18 de marzo 2013.-Con el fin de extremar los recaudos para garantizar la integridad física de Barak Hussein Obama, que arribará a Israel en su primera oportunidad como presidente norteamericano, el miércoles 20 de marzo, el Estado judío, en el marco de extraordinarias medidas de seguridad, cerrará su espacio aéreo ese día durante una hora, hasta que aterrice en el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv el avión presidencial Air Force One que trasladará al mandatario estadounidense y su comitiva a Tierra Santa.
El amplio operativo para proteger a Obama, denominado “Alianza Irrompible”, involucrará a todas las agencias de seguridad e incluirá helicópteros, amplios convoyes de vehículos con limusinas blindadas, ambulancias, cientos de agentes, coches de Policía y francotiradores protegiendo las intersecciones por las que pase la delegación presidencial.
El primer compromiso de Obama, luego de los saludos de rigor con las autoridades israelíes, será un rápido recorrido a la instalación del eficaz interceptor de misiles “Cúpula de Hierro” que permanecerá desplegado en el aeropuerto internacional Ben Gurión durante toda la visita del invitado, no sólo como un espectáculo en honor del presidente, sino como argumenta el portal DEBKA, por justificadas razones de seguridad, ya que el Air Force One puede ser blanco de los misiles tierra-tierra cargados con productos químicos deletéreos que puedan lanzar terroristas de Al Qaeda que combaten contra Assad en Siria o por jihadistas de sus filiales en la península de Sinaí, ávidos de venganza por la ejecución de Osama Bin Laden. Aún fresca en la memoria de Israel que Hamas, bajo las órdenes del general iraní Hassan Shateri alias Hossam Khosh-Nevis (asesinado en enero en Siria en circunstancias desconocidas) apenas cinco meses atrás intentó atacar con cohetes su aeropuerto desde la Franja de Gaza, Jerusalén decidió hace más de dos meses aumentar las precauciones al ubicar otra batería de Cúpula de Hierro, más un interceptor Patriot, al norte y al sur de Tel Aviv.
Luego de su fugaz permanencia en Tel Aviv, Obama viajará a Jerusalén junto a parte de su delegación en una flotilla de doce helicópteros “Black Hawk”, que muchos conocen por la película “Black Hawk Down” (La Caída del Halcón Negro) estrenada en 2001, que relataba la historia de 18 marines de USA muertos y arrastrados por las calles de Mogadiscio en 1993. Cuando llegue a la capital de Israel, el presidente norteamericano, será honrado en una ceremonia oficial por su par israelí Shimon Peres y posteriormente cenará con el Primer Ministro Biniamin Netanyahu.
Obama desarrollará una intensa actividad durante los tres días en que estará en Israel y en territorios administrados por la Autoridad Palestina en Judea y Samaria (Cisjordania), pero no tiene previsto visitar los lugares sagrados del judaísmo, cristianismo y el islamismo, para no herir la susceptibilidad de los últimos.
El jueves 21 Obama visitará el Museo de Israel con Netanyahu, que le mostrará los rollos del Mar Muerto y una exposición sobre tecnología. Posteriormente se desplazará a Ramallah para una visita de varias horas en la que se encontrará con el presidente palestino, Mahmud Abbas, y con el primer ministro de la AP, Salam Fayad, además de otras personalidades palestinas, antes de regresar a Israel para cenar con Peres. El mismo día, el presidente Obama pronunciará un discurso en el Centro de Convenciones de Jerusalén ante un millar de jóvenes estudiantes.
Al día siguiente, viernes 22, en su última jornada en Israel, antes de proseguir su viaje a Jordania, Obama depositará sendas ofrendas florales en las tumbas del fundador del sionismo moderno, Theodor Herzl, y del ex primer ministro israelí Isaac Rabin, además de visitar el Museo del Holocausto (Yad Vashem).
Según Steven R. Hurst, periodista de política internacional de The Associated Press, que ha cubierto asuntos extranjeros durante más de 30 años, tres objetivos dominarán la próxima visita de Barak Obama a Israel: Convencer a Israel y sus autoridades que habla en serio cuando afirma que hay que impedir la construcción de un arma nuclear iraní; superar las dificultades en la relación con el primer ministro Benjamin Netanyahu y, a cambio de lo anterior, atraer de nuevo a los israelíes a las negociaciones con los palestinos.
Sobre Irán y los intentos para que el país persa abandone sus programa nuclear, Obama afirmó que debe darse a Teherán suficiente margen para que acepte una solución diplomática que no dañe su imagen. Obama dijo que no hará “declaraciones belicosas” durante la visita a Israel sólo para convencer a la gente de su firmeza, según la fuente que asistió a la reunión. Obama cedió la palabra sobre el tema a principios de semana al vicepresidente Joe Biden, que pronunció un discurso en Washington ante la Comisión Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC), la organización de cabildeo a favor de Israel más poderosa en Estados Unidos. “El presidente de Estados Unidos no puede fanfarronear ni fanfarronea”, dijo Biden al grupo cuando se refirió al compromiso de Estados Unidos de impedir que Irán logre construir la bomba atómica. “El presidente Barack Obama no está fanfarroneando”, agregó.
Por su parte, el flamante Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry declaró que el objetivo confeso del viaje del presidente de EEUU. Barak Obama, a Israel y los territorios palestinos a celebrar la semana próxima, sería “escuchar a las partes en conflicto antes de tomar decisiones sobre el relanzamiento del proceso de paz”, aunque el objetivo tácito sería difuminar las críticas de los republicanos a Obama por no haber visitado todavía Israel como Presidente y mostrar al mundo que a pesar de la falta de empatía entre Obama y Netanyahu, la alianza entre Estados Unidos e Israel es indestructible.
Los palestinos aprovecharán la visita de Obama a la región para presentar un plan para reiniciar las negociaciones de paz con Israel, diseñado conjuntamente con la Liga Árabe y que fija un plazo de seis meses para delimitar las fronteras y los mecanismos de seguridad, lo que supone un retorno a escenarios del último proceso negociador, que se inició en septiembre de 2010 y que la Autoridad Palestina estancó apenas tres semanas después.
Israel por su parte, podría acceder a flexibilizar el boicot a Gaza, no siendo descartable la aplicación por parte de la ONU del Capítulo VII de su Carta Constitutiva, que establece que “cuando una zona o área determinada cae bajo el control de un grupo político-militar (como lo es la resistencia islámica de Hamas), y cuando la población civil está expuesta o bajo fuego debido a las acciones militares de ese grupo, el Consejo de Seguridad de la ONU debe intervenir para asegurar la protección de la población civil y al establecimiento de la paz allí donde se haya alterado”, emulando las pasadas intervenciones de la ONU en zonas como Bosnia y Timor Oriental.
En relación a las esperanzas por la llegada de Obama a Medio Oriente, los medios de comunicación palestinos informaron sobre una atmósfera pesimista y de muy bajas expectativas. Taysir Khaled, miembro del Frente Democrático para la Liberación de Palestina FDLP, argumentó que Obama no trae consigo soluciones para el tema palestino, sino que viene a escuchar las posiciones de las partes solamente. Según lo que él dice, las publicaciones sobre gestos hacia los palestinos por parte de Netanyahu, Primer Ministro de Israel, son “solamente un giro publicitario” (Quds Net, 5 de marzo de 2013). Mahmoud Alaalol, miembro del Comité Central de Fatah, también él destacó que es pesimista, en vista de la visita de Obama a la región, al decir que “los palestinos no necesitamos facilidades sino una posición política seria con respecto al tema palestino” (Quds Net, 7 de marzo de 2013).
Certificando que la disputa contra Israel de parte de los palestinos no es territorial, sino religiosa, en la Franja de Gaza se oyeron violentas críticas por el hecho de que en su visita a Jerusalén, Obama supuestamente visitaría el Monte del Templo, acompañado por guardias de seguridad de Israel. El grupo terrorista Hamas y la Jihad Islámica en Palestina, organizaron una marcha para después de las oraciones del viernes pasado, que salió de la mezquita al Umari que está en el centro de la ciudad de Gaza. Los dirigentes de élite de Hamas y de la Jihad Islámica en Palestina, marchaban a la cabeza del nutrido grupo levantando libros del Corán y condenando la injuria a los lugares santos en Jerusalén. Mushir al – Masri, miembro del Consejo Legislativo de Hamas, advirtió que si la visita de Obama incluyera una visita a la mezquita al Aqsa, entonces eso sería como “una declaración de guerra”. Exigió a la Autoridad Palestina a que pusiera fin al acuerdo de seguridad con Israel y llamó a las multitudes a encender la tercera Intifada (levantamiento, rebelión) y de hacerlo bajo el título de “los presos de al Aqsa”.
Por el grado de irracionalidad y fanatismo religioso islámico, se puede comprender las excepcionales medidas de seguridad que deberá implementar Israel, para proteger la vida del presidente Barak Hussein Obama.
Fuente:alertadigital.com
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