Los ataques contra los judíos en Malmo, la tercera ciudad más grande de Suecia, llevan a los miembros de esa comunidad a cuestionarse su futuro en un sitio famoso por su multiculturalismo.
Los judíos han vivido desde hace dos siglos en esta ciudad del sur de Suecia, que ha sido un refugio para generaciones que huían de la persecución y la intolerancia. Sin embargo, muchos de sus descendientes ahora se sienten amenazados.
La población de Malmo ha cambiado en las últimas décadas, con otras olas de inmigrantes que parecen avivar las tensiones y generar delitos de racismo y antisemitismo.
La situación llevó al enviado especial del Departamento de Estado de Estados Unidos contra el antisemitismo a viajar a Malmo en abril de 2012.
En general, aunque no siempre, los autores de actos antisemitas son “jóvenes de Medio Oriente”, dijo Jehoshua Kaufman, miembro de la congregación judía de Malmo.
Las tensiones en las escuelas preocupan particularmente a los padres.
El acoso de estudiantes judíos es un problema “no para todos, no todo el tiempo, pero muy a menudo”, se lamentó Kaufman, quien participó en las “marchas de la kipá”, manifestaciones contra el antisemitismo en la que los participantes llevan el tradicional casquete judío.
Cerca de un tercio de los 310.000 habitantes de Malmo nació en el extranjero, principalmente en Irak, Bosnia, Líbano, Irán y Turquía, así como en la vecina Dinamarca.
La comunidad judía se estima en unas 2.000 personas, de los cuales 600 son miembros de la sinagoga.
En 2012, se reportaron 66 crímenes contra los judíos, según el Consejo Nacional Sueco para la Prevención del Delito.
Según cifras de la policía de Malmo, se realizaron 60 denuncias, en comparación con sólo 31 en Estocolmo, con más del triple de la población. Treinta y cinco casos de antisemitismo ya han sido reportados en Malmo lo que va del año.
Las cifras parecen estar en alza: en 2010 y 2011, hubo un total de 44 denuncias entre los dos años combinados.
Shneur Kesselman, un rabino ortodoxo nacido en Estados Unidos, dijo que lo habían insultado y le habían lanzando proyectiles en la calle tantas veces que había perdido la cuenta.
Su tradicional barba y su abrigo y sombrero negro son mal vistos en la zona obrera donde está la sinagoga, en el este de la ciudad. Pero él quiere quedarse. “Es muy difícil de explicar. Mi esposa y yo hicimos de Malmo nuestro proyecto. Sentimos que tenemos una responsabilidad por la vida de los judíos aquí”.
Kesselman no espera ninguna ayuda de las autoridades.
El exalcalde de Malmo, Ilmar Reepalu, ganó notoriedad después de insinuar que los miembros de la comunidad judía tenían su propia culpa cuando un mitin que organizaron durante la Guerra de Gaza (2008-2009) fue atacado con botellas y huevos.
“Me gustaría que la congregación judía tomara distancia de las violaciones de la población civil de Gaza por parte de Israel”, dijo Reepalu a un periódico local.
El año pasado, el alcalde socialdemócrata generó más controversia al decir que la comunidad judía había sido “infiltrada” por los Demócratas de Suecia (SD, extrema derecha), contrarios a los inmigrantes, una afirmación de la que luego se retractó.
Los Demócratas de Suecia han tratado de utilizar los ataques a judíos de Malmo con fines políticos, señalándolos como una consecuencia de las generosas leyes de inmigración de Suecia.
“Está claro que los skinheads callejeros no son la mayor amenaza contra los judíos en Suecia hoy en día, sino el antisemitismo importado de la comunidad musulmana”, escribió en 2010 el legislador de ese partido, Kent Ekeroth, en un artículo de opinión.
Pero según los judíos de Malmo, el antisemitismo no es sólo por los musulmanes. En 2010, por ejemplo, los jóvenes de Vellinge, un suburbio de Malmo con pocos inmigrantes, gritaron consignas nazis y lanzaron huevos en un centro de recreación judía durante una fiesta infantil.
Katrin Sternfeldt Jammeh, nueva alcaldesa de Malmo, dijo a la AFP que el municipio quiere luchar contra el racismo mediante la formación específica de los profesores. El municipio también ha invitado a representantes de las diferentes comunidades a un foro de diálogo para “combatir la discriminación religiosa y étnica”.
Ala-Eddin Al-Qut, el jefe local de la Asociación Islámica de Suecia, dijo que su comunidad comenzó a discutir el antisemitismo en las mezquitas los viernes.
La Red Palestina de Malmo también prohibió algunas insignias o lemas de sus manifestaciones. “Hay una diferencia entre los judíos y los israelíes”, afirmó.
Para Sofia Nerbrand, cofundadora de las “marchas de la kipá”, Malmo es una prueba crucial para el futuro del multiculturalismo en Suecia. “Si fracasamos aquí, la gente dirá ‘Miren lo que sucede cuando se traen demasiados musulmanes'”.
Fuente:terra.com.mx
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