Enlace Judío México | Joseph Cedar propone en su cuarto largometraje, Pie de página, un gran dilema ético, pone en un enorme apuro a uno de sus personajes y, a través de él, retrata a dos generaciones de israelíes, su forma de mirar el mundo y la pasta moral de que están hechas. Puristas y rencorosos, unos, los otros, los más jóvenes, apuestan por ir hacia delante, seguir avanzando. Unos se niegan a reconocer los errores y su intransigencia y otros no se atreven a discutir abiertamente con los mayores, por el respeto que les deben. La consecuencia es un abismo para el que no existen puentes. “No hay posibilidad de reconciliación”, dice Cedar, que en el filme refleja la situación de Israel hoy.
El veterano actor Shlomo Bar-Aba y Lior Ashkenazi son los protagonistas de esta tragicomedia, en la que el director enfrenta a un padre y un hijo y no les deja espacio para la reconciliación. Eliezer Shkolnik es un estudioso del Talmud, un tipo meticuloso y trabajador que vive con el rencor hacia sus colegas por no haber reconocido su trabajo. Su hijo Uriel, también estudioso del Talmund, está en pleno ascenso académico. La situación da la vuelta cuando el padre recibe la noticia de que va a ser galardonado con el Premio Israel, el máximo honor para un erudito. Uriel siente orgullo, pero también envidia. Emociones insignificantes comparadas con las que le van a asaltar cuando descubra la verdad.
Pie de página es una película sobre padres e hijos, sobre lealtad, traición, vanidad, intolerancia, familia, herencia… ¿qué le interesa más de todo ello?
Creo que lo que me interesa es la forma en que todas esas cosas conectan entre sí… y la psicosis con la que tiene que vivir el personaje del hijo. Me interesa especialmente la conexión entre dos sentimientos: cómo alguien se siente respecto a su padre, con quien no conecta, y la necesidad, sin embargo, que tiene de reconocimiento paterno. Yo no sabría qué hacer en la situación del personaje del hijo.
Enfrenta a un padre y un hijo, ambos expertos en el Talmud, ¿con ello quiere mostrar solo eso o intentar reflejar la situación de Israel hoy?
Cuando yo escribí la película y la hice era solo acerca de estos dos personajes concretos, padre e hijo y su enfrentamiento. Pero, creo, que cuando una película comienza a caminar el público tiene la oportunidad de pensar en ella y probablemente salgan más cosas. Probablemente, esta película sea más que esos dos personajes, probablemente refleje la situación de Israel, pero eso es algo que no forma parte de mi proceso realmente. Para mí es solo una película sobre estas dos personas.
¿Hay en Israel gente como este padre y este hijo, con un conflicto similar?
Puede ser. Cada padre y cada hijo son diferentes, pero sí. Están basados en hechos y personas que yo creo que son bastante realistas. Esas dos generaciones existen en Israel.
En la película se crea una situación bastante grotesca, que es casi una tragedia, ¿no refleja eso bastante bien la situación del mundo ahora?
No lo sé, pero es verdad. Creo que es trágico, finalmente, creo que es una tragedia. En la película está claro que no hay reconciliación, no hay posibilidad de reconciliación. Y eso es una tragedia, como lo son muchas otras historias de padres. Pero yo lo único que quería era hacer una comedia sobre padres e hijos e intentar no caer en el ridículo.
Y ¿por qué esa apuesta por la comedia?
El tono de la película tiene mucho que ver con el humor de los actores, de la gente del equipo de la película… Me encanta cómo interpretan los actores en esta película y hubiera sido un error dar la espalda a eso y no hacer una comedia. Aunque, al final creo que se aprecia muy bien que mi conexión emocional con estos personajes es muy triste.
¿Ha aprendido mucho del Talmud con esta película?
He aprendido del departamento del Talmud en la Universidad, del lado académico del Talmud, sí, mucho. Desde hace mucho tiempo el Talmud es un texto religioso, que ha dado lugar a muchos debates acerca de qué es moral y qué es inmoral. Sin embargo, para el departamento de Talmud de la Universidad, para los académicos, es un documento histórico, un documento cultural. Y esas dos caras del Talmud son, en mi opinión, interesantes. Personalmente, yo lo he disfrutado más como documento histórico que como religioso.
¿Usted muestra la cultura hebrea como algo muy hermético?
Creo que lo es. En la película eso se muestra desde el departamento de Talmud de la Universidad, que es muy pequeño y en ese sentido sí es muy cerrado. Es algo difícil de comprender y es complicado acceder a él. El Talmud es el texto judío básico y creo que, finalmente, encierra mucha verdad, es un texto notable. Y es difícil encontrar otro documento así, no encuentro otro ejemplo como éste, que tenga desde la antigüedad tanta relevancia en una cultura. Otras culturas tienen otros textos, textos que son históricos o que tienen un valor artístico desde hace cientos de años, pero no creo que haya otro texto con la relevancia y la influencia en la sociedad de hoy como el Talmud la tiene para los judíos.
Los hombres de la película son responsables del conflicto y las mujeres, en concreto la madre, es la que ofrece la solución. ¿Cree que es un comportamiento que se puede extender a otras situaciones?
Sí. Me gusta ese punto de vista. No había pensando en ello de esta forma hasta este momento, pero es así. Creo que esa madre está en la posición más difícil de todos los personajes de la película, porque ella conoce el origen del conflicto entre padre e hijo. Y uno y otro intentan hacer presión para tenerla en su lado, y al final ella es la que más va a sufrir las consecuencias. De ella es de quien depende, en cierto modo, la felicidad de estos hombres por separado.
Ha hecho una película de dilemas éticos, ¿usted es consciente de que vivimos en un mundo que se plantea muy pocos dilemas de ese tipo?
Ya. Para mí esta historia era interesante porque el planteamiento me llevaba a una pregunta para la que no tengo respuesta, que no comprendo. Puse parte de mí en cada uno de los personajes y reamente no sé qué hubiera hecho yo en su caso. No sé otras personas, esto es acerca de mí mismo, cada dilema que se plantean estos personajes es un dilema que yo he tenido.
La película ha ganado varios premios, especialmente por el guión, ¿qué significa eso para usted?
Siempre es mejor tener un premio que no tenerlo, eso es lo primero. Pero generalmente un premio tiene también dos caras, por un lado te hace sentir orgulloso del trabajo que has hecho, te hace sentir bien, y por otro, aunque parezca lo mismo, es que te hace sentir bien y eso tiene un peligro. Cada premio que he recibido ha tenido esa dualidad.
Pie de página es una comedia israelí, lo que no es normal, ¿es necesaria la comedia cuando la situación no es la mejor?
No lo sé. Creo que lo que le gusta a la gente es el drama inteligente. Muchas de las películas que se estrenan hoy no son inteligentes. No sé si la gente quiere algo divertido, con suspense… no tengo ni idea. Pero la gente, si es lista, quiere algo inteligente y eso es lo que yo intento hacer como cineasta.
Fuente:publico.es
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