Cuento

JACOBO SHWARTZMAN

Me levante con un dolor muy fuerte en la costilla y no la quise tocar por miedo a ver una herida. Estaba en un campo con un paisaje muy bello, no recordaba haber visto algo tan hermoso. Verde, todo verde cobijado por un cielo azul.

Trate de levantarme pero el dolor era muy agudo y solo me sacudí algunas plumas que todavía
cubrían mi espalda. A lo lejos, vi como se acercaba una figura humana, no la distinguía bien, pero venia desnuda, igual que yo, solo que la cubría su larga cabellera, era un cuadro fantástico, iluminado por el paisaje

Me hizo una señal con la mano y me mostró una enorme sonrisa.
-¡Hola, a ti te estaba buscando!
¿A mi? -pense-
¿Como va tu costilla?
¿Como sabes de mis costilla? -Pregunte asombrado-
No te hagas-me dijo en voz burlona
No podía dejar de ver a esa figura, me atrapó.

Se acerco a mi, y quitando las pocas plumas que quedaban en mi cuerpo, me dijo-soy Eva-
¿Eva?
Bonito nombre para esta criatura
Puso su frágil mano en mi rostro y se le dibujó una sonrisa en la boca ¿Adan?
¿Adan?
No. Recién caí del cielo, pues el sol quemo mis alas y me golpee en el costado.
Mi nombre es Icaro, pero por ti puedo ser Adán.