Un estudio israelí ha demostrado que escuchar música de Mozart es más conductivo al desarrollo de bebés prematuros que su exposición a Bach.
Muchos estudios han demostrado los beneficios de la música clásica en el desarrollo de bebés.
Pero la investigación del Hospital Ichilov, liderada por el profesor Dror Mandel, director de la Unidad Neonatal de cuidados Intensivos, y Ronit Lubetzky, vice director del Departamento de Pediatría, examinaron si todas las composiciones clásicas ayudan a la salud de un bebé prematuro o si Mozart tiene una influencia única.
Doce bebés prematuros, nacidos en la 30ª semana de embarazo, de 1,2kgs, fueron divididos en tres grupos que fueron expuestos a música de Mozart el primer día, Bach el segundo día y nada de música el tercer día.
Las canciones fueron reproducidas a través de un Ipad que estaba afuera de las incubadoras con audífonos incrustados a éstas, adaptados al volumen de los oídos de un bebé, 75 decibles. También se les puso un dispositivo que mide la absorción de oxígeno y la emisión de dióxido de carbono, lo que permitió que los investigadores calculen las tasas metabólicas de los pequeños.
Las composiciones elegidas para el estudio de los CDs Baby Mozart y Baby Bach fueron calmas y no interpretadas por grandes orquestas. Luego de solo media hora de exposición a la música de Mozart, la tasa metabólica bajó un 9,7% en comparación con los bebés que no fueron expuestos a este estímulo. Escuchar a Bach resultó en una baja del 4,5%.
El efecto de la música de Mozart fue muy rápido: diez minutos después de comenzar a escuchar música, la tasa metabólica bajó un 4,5%. Esto siguió mientras la música continuaba, en comparación con los bebés que no fueron expuestos.
“Bajar la tasa de metabolismo en bebés prematuros causa que pierdan menos calorías y aumenten su peso rápidamente, lo cual es algo positivo”, dijo Mandel. (IG)
Fuente: LV12