Los alcohólicos – hasta ahora al menos ratas adictas a la gota amarga – pueden ser salvados de recaer luego de un período de abstinencia al apagar un interruptor del cerebro. Investigadores israelíes y americanos pudieron identificar y desactivar una senda cerebral vinculada con el deseo de consumir alcohol, además de evitar que los roedores busquen la bebida y la tomen.
Los científicos, encabezados por el Dr. Segev Barak del Colegio de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Tel Aviv y el Colegio de Neurociencias Sagol, y las profesoras Dorit Ron y Patrician Jankek de la Universidad de California en San Francisco publicaron hoy sus descubrimientos en la página web de Neurociencia Natural.
A pesar de que la investigación fue conducida en animales de laboratorio, los autores creen que es posible que estudios similares tengan la misma estrategia en humanos, y que éste pavimente el camino para tratar otras adicciones, incluyendo el tabaco.
“Una de las causas principales de las recaídas es activada en la memoria por ciertas señales – como ir a un bar o el olor del alcohol. Lo que aprendimos es que cuando las ratas estuvieron expuestas al olor o al gusto de alcohol hubo una pequeña ventana de la oportunidad para apuntar al área que reconsolida la memoria del deseo de consumir alcohol y de debilitar o eliminar la memoria – y, por ende, el anhelo”, dijo Barak.
En el estudio, los investigadores entrenaron a las ratas para acceder voluntariamente a un 20% de solución alcohólica en cámaras especiales al presionar ciertos niveles, y tomaron una gran cantidad de la bebida por tres meses. Luego se los puso en un período de diez días de abstinencia.
Después se expuso a los animales a alcohol por gusto u olor. En la primera parte del experimento los roedores fueron sacrificados – con anestesia – y se escaneó sus cerebros para identificar sus recorridos cerebrales – la memoria del alcohol. Allí encontraron activación de un camino molecular llamado mTORC1. Esta activación fue específica de una región selecta en la amígdala, una estructura vinculada a reacciones emocionales y la retirada de alcohol, y regiones corticales involucradas al procesamiento de la memoria.
En la segunda parte, los investigadores buscaron evitar la reconsolidación de la memoria, además de evitar que haya una recaída. Ellos encontraron que cuando se presentó solo con una pequeña gota de alcohol, se activó el camino mTORC1 del olor y el gusto. Una vez que se activó este, se estabilizó la memoria sobre el alcohol y las ratas tuvieron una recaída en los días siguiente, lo que significa que en este caso, presionaron el nivel de dispensar más alcohol.
Fuente:prensajudia.com
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