El referéndum y otros mecanismos en Brasil son un camino para solucionar las exigencias populares, a pesar de la oposición de los derechistas y neonazis

BENJAMÍN LAUREANO LUNA PARA ENLACE JUDÍO

Dilma Rousseff, Presidenta de Brasil, convocó a los jóvenes representantes del “Movimiento Pase Libre”, que iniciaron el movimiento de protesta que ha movilizado a millones de brasileños y se puso a dialogar con ellos, lo que asombró a los jóvenes manifestantes, porque nunca imaginaron que la Presidenta del más poderoso país de América del Sur se pondría a conversar con ellos.

De inmediato convocó a los 27 Gobernadores de los Estados Brasileños, a 26 Alcaldes de las Capitales de los Estados y al Gobernador de la ciudad de Brasilia, anunciándoles que pediría al Congreso, que convocará a un plebiscito para aprobar la convocatoria para una Asamblea Constituyente, con el objeto de que se discuta, una Reforma Política que incluya las peticiones de los manifestantes que salieron a las calles, entre las que se encuentran los reclamos de los pueblos indígenas de Brasil, de las comunidades desplazadas por la mancha urbana, las exigencias a los “Sin Techo” y las de los “Sin Tierra”.

Pero la iniciativa encontró fuerte oposición de parte del Senador Aécio Neves, posible candidato presidencial del Partido de la Social Democracia de Brasil, quien solicitó reducir a la mitad el número de ministerios y eliminar 22,000 cargos de comisionados. El ex Presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), dijo que las reformas mediante plebiscitos son propias de “regímenes autoritarios”.

Marcos Vinícius Coelho, Presidente de la Orden de Abogados de Brasil, en entrevista con la Presidenta Dilma Rousseff, expuso que jurídicamente no es posible convocar a una asamblea constituyente, porque ésta debe ser elegida previamente. Lo conveniente es consultar al Pueblo sobre medidas concretas de la Reforma.

Pero nadie expuso que el trasfondo es la disputa por el control del petróleo. Las grandes potencias y sus transnacionales y las ocultas corrientes neonazis brasileñas desean tener el control. Mientras que el Gobierno de Brasil pretende invertir en escuelas, en casas, en reforma agraria, en el Desarrollo de los Pueblos Indios y en el bienestar social.

La oposición derechista no está conforme con esta posición de la Ex Guerrillera y hoy Presidenta de Brasil, pero a pesar de ello las masas respaldarán el ejercicio de un referéndum o de otro mecanismo para transformar democráticamente a Brasil.

Dilma Rousseff, se erige como personalidad política que da soluciones democráticas a las peticiones de millones de brasileños, mientras en Turquía, Siria y otras naciones, los manifestantes son reprimidos, gaseados, golpeados, encarcelados, torturados y asesinados.

La extrema derecha brasileña defiende sus intereses financieros, sus empresas, las tierras que han arrebatado a los indios, sus privilegios y sus alianzas con el capital transnacional, así como la venta de armas para reprimir a muchos pueblos, la producción de gases lacrimógenos, la venta de armas destinadas a países que reprimen a sus propios pueblos y, en fin, sus asociaciones con empresas petroleras del exterior.

Debemos destacar que prominentes nazis huyeron de Alemania cuando Hitler fue vencido. Rápidamente crearon una organización de antiguos miembros de las SS. (ODESSA) y lograron que más de 10 mil nazis se salvaran de ser enjuiciados en Nüremberg. Estos nazis llegaron a Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Bolivia, Brasil y a otros lugares.

Klaus Barbie, por ejemplo, se convirtió en asesor de planificación de asesinatos, para defender a los dictadores bolivianos. Barbie fue jefe de la GESTAPO en Lyon, cargo que le permitió capturar a más de 7,500 judíos que fueron enviados a los campos de exterminio, habiendo asesinado a 4,402 personas; detuvo y torturó a 14,000 seres humanos y, las potencias vencedoras lo protegieron para escapar y se instaló en Bolivia, en donde fue narcotraficante, pero los dictadores bolivianos lo utilizaron para reprimir a los mineros, a los campesinos y asesinó al Che Guevara. Finalmente, Francia lo llevó a juicio en 1970 en donde fue condenado a perpetuidad y murió en 1991. Pero sus técnicas para planificar el asesinato, planificar la represión, se extendieron en toda Bolivia y otros países, de manera que los dictadores de Bolivia practicaron la tecnología nazi para exterminar y reprimir.

En Misiones, Brasil, se ocultó Martin Bormann, uno de los hombres más cercanos a Hitler, experto en la “solución final” (exterminio total de los judíos). También se ocultó en ese lugar Josef Mengele, “ángel de la muerte” de Auschwitz, que practicó experimentos biológicos y bacterianos en prisioneros, amputándoles los brazos y los muslos sin haber necesidad para eso y estas experiencias las transportó a Misiones, las enseñó al dictador Stroessner, a los dictadores de Argentina, que fueron destacados alumnos, arrojando al mar a más de 60 mil jóvenes argentinos.

Estas enseñanzas las adoptaron algunos militares brasileños y sus abusos de poder, indujeron a Dilma Rousseff a combatir con las armas el abuso de poder de los militares.

Pero la segunda y tercera generación heredera de estas prácticas criminales, es la que ha sojuzgado al pueblo brasileño, exterminan a los indios en las selvas brasileñas, mantienen en la gran pobreza a grandes contingentes que viven en favelas y por todos estos abusos protestan los brasileños.

La lucha de Dilma Rousseff será gigantesca, pero además tiene que combatir, contra políticos brasileños que pretenden reelegirse y sustituirla, para lo cual, estimulan los gritos en las calles.

La lucha de la juventud por la democracia en Brasil, iniciada en las calles, ahora se traslada al Congreso, en donde la iniciativa para el referéndum, puede zozobrar.

Un antiguo Teniente del ejército brasileño, propuso a Benjamín Laureano Luna, en la época del gobierno del presidente Goulart, que se creara el Parlamento Americano de Derechos Humanos y solo hasta 1996, se pudo crear el Parlamento de Derechos Humanos que sesiona en el recinto del Congreso, en México, pero aún falta crear en cada país una institución similar, tribuna desde la cual los pueblos deben hacer oír su voz. La marcha del Movimiento de Derechos Humanos continúa.

El referéndum y otros mecanismos en Brasil serán un gigantesco paso en defensa de los Derechos Humanos.