RAQUEL GOLDSCHMIDT PARA ENLACE JUDÍO
Durante Yom Kipur se lee el libro de Iona –Jonás- uno de los profetas del pueblo de Israel.
Resumen del relato de Iona
La historia de Iona, relata sobre este personaje quien era un predicador, (como lo que hoy sería un rav, quien instruye sobre volver al camino, retomar las fuentes y ritual judío, sobre tener una conducta impecable de acuerdo a la Halajá, a la Torah, según lo ordenado por Dios). Un día Dios le ordenó que fuera a Nínive –Lo que posteriormente fue Asiria y hoy Irak- y predicara allí, ya que la gente de éste pueblo se había desviado gravemente de su camino. Iona quiso evadir semejante responsabilidad, e intentó huir en un bote hacia Tarshish. Estando en altamar Dios envió una fuerte tormenta y la tripulación rezó a su dios por ayuda, al ver que su dios no contenía la tormenta despertaron a Iona para que rezara a su Dios. Al enterarse que Iona era el culpable de esta tormenta, Iona les advirtió que debían echarlo al mar para que la tormenta se calmara y salvaran sus vidas, ellos intentaron remar pero finalmente temieron a Dios y resolvieron echar a Iona al mar, con esto se calmó la tempestad.
La tormenta se calmó pero a Iona se lo tragó entero un pez enorme. Dentro del pez, Iona se sintió lógicamente angustiado y allí rogó a Dios que lo perdonara y le permitiera vivir; el pez lo vomitó entonces en tierra seca. Dios vuelve a ordenar a Iona ir a Nínive a predicar al rey para que la gente corrija su camino o destruiría a Nínive en 40 días. El Rey de Nínive recapacitó y ordenó a todos los ciudadanos que se vistieran de luto y se arrepintieran del mal camino para corregir su conducta, pensaba que tal vez Dios los perdonaría y por este arrepentimiento no los destruiría, y así fue.
Cuando Dios perdonó a Nínive, Iona le reclamó a Dios: “Te ruego, Señor, ¿No es esto lo mismo que yo decía cuando estaba en mi propio país?, por eso me apresuré a huir a Tarshish, porque conocía que eres un Dios clemente y compasivo, lento en iras y grande en misericordia y que te arrepientes del mal. Ahora pues, Señor te ruego me quites la vida, porque para mí es mejor morir que vivir”.
Dios le contestó: “¿Haces bien en enojarte tanto?”. Iona salió de la ciudad y se sentó en algún lugar a esperar su destino, pero Dios hizo crecer una frondosa planta de ricino que le cubrió la cabeza y lo refrescó hasta que Iona se sintió muy bien. Posteriormente Dios hizo pasar un fuerte viento y un gusano que destruyó el arbusto por lo cual Iona se decepcionó y se enojó con Dios. Iona enojado dijo “Es mejor morir que vivir”. Dios lo enfrentó por enojarse por lo del arbusto y lo comparó con la ciudad de Nínive diciéndole: “¿Tú tienes lástima por el ricino por el cual no trabajaste ni lo hiciste crecer y acaso Yo no he de tener lástima de Nínive, esta gran ciudad donde hay más de 120.000 seres humanos que no saben discernir entre la mano derecha y la izquierda y mucho ganado?”.
Nuestra misión hoy
Esta historia habla sobre la clemencia de Dios a toda una población gracias al trabajo en equipo: el predicador que hace reaccionar al gobernante, el gobernante que es lo suficientemente inteligente para darse cuenta de la corrupción y la urgencia de corregir esto en su gente, y la gente que obedece al gobernante.
El predicador estaba seguro que el pueblo se podría corregir y le enojaba que la compasión Divina no le impusiera un castigo correcto y merecido a una población que se había pervertido. Casi que el tema principal de este relato gira en torno al predicador, su visión de la vida y en segundo término su importante función. Iona es el pueblo de Israel y Nínive el resto del mundo. Iona no temía que el pueblo fuera a quedar como estaba, que hubieran perdido la fe en Dios y no corrigieran su camino. Iona temía lo opuesto. Y al tiempo, a Iona le molestaba la compasión de Dios que perdonaba a un grupo de personas que habían sido malvadas, Iona pensaba en castigo, mientras el mensaje Divino es la corrección.
Alemania, Polonia, Francia y todo el resto de países compañeros en torturar y perseguir judíos, negros, gitanos, etc. Durante la Segunda Guerra Mundial, eran Nínive. Hoy Alemania es uno de los países que lideran el apoyo a Israel. Sí, es cierto, hay antisemitismo en Europa y va creciendo, ¿pero acaso Israel y las comunidades de fuera de Israel hemos creado misioneros que prediquen a otra gente la importancia de la rectitud, de la paz, de la sabiduría, del desarrollo científico?, no es suficiente con ser justos, buenos e inteligentes, capaces y talentosos, tenemos una responsabilidad, aunque nos tratemos de escapar a Tarshish, tapar el rostro y hacer Hasbará solamente para nuestra gente. No es suficiente con dictar algunas pocas cátedras en universidades o charlitas aisladas a pequeños grupos. Tal vez seamos luz, pero no para las naciones, hasta ahora hemos ocultado esa luz en nuestro ambiente. No es suficiente con tener un Israel democrático y altamente desarrollado, y tampoco es suficiente con dar ejemplo. Hay que misionar, no de conversión pero sí de rectitud.
Dios no le ordenó a Iona ir a convertir a la gente de Nínive, Dios le ordenó ir a Nínive para predicarles para que reaccionen ante la corrupción y corrijan su camino. Según el profeta Isaías -49:6- “Y Él ha dicho: es cosa liviana siendo tú mi siervo, volver a levantar las tribus de Yaacov y hacer volver los preservados de Israel; pues Yo te pondré por luz de las naciones, para que alcance mi salvación hasta los fines de la tierra”.
Hoy los judíos del mundo somos libres y es necesario estudiar y enseñar, es necesario llegar a cada rincón, se puede llamar medios de comunicación o actividades en masa, los líderes de nuestras comunidades del mundo entero y de Israel deben reaccionar, darse cuenta que el punto hoy no es únicamente defendernos o escondernos, hoy los judíos tenemos las manos libres, y entiéndase bien esta libertad, porque si no lo tomamos en serio, seguiremos siendo los perseguidos que se angustian con el nuevo antisemitismo, que se dejan llevar de la corrupción en vez de afrontarla, corregirla y educar al resto de los pueblos a ser justos, a buscar con inteligencia el alma Divina que todos tenemos por dentro, la bondad, el valor de la vida, etc.
Buscar el bienestar del mundo a través de su recomposición social, es nuestra misión. ¿Es tremenda?, ¿es difícil?, tenemos que hacerlo, de lo contrario el mundo terminará siendo un caos y no beneficiará tampoco a Israel. Cuando Dios envió a Iona a Nínive, demostró que no debemos quedarnos en nuestro territorio o en nuestro ambiente con los brazos cruzados viendo pasar el futuro, y capotear lo que venga; el futuro debemos construirlo nosotros mismos, y Dios ayudará; el mundo y nosotros dependemos de nuestra obra, de la mano con la compasión y la ayuda Divina.
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