DAVID HOFFS*
Incienso, especias, curry y cúpulas fantásticas son cosas recurrentes en las bulliciosas ciudades de la India (aunque en el campo solo hay vacas, basura, tierra y un servidor desolado). Al viajar por el extranjero uno no puede evitar comparar al país visitado contra el propio. India es el segundo país en población y la décima economía del mundo contando con un PIB 67% mayor al de México, (2 billones de dólares anuales) que por supuesto, dividido entre una población 10.9 veces mayor a la mexicana resulta en un PIB per cápita 85% menor (1,532 dólares anuales).
Como México, India presume un exuberante pasado, variedad gastronómica y oferta turística (aunque en términos de civilidad hace ver a México de primer mundo). Sin embargo aún con los parecidos, mientras la economía India crece y se expande envidiablemente, la mexicana languidece. Algo estaremos haciendo mal.
En los últimos cinco años India creció económicamente al 6.64% anual, mientras que México solo al 1.58%. Si bien es verdad que las economías con PIB per cápita bajos y población alta suelen crecer más rápido (así como que México sufrió con la crisis de 2008) y que para entender por qué India crece más rápido sería necesario un análisis complejo, mi experiencia me ha permitido observar algunas cosas que no estarían mal de importar a México.
La primera de ellas es como el gobierno Indio ha incentivado el crecimiento económico apalancándose en el desarrollo tecnológico. Actualmente, India es el centro mundial para el desarrollo de software dado su elevado número de ingenieros especializados en lo mismo. También en India el minuto de celular promedio ronda los cuatro centavos de dólar, cuatro veces menos que en México. En contraste México ha dejado de lado a este factor tecnológico de la producción y principalmente se ha enfocado en aumentar la producción vía más capital y más fuerza laboral, es decir con más dinero y trabajadores pero no necesariamente con más tecnología. Si bien esto ha generado una mano de obra mundialmente reconocida, pareciera que la apuesta India por la tecnología ha dado mejores resultados. (México también se especializa en la producción de tamarindo en bola y camote cristalizado, que a propósito, no me vendrían mal para variar al curry).
Otro acierto Indio ha sido la obligatoriedad del Inglés en la educación pública, ignorando lenguas locales, pues la población bilingüe resulta una clara ventaja competitiva (aunque su acento me suena más a una especie de dialecto guaraní). Comparativamente en México, aún se defiende a la enseñanza en lenguas indígenas, actitud que aunque presume defender a estos grupos, sólo segrega más al indígena pues lo aleja más de las fuentes laborales. Un cambio de paradigma económico parece ser necesario en México.
Los que también necesitan un cambio de paradigma son los productores televisivos Indios pues por más que le cambio de canal, todo se parece a la película del Santo contra las momias de Guanajuato…
*Ingeniero Industrial y Maestro en Administración y Finanzas.
Profesor en el TEC de Monterrey y asesor financiero para el sector público y privado.
[email protected]
Fuente:capitaldemexico.com.mx
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