Investigadores de la Universidad Ben-Gurion del Néguev, en Israel, descubrieron que la concentración de esperma y el porcentaje de motilidad rápida -la habilidad para moverse espontánea e independientemente- disminuyen significativamente de la primavera al verano y al otoño, recuperándose en invierno.
La estructura física de las células espermáticas también es más saludable en los meses de invierno, según el estudio, que examinó 6.455 muestras de semen durante el transcurso de tres años.
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“Este estudio apuntó a explorar la posibilidad de que el cambio de clima de cierta forma esté relacionado con la calidad del esperma, un fenómeno muy conocido en el mundo animal”, dijo vía correo electrónico Eliahu Levitas, director del estudio.
¿El clima cálido es malo para el esperma?
Es posible que la temperatura pueda jugar un papel en la salud del esperma, de la misma forma en que se ha descubierto que los cambios de luz causan variaciones en el esperma de algunos animales.
Por ejemplo, “tiene sentido que podamos ver diferencias estacionales en la producción de espermatozoides porque sabemos que cuando los testículos se calientan mucho funcionan menos eficientemente”, dice Allan Pacey, conferencista sénior de andrología -el estudio de la reproducción masculina- en la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, quien no estuvo involucrado en el nuevo estudio.
Aun así, señala Levitas, “en mi opinión las verdaderas razones de la reducción en la fertilidad masculina siguen siendo (en gran parte) un misterio. Todavía buscamos los factores que causan variaciones, incluso en la población masculina fértil”.
La explicación del auge de los nacimientos en otoño
Mientras tanto, los hallazgos ofrecen una posible explicación para los patrones estacionales de nacimientos, sugiriendo que el bien documentado fenómeno de alto índice de nacimientos en otoño puede estar relacionado a cambios estacionales en la calidad del esperma.
Los investigadores cruzaron sus resultados con cinco años de información del registro de nacimientos del Centro Médico de la Universidad de Soroka, en Israel. Descubrieron que las tasas de nacimiento eran más altas en otoño, lo que refleja un aumento de las tasas de concepción en el invierno anterior.
“Pudimos demostrar la conexión entre el aumento en la calidad espermática y el consiguiente aumento de partos nueve meses más tarde”, precisó Levitas, cuyo estudio fue publicado en febrero en la Revista Estadounidense de Obstetricia y Ginecología.
Receta para la concepción
Aunque los descubrimientos serán de interés para las parejas que intentan concebir, esto no quiere decir que la gente no deba intentar la vieja escuela durante todo el año, y tan frecuentemente como sea posible.
“Sería inapropiado sugerir que las parejas sólo intenten concebir en ciertas estaciones, puesto que lo importante es que las parejas tengan sexo regularmente durante el año”, subraya Pacey.
¿Quién objetaría esa receta?
Fuente:losandes.com.ar
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