MAX DÁNIEL H. PARA ENLACE JUDÍO
Todos los sobrevivientes deseamos trasmitir por escrito, y de viva voz, lo que fue el Holocausto para que la verdad no quede en el olvido y sea menos difícil desmentir a los que niegan el Holocausto.
Hace ya muchos años, por motivos que considero como mi deber y responsabilidad, tengo la inmensa suerte de poder dedicar parte de mi tiempo y salud en acudir a diferentes escuelas judías, colegios, universidades y asociaciones gentiles para transmitir mi testimonio que versa sobre el Holocausto. Hablo solo lo necesario, de las generalidades que considero son de dominio común y me dedico a narrar lo que pasó conmigo, los hechos reales que viví, mis sentimientos y emociones. También considero importante que mi exposición toque las fibras sensibles y los corazones de mis oyentes. Tan es así, que a más de una persona veo lagrimando o llorando durante algunos hechos impactantes que les reseño, y que sucedieron conmigo.
Les transmito los diferentes episodios como si ocurrieran en el acto, considerando que es muy importante, ya que me dirijo a los alumnos diciéndoles que piensen qué hubiera sucedido con ellos teniendo la misma edad que yo tenia cuando me llevaron a trabajos forzados, y a los Campos de Concentración. Comparto con ellos sólo algunos relatos que viví durante esa época nefasta y les planteo cómo hubieran actuado ellos en situaciones iguales.
Puedo afirmar que con mis relatos transmiten motivación e impulsan a los oyentes a participar conmigo en los infernales hechos. No necesito guión, porque están clavados en mi mente, y en todo mi ser, los increíbles sufrimientos y desgracias que me golpearon duramente. Pienso que irradio confianza en lo dicho, es por eso que envuelvo en ese ambiente a los asistentes.
Mi excitado estado interno, mi motivación, viene de adentro de mí mismo. La gente se siente motivada porque también comparte conmigo durante el debate, (en la sesión de preguntas y respuestas). Sus inquietudes, su interés por el tema, denotan claramente el impacto en los presentes. Después de mi plática recibo reflexiones orales y posteriormente por escrito, prometiéndome nunca olvidar, sino al contrario, transmitir lo que escucharon y compartieron conmigo. Esas promesas de los asistentes son mi propia recompensa.
Dar un testimonio fiel no es cuestión sencilla debido a que tengo que revivir los hechos para transmitir la realidad en su dolorosa magnitud. Si no fuera así, no sería posible que participen y virtualmente apropien en las mismas desgracias, por eso proporcionar este ambiente no es una cuestión sencilla de alcanzar. Para lograrlo se requiere destinar una gran cantidad de esfuerzo, aunado a una preparación adecuada que me lleve a aprovechar mejor las sensibilidades y oportunidades que se presenten, así como evitar o superar los obstáculos que mi presentación podría ocasionar.
Además, logro que piensen y razonen en los episodios expuestos con visión clara, llevada a cabo mediante una convivencia equilibrada, por la veracidad expuesta por mí. El resultado es una creación de valores de la que se benefician ellos y no les deja extinguir la memoria de los sucesos durante el Holocausto. La dificultad del éxito surge cuando hay personas a quienes no se puede motivar para que no olviden el sufrimiento y muerte del Holocausto, quienes dejan que otros hagan este trabajo, pero les puedo asegurar que éstos son muy pocos.
A mi propia motivación describo como “un estado interno que excita, dirige y sostiene el comportamiento deseado del auditorio”. En otras palabras, mis vivencias tremendamente trágicas despierten y retan el potencial interno del auditorio, llevándolos por el camino de la colaboración y propagación de lo horrible que fue el Holocausto. La cuestión es que a pesar de que no estoy practicando estas charlas demasiado seguido, al final acabado enormemente agotado, soñando con los acontecimientos, estado que perdura por varios días.
Mi motivación interna transmitida es lo que determina la captación, conservación, sentimiento y propagación de lo que les expongo. Pues bien, lo positivo que suelen tener estos eventos es que tengo la inmensa suerte de ir conociendo gente que estoy seguro transmitirán el Holocausto. Entonces no solo puedo imaginar o suponer, sino me permito adjuntar (para muestra basta un botón) solamente unos pocos extractos de los muchos escritos que he recibido de alumnos, maestros, y gentiles en general por vía mail o por entrega personal.
Recopilaciones de solo algunas de las muchas cartas que recibí teniendo como recompensa en que en muchas generaciones no solo de judíos, sino también a través de los gentiles, el Holocausto nunca se olvidará:
“Es un persona de la cual tenemos mucho que aprender y fue un placer haber estado enfrente de usted escuchándolo, nos conmovió el alma y le aseguramos que lo escuchado el día de hoy no lo olvidaremos y lo utilizaremos para hacer un cambio en nosotras y en los que están a nuestro alrededor. Atte: Nelly Ortega, Meraz Verónica, Yukiko Olguin Calderón.
“El hablar de estos sucesos definitivamente no era fácil para él, sin embargo trató de incluir todos los detalles posibles para entender lo que verdaderamente sucedió y lo más importante, cómo la gente percibía”. Graciela Romo G. Dirección Bachillerato.
“Podemos ver estadísticas e ir a museos que por bien hecho que sea, el museo, no se puede comparar conque una persona que lo vivió directamente nos lo cuente”. Galia Suquet
“Al tenerlo cerca y escuchar los relatos de su dura vida, se me puso la piel chinita y me dieron ganas de seguir y seguir escuchando, algo que el tiempo nos lo impidió. Desde ese día mi visión sobre aquella época cambió y pude relacionar mucho mejor los hechos y aún mejor, sentirlos, a través de usted”. Mariana Hernández Carrillo.
“Al tener la conversación con el sr. Max Daniel creo que muchos pudieron tener una mayor y más profunda idea acerca del Holocausto y lo difícil que fue para la gente. Al poder preguntarle y que nos respondiera tan abiertamente fue algo duro de escuchar a la vez muy enriquecedor. Creo que al igual que muchos esta experiencia cambió a muchos la forma de ver la vida”. Daniel Taylor A.
“Para mí fue una experiencia inolvidable y que me llegue mucho para mi persona. Me encantó que hiciera en una forma de diálogo, pues permitió que el testimonio fuera mucho más personal entre los alumnos y Max Danie”l. María Turu
“Quisiera agradecerle el hecho de que nos quisiera compartir su vida para tenerla siempre con nosotros y las generaciones que vienen. Quiero decirle que usted es, para mí, un ejemplo de persona. Eso para mi es increíble. Y agradezco que hoy usted está en mi corazón para traer fuerza, orgullo y valor”. [email protected]
“No recuerdo cuando fue la primera vez que escuché sobre el Holocausto. Fue hace tanto tiempo que lo consideraba en mi mente como un tema ya aprendido o estudiado y nunca creí que me faltaba tanto por saber. Tampoco creí que a ese proyecto al que no le vi mucha profundidad tocaría mi corazón de una manera tan especial. Su historia fue lo más fuerte e impactante que he escuchado y en verdad aún no puedo creer que haya vivido cosas tan terribles a nuestra edad”. Ivonne Alcántara
“Creo que es una magia que él pueda trasmitir sus vivencias durante el Holocausto y como pasó en los campos de Concentración. Fue un testimonio realmente conmovedor y realmente interesante. Estoy muy agradecida por haber estado ahí y haber conocido a Max”. Daniela G.T.
“El día de ayer fue y va a ser uno de los días más memorables de mi vida. Conocí a Max Daniel. Esta plática fue súper emotiva ya que podías sentir lo que Max estaba contando. Me encantó que respondiera a todas las preguntas que le hacíamos”. Diego García Candela
“También recalcó el hecho de que una religión no define a un ser humano. En cambio, un ser humano es mucho más grande que una raza o religión. Sus palabras tendrán trascendencia en nosotros, pues pocas personas como usted muestran tanta transparencia, sinceridad y verdad”. Carta manuscrita anónima.
Las cartas hablan por si mismas y hacen saber que compartieron la pasión y desgracia vivida por mí durante el infierno, y que escucharon y se interesaron por el drama personal que me aconteció durante del Holocausto. Estas y otras más originales, manuscritas o enviadas por mail de los alumnos o maestros están en mi poder.
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