Si usted aún cree que el futuro de Israel le parece sombrío, piense nuevamente. Algunos meses atrás parecía como que el Estado Judío no podría sobrevivir hasta el 2013.
Llovían cohetes desde Gaza; la revolución estaba a punto de instalar un gobierno de islamistas en Egipto y otro movimiento fue preparado para tomar el control de Siria. Irán amenazaba con una bomba atómica, terminar el Holocausto que Hitler comenzó. La administración Obama parecía estar dispuesta a dejar que ello suceda- mientras que la única alternativa de Israel al aniquilamiento nuclear, era un ataque preventivo que iniciaría una guerra mayor en el Medio Oriente.
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Ahora, sin embargo, el futuro de Israel puede ser más brillante que nunca.
Irán es el despojo del vecindario, un impredecible perro rabioso, aunque su corteza nuclear sigue siendo peor que su mordedura. Pero Israel por sí solo se configura para dominar la región, como nunca antes sucedió. Gracias al milagro tecnológico industrial conocido como fracking, Israel está por convertirse en la nueva Meca de la energía del Medio Oriente y muy poco pueden hacer sus vecinos árabes para detener esto.
De hecho, en lugar de complotar por la destrucción de Israel, sus vecinos árabes podrían verse cortejar a favor de Tel Aviv, en los mismos pasos que los EEUU y Europa cortejaron a la OPEP* en los años 1970 y 1980.
¿Qué es la inclinación dinámica de la región a Israel?
Por un asunto, la Primavera Árabe ha generado caos e inestabilidad en los países donde transcurre y eso lleva a quebrantar en los años venideros. Un nuevo informe advierte que Egipto se encuentra al borde del colapso; Siria el viejo adversario de Israel ya se encuentra en ello. Ambos también se encaminan a la ruina económica, como le pasó al otro enemigo de Israel, Hamas en Gaza y también puede golpear a Irán posteriormente.
Israel está yendo a ser el famoso “punto en un mundo en giro”- un mundo replegándose en sí mismo, con poco o nada de energía para gastar en una confrontación con el Estado Judío. Aquí es donde entra en juego el fracking- fracturamiento hidráulico-
Por supuesto, fracturamiento hidráulico es la tecnología que utiliza una mezcla de alta presión de agua, arena y productos químicos para abrir profundos depósitos de petróleo de esquisto y gas natural. Ello por sí solo revivió nuestra industria energética local- hasta tal punto que para el año 2020 seremos el productor de petróleo más grande del mundo.
Lo que mucha gente no sabe es que la tierra de Israel almacena en reservas casi 250 billones de barriles de petróleo de esquisto (de acuerdo al Consejo Mundial del Petróleo). Es casi igual a los 260 billones de reservas de Arabia Saudita—y como además en el Golfo Pérsico las fuentes son convencionales, con una más difícil extracción y aumentos en costos de explotación, es por ello que Israel será la nueva frontera de la energía de la región.
Ya está sucediendo. Los canadienses, expertos conocedores en fracturamiento hidráulico, se han asociado a un Fondo de Tecnología de Energía de Israel, ayudando a compañías, como Energy Initiative para que los israelíes inicien la producción de petróleo de esquisto en zonas de ricas reservas como el Valle de Elah, cerca de Jerusalem. Los rusos han firmado un acuerdo para ayudar en la apertura de vastas reservas de gas natural, descubiertas en el 2008 y el 2009, costas afuera de Israel- algo como 16 billones de pies cúbicos, vale la pena.
Bien, ahora la producción es todavía pequeña, pero como la tecnología fracking continúa avanzando, Israel, pronto, podría ir más allá en su objetivo declarado de la independencia energética y convertirse en un importante país exportador de petróleo – incluyendo a los vecinos pobres en petróleo como Egipto y Siria y el Líbano.
Las implicaciones son nada menos que asombrosas..
En lugar de una asediada y aislada democracia occidental, Israel se vería como un nuevo coloso económico de Medio Oriente.
En lugar de rechazar a Israel, por el miedo de ofender a los estados árabes ricos en petróleo, los europeos occidentales podrían encontrarse buscando la senda de los campos petrolíferos israelíes de esquisto- repensando a quien quieren como su aliado en la región, cosa que no hacen.
Eso incluye a los EEUU. El fracturamiento hidráulico, Fracking, está cambiando el mapa económico del mundo. Ello implica cambiar el Medio Oriente. Es tiempo que los constructores de la política, que sean realistas y que realizaron nuestra relación con Israel, sean nuestro lazo más importante para el futuro de la región.
Arthur Herman es historiador y autor de “Forja de la Libertad: Como los Negocios Norteamericanos Produjeron la Victoria en la 2da. Guerra Mundial (Editorial Random House, 2012) y el libro finalista del Premio Pulitzer “Gandhi y Churchill: La Rivalidad Épica Que Destruyó un Imperio y Forjó Nuestra Era” (Editorial Bantam, 2008).
Fuente:radiojai.com.ar
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