ROSALÍA SÁNCHEZ
Enlace Judío México | Cuando Laurence B. nació en un hospital de Baja Sajonia, hace ahora 43 años, su cuerpo tenía órganos genitales tanto masculinos como femeninos. Los médicos sugirieron una cirugía para eliminar una de las dos partes, la que decidiesen los padres, pero estos no quisieron decidir por su hijo y, visto que aquella anomalía no causaba problemas vitales ni de crecimiento, dejaron las cosas como estaban.
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“Con tres años mi cuerpo se parecía más al de una niña, así que fui educado como tal, pero yo siempre me sentí un chico, un chico que no terminaba de encajar en ninguna parte”, relata Lolo, el apodo neutro, ni femenino ni masculino por el que se hace llamar por sus amigos. Exámenes genéticos recientes indican que Lolo es un hombre, porque sus cromosomas sexuales son 46XY, “pero eso tampoco es así del todo, porque no soy un hombre como los demás, mis testículos no terminaron de descender nunca y además tengo ovarios”, se queja, encantado de que la ley alemana permita ahora que no sea la medicina ni la ciencia quienes decidan el sexo al que pertenece. “Creo que la nueva ley alemana me permitirá por fin definirme administrativamente, superando las dos categorías tradicionales en las que yo no quepo tal y como soy”.
La modificación del Registro Civil alemán, que entra este viernes en vigor, permite registrar a los recién nacidos en la categoría masculina, femenina y de sexo indeterminado. Aprobada en mayo, pero dada a conocer este otoño, convierte a Alemania en el primer país europeo en oficializar la tercera opción de género. Abre la puerta, además, a que más adelante esas personas con sexo indeterminado puedan cambiar su inscripción y definirse por alguna otra categoría, lo que indirectamente abre una vía a que personas inscritas en la casilla masculina o femenina reivindiquen también su derecho a cambiar de categoría.
Esta modificación del Registro Civil no procede de una decisión política, sino del ámbito judicial. Cumple con una decisión del Tribunal Constitucional que establece que mientras una persona “sienta profundamente” que pertenece a un cierto género, tiene también el derecho de decidir cómo se identifica legalmente. A partir de ahora, la Administración alemana tendrá que dilucidar qué consecuencias tiene esto en la emisión de documentos oficiales, como pasaportes y tarjetas de identidad, así como sobre las leyes que conciernen al matrimonio ya que, hasta este momento, en Alemania sólo se pueden casar mujeres con hombres.
En las negociaciones en curso entre Cristianodemócratas (CDU) y socialdemócratas (SPD), se ha ido rebajando la reivindicación socialdemócrata de campaña electoral, cuando prometía “igualdad al 100%”. Este punto no aparece en la lista de los diez irrenunciables que han presentado ya a la canciller Merkel y se ha desvanecido en los documentos previos de la coalición de gobierno, hasta quedar convertido en “una mejora de la situación de las parejas del mismo sexo”.
“Yo no quiero entrar a juzgar si debe legislarse en Alemania el matrimonio entre homosexuales, ni me gustaría que casos como el mío fueran utilizados políticamente para impulsar esa ley. Son cosas diferentes”, explica Lolo. “Pero sí me gustaría que otros países contemplen una modificación como la que entra ahora en vigor en Alemania, porque creo que ayudará a sentirse más integradas a personas que han nacido igual que he nacido yo”.
Fuente:elmundo.es
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