ANDRÉS ROEMER
Enlace Judío México | La imprenta revolucionó el mundo del conocimiento. Los libros ya no se tendrían que escribir a mano, se podrían producir muchos más y más rápido. El siglo pasado vio el nacimiento de las impresoras, y para 1976 Hewlett Packard inventó la primera impresora de inyección de tinta que se volvería tan popular en los hogares de los consumidores comunes y corrientes como yo y como usted.
Pero imagine que en lugar de inyectar tinta se inyectara algún otro material, por ejemplo plástico, y en lugar de ser papel, que sea una superficie cualquiera. Imagine que un software le dice a una impresora que en lugar de imprimir la imagen de un carro de juguete, imprima el juguete mismo. Esta tecnología ya existe y aunque se sigue desarrollando, ya se utiliza. Se trata de las impresoras en tres dimensiones que son capaces de producir objetos en el espacio y no sólo en papel. Estas impresoras inyectan material como puede ser cualquier polímero plástico o aleaciones de metales para generar casi lo que sea: asientos de aeronaves, piezas de tuberías para baños descontinuados, aparatos de ortodoncia, piezas de automóviles o aviones, etcétera.
Junto con las nuevas tecnologías de escaneo 3D, las impresoras 3D están cambiando también el mundo de la salud. Hoy, se escanea la oreja y el oído para generar aparatos auditivos adaptados exclusivamente para cada oreja. La impresión del nuevo aparato está lista rápidamente sin necesidad de moldes.
Las prótesis humanas pueden también ser impresas con este tipo de impresoras. Un brazo, o una pierna a quien le puede faltar pueden ser impresos ahora a la medida. Pero quizá lo más impactante sea el desarrollo de órganos con impresoras de tejidos biológicos.
El doctor Anthony Atala realiza investigación en materia de medicina regenerativa. Gracias a los avances en investigaciones de células madre, las cuales han permitido el cultivo de tejidos animales fuera del cuerpo, el Dr. Atala fue capaz de generar implantes que con ayuda de un puente hecho de materiales biodegradables, ayudarán a regenerar partes de órganos. Después, con la tecnología de impresoras 3D, sustituyó los polímeros que formaban los objetos impresos por células vivas para generar órganos o partes de órganos.
La increíblemente larga lista de espera por órganos y las dificultades para trasplantarlos motivó al Dr. Atala a desarrollar estos nuevos tejidos funcionales que tendrían una menor probabilidad de rechazo por estar generados por las propias células del paciente receptor del órgano. Un riñón impreso está aún en etapa de desarrollo, pues los órganos animales son muy complejos y a pesar de tener las células en el lugar donde deberían estar, se necesita generar todo el sistema vascular que rodea al órgano para que sea aceptado por el paciente.
Pero aún cuando ya sea posible imprimir tejidos humanos, hay problemas donde no parece tonto que los haya. Uno de los principales problemas es, por raro que parezca, la comunicación. La falta de puentes de software hace difícil la generación de prótesis y órganos efectivos. Existe la tecnología de escaneo 3D con la imagen por resonancia magnética (IRM) que arroja imágenes del cuerpo a altas precisiones y que serían útiles para diseñar las prótesis y órganos con dimensiones y formas propias del paciente; sin embargo, no hay software suficiente que vincule las imágenes generadas por los IRMs con programas de “diseño” que sean compatibles además con las impresoras 3D. Es decir, hoy tenemos un programa de procesamiento de texto (Word) o de imágenes (Photoshop) con el cual manipular escritos y fotos y en cuestión de un clic, podemos mandar a imprimir, pero todavía no existe el software completo para hacer lo mismo con el tejidos generados para el cuerpo humano.
Cuando estos puentes sean construidos, podremos, como dice David Moinina, entrar a una óptica, que nos hagan un escaneo de la cara, generar el armazón diseñado exclusivamente para nosotros y salir con unos nuevos lentes en cuestión de media hora que nos ajustarán completamente. Y lo mismo con prótesis de partes humanas, y lo mismo con órganos.
Hace algunos días se anunció que el departamento de defensa de Estados Unidos destinará cerca de 24 millones de dólares para la investigación en la prueba de medicamentos sobre órganos humanos miniatura impresos. En lugar de probar nuevas drogas y medicamentos en órganos animales, se probará en órganos humanos impresos. La institución líder del proyecto es el laboratorio del Dr. Atala y se espera tener resultados que revolucionen la medicina.
Hace más de 500 años que se inventó la imprenta y tan sólo 30 años que se inventó la impresora de inyección de tinta, y ya pasamos de imprimir tinta en papel a imprimir células para generar órganos. Así es como la tecnología va imprimiendo vida.
ars@prodigy.net.mx
@RoemerAndres
Fuente:cronica.com.mx
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