¿Puede Israel confiar que otros lo defenderán?

EDUARDO HADJES NAVARRO PARA ENLACE JUDÍO

Queridos amigos, la experiencia debe ser tomada en cuenta, especialmente cuando de por medio está la supervivencia de Israel.

Kerry ha logrado que israelíes y palestinos se sienten nuevamente a conversar sobre las posibilidades de un acuerdo de paz entre las partes. Uno de los principales argumentos americanos, ha sido que esa nación será garante permanente de la seguridad de Israel y que no permitirá que sea agredida impunemente.

¿Se imaginan un ataque de cualquiera de sus vecinos o de grupos terroristas como Hamás o Hizbollah y nuestro protector nos anuncie que no nos preocupemos, ya que tan pronto vuelvan de sus vacaciones ambas cámaras, será tratada urgentemente la intervención americana, para ver “como nos protege”?

Sabemos que las distancias son tan cortas, que si se acepta el requisito palestino, respaldado entusiastamente por la UE, de establecer dos estados, bajo las fronteras del 67, antes que las dos Cámaras americanas abran sus respectivas sesiones, cualquiera o todas las ciudades y pueblos israelíes ya habrían sido bombardeadas por nuestros atacantes y el número de muertos, podría elevarse a miles.

¿Resucitarían las víctimas israelíes si se aprueba defendernos y mandar barcos, aviones y todo el aparataje defensivo de “nuestros protectores” cuando el daño ya esté hecho?

Dicen que de cada situación desastrosa, se puede rescatar cosas positivas. Espero sinceramente que del traspié dado por Obama en lo referente a las líneas rojas que Al Assad no podía cruzar, sean tomadas en cuenta por Netanyahu y los estadistas que lo acompañan, no aceptando nada que comprometa irremediablemente la seguridad de Israel.

Siempre hemos tenido claro que en la práctica, sólo podemos confiar en nosotros mismos y ahora, ante los acontecimientos reales y no teóricos, ha quedado demostrado sin lugar a dudas, la veracidad de esta idea.

La confianza se va ganando lentamente, en base a hechos. Mientras más alto se llegue, más difícil será mantener esta confianza y, bastará un solo traspié, para que todo el prestigio laboriosamente ganado, se derrumbe.

Lamentablemente, eso es lo que acaba de pasar con el Presidente de EEUU. Prometió tan categóricamente que intervendría tan pronto la línea roja fuera cruzada por Bashar al Assad, que el arrepentimiento, por parte del dictador, sería categórico e inmediato.

Nadie lo obligó a hacer esas declaraciones tan tajantes. Él sólo se metió en un compromiso incondicional y ahora, al demostrar que no tuvo la voluntad o la facultad de cumplirlo en la forma que él lo anunció, su credibilidad se ha derrumbado.

Incluso si en uno o diez días más, actúa de acuerdo a lo prometido, Obama ya no volverá a ser el mismo. EEUU no volverá a ser el mismo.

Los dictadores, los terroristas, los aventureros nucleares, le habrán perdido el miedo y, cualquier intervención a futuro, le costará a la nación del norte, un precio tan alto, que será recordado al punto que las muertes de jóvenes americanos, ocurridas en Vietnam, Corea, Irak o Afganistán, serán juego de niños.

Imaginemos qué pasaría si Irán lograra transformarse en una potencia nuclear y quedáramos esperando la resolución norteamericana para protegernos de un ataque en contra de Israel. Si para intervenir en Siria, la vergüenza fue la respuesta ¿Cuál sería frente a Irán?

Se comprende que esto no tiene nada que ver con el saber si la intervención americana en Siria, si es que finalmente se produce, será positiva o negativa y, mucho menos, que yo me esté pronunciando a favor de dicha intervención.

Aquí, lo que se perdió fue la credibilidad en el Presidente de los EEUU y eso, representa en la actualidad, un daño enorme, no sólo para esa nación, sino que para el Mundo Occidental todo. Incluso, me atrevería a decir que la declinación del imperio americano, será recordada a partir de éste vergonzoso tropiezo.

El gran vencedor será indiscutiblemente Rusia, que se opuso categóricamente a una intervención del Consejo de Seguridad de la ONU y, en una demostración de poder, mandó barcos a la zona.

Igualmente, los tiranos que crucen las “líneas rojas” en contra de sus propios conciudadanos, ya no tendrán que temer a la gran potencia. Sus promesas y amenazas, no volverán a ser un freno y, por lo mismo, si en alguna oportunidad, llegan a ser cumplidas, el baño de sangre que ello conlleve, caerá directamente sobre el gobernante americano que ordene tal actuar, transformándose sin discusión, en agresor en vez de defensor.

Esto, sin lugar a dudas, es una señal inequívoca para Israel. Desconozco hasta donde sus gobernantes se tranquilizaron con las promesas americanas. Hoy, la realidad indica otra cosa.

Mi comentario de la semana pasada, parecía un excesivo apoyo a EEUU y éste, podrá parecer un ataque. Ninguno de los dos es así. Eso no ha sido mi intensión. Lo único que he tratado en ambas oportunidades, es reflejar mi parecer acorde a las circunstancias y actuar de EEUU, ante puntos concretos.

Espero haberlo logrado.