Entrevista a Java Turniansky, mexicana Premio Israel
A menudo se pasa por alto que en yiddish, la lengua hablada por millones de Judios Ashkenazies de casi 1.000 años en Europa, jugó un papel importante en la formación de la cultura israelí.
Para la profesora Java Turniansky de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ese punto es muy claro. En sus 75 años de edad, será galardonada con el prestigioso Premio Israel 2013 en el Día de la Independencia de Israel por su investigación permanente sobre la historia de la literatura idish y en las comunidades Ashkenazi judías en la diáspora.
“Yiddish y todo lo que implica el lenguaje – la literatura, el teatro, el canto y la cultura – es parte de nuestra identidad. Debemos aprender de nuestro pasado para entender nuestro presente”, explica Turniansky en una entrevista con la Agencia de Noticias Tazpit. “Sólo entonces podremos resolver correctamente nuestro futuro”.
“Hebreo siempre ha tenido una influencia en yiddish y hoy vive el yiddish junto con el hebreo moderno. Todos los grandes escritores, Y.L. Peretz, Mendele Mocher Sfarim, Bialik, e incluso Agnon en sus primeros años escribieron en hebreo y en yiddish”.
“Muchas palabras en yiddish se han integrado en hebreo – por ejemplo, lefargen (tratar favorablemente), tachles (propósito, objetivo), nu (darse prisa), chutzpah (descaro), que es universalmente conocido”, añade la profesora, que ha estado afiliada con el Departamento de la Universidad Hebrea de Yiddish en los últimos 50 años.
Turniansky nació y se crió en México, en una casa que sólo se hablaba yiddish. “Mis padres se negaron a contestar si yo habla en español”, dijo ella. “Para muchas familias judías que emigraron desde Europa Oriental hasta México, hablando en yiddish era su manera de mantener la cultura europea y la identidad judía”.
Cuando ella se sienta en su apartamento de Jerusalén, que está lleno de ramos de flores de felicitación, Chava dice que ganar el Premio Israel, el más alto galardón del estado, es increíble. “Es como un sueño que nunca me atreví a soñar y ahora se ha pasado.”
En 1957, Turniansky hizo aliá a Israel, pero no pudo encontrar trabajo como maestra de escuela primaria. Posteriormente, regresó a la universidad y se encontró con los estudios de yiddish. “Siempre he amado la lengua pero nunca imaginé que algún día me gustaría investigarla”, dice ella, habiendo hecho en su camino un doctorado en literatura yiddish. “Así que volví a la universidad y no he cambiado desde ahí”, dice con una sonrisa.
Pero el camino a los estudios yiddish no fue fácil.
Cuando Turniansky vino a Israel, se encontró en medio de una batalla – la batalla contra la lengua yiddish y cualquier otro idioma que no era el hebreo. No fue sino hasta 1962 que la Universidad Hebrea finalmente abrió el Departamento de Yiddish, despues de anteriores intentos fallidos.
“Hubo protestas contra la decisión de la Universidad Hebrea de abrir el departamento de Yiddish”, dice Turniansky. “Yiddish era considerado el lenguaje de la galut [Diáspora], y el hebreo era la pura forma de expresión verbal -. Había carteles en toda la universidad diciendo que era vergonzoso el abrir ese departamento y que el yiddish era sólo una jerga”.
Además, en sus primeros años, era ilegal para llevar a cabo obras de teatro en idish en Israel, con actores y actrices israelíes que se les permitia solo en hebreo. El estado desanimaba a los inmigrantes de hablar sus idiomas nativos y que sólo se hablara hebreo, de acuerdo con Turiansky.
“La gente se sorprende cuando les dije que estaba estudiando yiddish en la universidad. Ellos preguntaron, ¿por qué has hecho eso?”
“Hoy en día, la situación es muy diferente. El yiddish es un idioma que es calurosamente acogido por académicos y estudiantes por igual.”
Aunque el yiddish vive dentro de las comunidades Haredies como el idioma principal que se habla en las poblaciones ultra-ortodoxos en Nueva York y partes de Israel, Turiansky dice que entre algunas familias laicas, yiddish ha regresado también.
“He enseñado a miles de estudiantes, muchos de los cuales optaron por estudiar Yiddish a fin de comprender sus raíces. Algunos de estos estudiantes – tal vez 20 o más – han decidido hablar sólo yiddish con sus hijos”, dice ella. “Los antiguos alumnos hablan yiddish como si hubieran nacido en un shtetl judío en el este de Europa”.
Hay muchas otras lenguas judías, además del yiddish, que todavía se hablan, aunque por menos personas, dice el profesor. Ella cita, Mughrabi, la lengua hablada por Judios desde el norte de África, el ladino por Judios de origen español, dialectos del árabe de judíos de Siria a Yemen, así como el judío iraní.
“Uno de los milagros más grandes del movimiento sionista es el renacimiento del idioma hebreo”, enfatiza Turiansky. “Esto no quiere decir sin embargo que es necesario olvidar nuestro pasado”.
“Hoy el Yiddish cuenta con el respeto que siempre mereció. Es un lenguaje rico en humor, profundidad y expresión”, continúa.
“La palabra Mensch es un buen indicador de qué tipo de lengua el yiddish es. Un mensch no es sólo una palabra para el hombre, sino que significa un buen hombre, que aporta a la sociedad y ama a su pueblo. Un mensch es alguien quien uno está orgulloso de estar en su presencia. Como Judios esto es lo que debemos aspirar a ser, no importa en qué época de la historia estemos viviendo”, concluye la profesora.
Fuente:https:infopublico.com
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