LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO
De acuerdo a expertos militares, resulta difícil predecir cuándo será derrocado el presidente de Siria, Bashar el Assad (BA); no obstante, existe consenso de que finalmente caerá, hecho que determinará costos y retos para sus vecinos, particularmente para Israel, y en general, para la región del Medio Oriente. Un aspecto que preocupa, es que el régimen de BA, que básicamente representa a la minoría Aluita, una rama Chiita del Islam; la mayoría de los habitantes de Siria son Sunitas, por lo que sería reemplazado por estos últimos que buscarán venganza contra los primeros, quienes a través de sus dirigentes, los han sujetado a un régimen dictatorial de más de 40 años; hecho que podría ocasionar un periodo de anarquía en ese país.
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Por otra parte, entre quienes probablemente asciendan al poder, predominarán los islamitas fundamentalistas, los cuales a través de la organización terrorista Al qaeda y otros grupos radicales, han logrado armar en Siria una amplia red de jóvenes combatientes, quienes tras el colapso de BA, convertirían a Israel en su principal enemigo y con ello se rompería el acuerdo de paz no declarado que Israel ha tenido con la familia Assad “desde que el canciller de EUA, Henry Kissinger, lanzó su programa diplomático para el Medio Oriente en 1974” y a través del cual se establecieron “líneas rojas” que ambas partes, Israel y Siria, sabían que no podían cruzar; así, durante ese largo periodo la disputada frontera común fue relativamente segura.
De acuerdo a la empresa Stratford Global Intelligence, quedó sobreentendido que Israel públicamente no cedería las colinas del Golán que le arrebató a Siria en la Guerra de los Seis Días en 1967 y que además tendría la libertad de “castigar a Siria si esta pretendiera desarrollar capacidades nucleares con fines militares”, como en la práctica sucedió.
Se considera que en el régimen Post Assad, la fortaleza de Irán, principal aliado de Siria, quedaría socavada no sólo en esa nación, sino en general, en el Medio Oriente, situación que beneficiaría particularmente a Israel y a EUA; igualmente, el movimiento terrorista Hezbolla, con sede en Líbano, apoyado por Irán, perdería influencia política en este último país. Hezbolá tiene fuerzas militares bien preparadas que causaron bajas importantes a Israel en la guerra que ambos bandos sostuvieron en Líbano en el 2006; sin embargo, Israel logró amedrentar a Hezbolá y en los últimos siete años logró el re ordenamiento y fortalecimiento de su Ejército, con lo que ha alcanzado siete años de paz en su frontera Norte. A su vez, Hezbolá ha acumulado un arsenal de 60,000 cohetes, 5,000 con capacidad para tener un impacto importante en las principales ciudades de Israel, aunque el sistema antimisiles que ha desarrollado este último: Domo de Acero, puede contener de manera razonable la amenaza militar del Norte.
En el contexto del fin del régimen de BA; es posible, que al igual que lo que sucedió en el caso de la caída de Gadafi en Libia, se favorezca un libre mercado de armas en Siria y Líbano que obligaría a Israel a reforzar su frontera con Líbano y con la Franja de Gaza, en donde gobierna la organización terrorista de Hamas. En la dinámica de la guerra civil en Siria, no se contempla un ataque de esta última a Israel; empero, de manera preventiva, Israel está construyendo un “nuevo cerco de seguridad” en la frontera con Siria y los reservistas que tenía en esa región están siendo reemplazados con efectivos regulares “para responder con rapidez en caso de provocación”. Israel está más preocupado porque los rebeldes fundamentalistas de Siria se pudieran infiltrar a Jordania buscando derrocar a la monarquía de Abdullal, II para instaurar en esa nación un sistema teocrático. Jordania, en colaboración secreta con Israel ha reforzado militarmente su frontera con Siria; cabe destacar que Jordania enfrenta situaciones de desestabilización por el flujo de casi medio millón de refugiados sirios que se han asentado en su territorio.
La guerra civil también ha causado conflictos militares con su vecino Turquía; el primer ministro turco, Recep Tayqip Erdogan, ha buscado expandir su influencia política en el Medio Oriente permitiendo a los rebeldes sirios que se organicen en su territorio; igualmente impulsa la intervención abierta de fuerzas militares extranjera en Siria. Irán y Turquía compiten por el liderazgo regional; el desplome de BA reforzaría el del Premier Turco Erdogan.
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