MÓNICA MARISTAIN
La palabra ¡No!, con mayúsculas y entre signos de admiración, fue la más repetida en las redes sociales este jueves, cuando se anunció que el veterano Ben Affleck sería el nuevo Batman en la película donde se unirá finalmente a Superman.
Hombre de Acero y Hombre Murciélago: el inglés con cara de pánfilo y el estadounidense convertido en la gran esperanza blanca de Hollywood gracias a la corrección política demostrada con filmes como Argo.
Henry Cavill y Ben Affleck, los prototipos de machos alfa del siglo XXI, reunidos por Zack Snyder, quien se encuentra todavía en la fase del guión para darle estructura al filme que mostrará juntos a los superhéroes más famosos del mundo.
Si se confirma el rumor de que Matt Damon encarnaría a Robin en una especie de cameo previsto para la nueva entrega de Superman, todo está listo para que los nerds, que no suelen escandalizarse por nada, practiquen un suicidio masivo con altas dosis de Kriptonita. Se estima que la producción de la nueva película con Superman y Batman se iniciará el próximo año y será estrenada en el verano de 2015, un negocio que dará pingües ganancias a la industria del cine en Hollywood y que es testimonio de una vieja y fiel afición de los espectadores a los trajes ceñidos, los calzones arriba de las mallas y las capas volátiles sobre los hombros.
Las últimas películas de ambos personajes han generado ingresos por valor de más de mil millones de dólares, una cifra que se multiplicará en las próximas entregas, aun cuando la reacción de los nerds en las redes sociales al conocerse el fichaje de Affleck, haya pasado violentamente del estupor a la negación, de la ira a la depresión.
Al final, fue la resignación el color con el que los amantes del hombre murciélago aceptaron la decisión. ¡Santas Cáspitas, Batman!, diría el Niño Maravilla. Ya ni modo.
LA ESPERANZA BLANCA DE HOLLYWOOD
Ben Affleck tenía apenas 25 años en 1998, cuando ganó su primer Oscar por el guión de El indomable Will Hunting, escrito junto a su amigo Matt Damon. Un lustro después, tras el fracaso de la insoportable Gigli y su ruptura con Jennifer Lopez, Affleck no era precisamente motivo de envidia, pero gracias a su trabajo como director, el californiano supo ganarse el respeto de sus pares.
Gracias también a su enorme sentido del humor que le permitió entre otras cosas reírse de sí mismo y de sus malos pasos en el cine en ciclos como Saturday Night Live, donde en el monólogo del anfitrión invitó a su esposa Jennifer Garner a que explicara sus palabras, algo que le hubiera hecho falta en la ceremonia del Oscar, cuando su discurso de aceptación por Argo resultó cuanto menos confuso.
Argo, su tercer trabajo como director, el thriller sobre un rescate de rehenes estadounidenses en Irán, basado en hechos reales, optó a siete estatuillas, entre ellas al mejor guión, música y montaje, aunque no compitió en la categoría de Mejor Director, una muestra de que la llamada Meca del Cine le hará pagar durante un buen tiempo sus fracasos.
Es que Affleck genera a menudo sentimientos ambivalentes. Nadie podría decir que estamos hablando de un buen actor. Sin embargo, pocos podrían afirmar que el nacido el 15 de agosto de 1972 en Berkeley, California, carece de presencia física para llenar con dignidad la pantalla.
A la historia increíble del genio matemático Will Hunting, siguieron Armageddon (1998) y Pearl Harbor (2001), gracias a las cuales Affleck se convirtió en una estrella del cine de acción, un estatus que se hizo trizas con los fracasos de Gigli y Jersey Girl (2004), ambas protagonizadas por Affleck y Jennifer Lopez, quienes recibieron sendos “Razzie”, los galardones destinados a lo peor del año cinematográfico. En 2005, la suerte de Affleck cambió tanto en lo personal como en lo profesional. El actor dio el “sí, quiero” a Jennifer Garner, junto a la que protagonizó Daredevil y con la que ya tiene tres hijos y se estrenó detrás de las cámaras con Gone Baby Gone.
En enero, al alzarse con el Golden Globe a la mejor dirección, Affleck tuvo que respirar hondo para mantener la calma: había vencido a Steven Spielberg, Kathryn Bigelow, Ang Lee y Quentin Tarantino. “Me da exactamente igual de qué premio se trata si mi nombre aparece junto a esos”, aseguró entonces con una humildad que se vio sincera.
LA NUEVA ENTREGA DE SUPERMAN/BATMAN
El filme donde Affleck se pondrá el traje de murciélago estará dirigido por Zack Snyder y contará también con las actuaciones de quienes fueron parte de El hombre de acero: Amy Adams, Laurence Fishburne y Diane Lane, informó efe. El anuncio fue hecho por el presidente de Warner, Greg Silverman y por Sue Kroll, la directora de marketing. “Sabíamos que necesitábamos un actor extraordinario para interpretar a uno de los superhéroes más populares y Ben Affleck encaja perfectamente”, dijo Silverman. Por su parte, el director alabó a Affleck al decir que le dará un “interesante balance” al Superman de Cavill, ya que interpretará a un personaje mayor en edad al de Clark Kent.
Suele decir el escritor argentino Rodrigo Fresán que a la pregunta que nos hacen cuando niños y que pretende descubrir si queremos más a papá que a mamá, enseguida viene la de si preferimos a Superman o a Batman.
“Y esa elección –si somos personas de bien, si nos consideramos animales inteligentes– sólo puede ser una: Batman”, afirma el autor de Esperanto. “Batman es ciento por ciento humano y es un verdadero selfmade man que suplanta los súper poderes reflejos y automáticos por gadgets, pura astucia humana y, claro, dinero heredado a muy temprana edad.
Creado en 1939 para competir con Superman por el dibujante Bob Kane y el guionista Bill Finger, Batman –el lado oscuro del magnate Bruce Wayne– se reconoce desde el principio como un perfecto y feliz psicópata. Lo suyo –una sed de venganza del tipo montecristiana– está justificado por haber sido testigo del asesinato de sus padres durante su infancia y nunca me quedó claro qué hacía una pareja de adinerados con niño paseando por una calle oscura, cerca de la medianoche y, si mal no recuerdo, a la salida de un cine”, afirma Fresán.
¿Podrá Ben Affleck, un actor tan mediocre, capturar todos esos matices contradictorios del Caballero de la Noche? Muchos en las redes sociales afirmaron en la víspera que Ben es al fin y al cabo un verdadero nerd y que sólo había ganado un Oscar para poder convertirse en Batman. Ahora, el otrora niño dorado de Hollywood, con el papel de su vida en las manos, podrá tapar la boca a los escépticos o dar la razón a los iracundos. ¡Santos Dilemas, Batman!
Fuente:sinembargo.mx
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