapid tenía intención de “entrar en el Gobierno fuera como fuera y ahora lo va a conseguir sin muchas dificultades”.
A nivel de bloques, la derecha y ultraortodoxos formarían 61 diputados mientras el centroizquierda 59, una situación que hace presagiar “que Netanyahu opte por pactar con los centristas de Yais Lapid y el nacionalista Bennet pero este último dependerá de los resultados finales”, sentencia Kacowicz. Si entra Bennet, el apoyo gubernamental a los asentamientos judíos que viven en Cisjordania va a ser mayor.
La entrada en el nuevo gobierno del líder sionista supondrá “muy pocos cambios” para Israel ya que sus ideas son semejantes a las del Likud. “Continuará la linea derechista del Likud si Bennet entra en el gobierno”, asegura Arie.
La alta participación en las elecciones de este año ha supuesto que todos los partidos tengan cierta importancia en los resultados generales. “La sorpresa de Lapid viene dada por esta alta participación”, dice el experto.
¿Qué pasa con Shelly y el laborismo?
La líder del laborismo, Shelly Yachimovich, se comprometió a que no se iba a gobernar con Netanyahu. “Ella quiere ser la líder de la oposición siempre que el gobierno no dure mas de un año”, sentencia el experto.
Si Bibi pacta con los ortodoxos hay temas candentes como el reclutamiento de los jóvenes ortodoxos en el ejército que “darán que hablar”, dice Arie.
Futuro incierto
El panorama político en Israel va a ser mucho mas turbulento que hace cuatro años por que la coalición fue extraordinariamente estable. “En el próximo gobierno, Netanyahu será de las personas más moderadas ya que tanto Bennet como parte del Likud están más a la derecha del conflicto”, asegura Kacowicz.
Los grandes retos de Israel
Muchos son los frentes abiertos que tiene el nuevo gobierno de Israel que tendrá que asumir en cuanto entre en el poder. Irán, Palestina, Siria o la crisis económica son algunos de los temas más preocupantes para los ciudadanos israelíes.
El portavoz y diplomático de la Embajada de Israel en España, Lior Hayat, asegura que Israel tiene que tomar una decisión con respecto a la presión de Irán sobre sus territorios.
“Los cambios de gobierno en Egipto afecta a Israel y el nuevo gobierno no lo tendrá fácil”. Tras la entrada de los Hermanos Musulmanes en Egipto, Essam El Erian, consejero del presidente egipcio Mohamed Morsi y vicepresidente del partido islamista Libertad y Justicia (que representa a los Hermanos Musulmanes en el Parlamento de Egipto), declaró que “Israel será destruido dentro de una década”.
El principal problema que tendrá que abordar el nuevo ejecutivo será el de Palestina. “El proceso de paz no depende de Israel. Palestina no desea una negociación”, sentencia Hayat, que ve muy lejano un acuerdo.
La crisis económica que afecta al mundo occidental todavía no ha llegado a Israel. “La crisis empieza a afectar a Israel poco a poco. Ya hay un 6% de paro y un crecimiento del 4% pero se verá el efecto a largo plazo pero Israel quiere evitar la crisis”, asegura el portavoz.
La primavera árabe afecta a Israel aunque todavía confía en sacar partido de la nueva situación tras las elecciones. La juventud israelí se ha movilizado en las calles de Tel Aviv para protestar contra las políticas neoliberales del Gobierno de Netanyahu y contra la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias, pero la cuestión palestina no ha salido a la palestra.
La guerra en Siria también es uno de los focos que tiene abierto el ejecutivo israelí. “La guerra civil en Siria ya ha tenido efectos negativos en Israel. Puede afectar a Israel si el arsenal químico sirio cae en manos de terroristas”, sentencia Hayat.
Y aún queda el resultado final que a tenor de las encuestas a pie de urna nadie espera, pero que tal y como están los resultado generales (61 centro-derecha, 59 centro izquierda), podría ser la sorpresa más mayúscula de la historia reciente de Israel. Que Bibi perdiera. “Si pierde Netanyahu va a ver un gran lio, en términos parlamentarios y políticos, pero no habría una guerra civil. Puede ocurrir pero las posibilidades son muy pequeñas”. El susto piensan todos, ya ha sido demasiado grande para Netanyahu.
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