Enlace Judío México | El presidente israelí y jefe del Estado hebreo, Shimon Peres, cedió ayer a las exigencias de Artur Mas y retiró la bandera española durante el encuentro que ambos celebraron en el palacio presidencial de Jerusalén, y que ponía fin al viaje oficial de cuatro días del presidente a Oriente Próximo. Fuentes diplomáticas han asegurado a El Confidencial que, ante las demandas del equipo de Mas, Peres accedió a quitar la enseña española y, en su lugar, colocó una segunda bandera de Israel.
El pasado mes de junio, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, también fue recibido por Peres en Jerusalén. En aquella ocasión, ambos posaron para los fotógrafos delante de las banderas española e israelí, que presidían la sala del palacio presidencial donde se celebró el encuentro. El presidente de Israel, que ejerce funciones meramente protocolarias en su papel de jefe del Estado, siempre recibe a los dirigentes internacionales que le visitan con las enseñas de sus respectivos países, además de la israelí.
Un portavoz oficial de la Embajada de Israel en Madrid respondió ayer con un lacónico “no comment” a las preguntas de este diario sobre la razón de que la bandera española no luciera junto a la israelí durante la reunión entre Peres y Mas. Tan sólo señaló que la decisión sobre qué enseñas presiden los actos protocolarios del jefe del Estado hebreo con mandatarios extranjeros siempre la adopta la parte israelí, pero no aclaró si la iniciativa partió de la Generalitat. En los días previos al viaje, la embajada aseguró que Mas sería tratado como “el presidente autonómico de un país amigo como España”.
El presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, también visitó recientemente Israel y fue igualmente recibido por Peres. En aquella ocasión sólo ondeó la bandera israelí, no la española, pero ello obedeció a que Valcárcel no viajó como el máximo dirigente de una comunidad autónoma de España, sino en su calidad de presidente del Comité de las Regiones, un órgano consultivo que representa a los entes regionales y locales de la Unión Europea, según un portavoz del Ejecutivo murciano.
La versión catalana
La versión de la Generalitat es bien distinta. Un portavoz de Mas aseguró anoche a El Confidencial que el embajador español en Tel Aviv, Fernando Carderera, había reclamado a las autoridades del país anfitrión que la bandera española presidiera, junto a la israelí, la cita entre Peres y el presidente catalán. El mismo portavoz añadió que la decisión de no colocar la enseña española la tomó Israel por iniciativa propia, sin que hubiera mediado petición alguna por parte de la Generalitat.
Las fuentes diplomáticas consultadas recuerdan que no es la primera vez que un presidente catalán provoca un incidente similar. Pasqual Maragall y su entonces número dos, Josep Luis Carod-Rovira, viajaron en 2005 a Tel Aviv, en una gira que los llevó también a Palestina y Jordania. Durante su estancia en la capital israelí, Carod-Rovira se negó a participar en un acto de homenaje al asesinado primer ministro Isaac Rabin porque no ondeaba la senyera, y sí las banderas española e israelí.
Pero esta vez la polémica no se ha limitado a esa guerra de banderas. Durante su cita con Peres, el presidente catalán estuvo acompañado por su consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y el embajador Carderera. Al término del encuentro, el representante diplomático de España en Israel aseguró que Mas “en ningún caso” ha planteado a Peres su proyecto soberanista para Cataluña, todo lo contrario a lo que aquél había relatado poco antes a los numerosos periodistas que le han acompañado en el viaje.
Cataluña y “los nazis”
Según Carderera, Mas sí ha defendido ante Peres que es partidario de una Europa federal, con poderes centralizados para los asuntos globales y suficiente autogobierno para las regiones, de forma que éstas puedan gestionar los problemas cotidianos de los ciudadanos. El presidente de la Generalitat, que más tarde ha visitado Yad Vashem, el memorial a las víctimas del Holocausto erigido a las afueras de Jerusalén, ha lamentado la actitud de quienes contribuyen a la “banalización del totalitarismo” al comparar a Cataluña y los catalanistas con “los nazis”.
Mas regresó ayer a Barcelona sin haber alcanzado uno de los principales objetivos de su visita: reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Sí ha firmado varios acuerdos de colaboración tecnológica y científica con universidades y centros de investigación israelíes, pero no ha evitado duras críticas de la oposición por equiparar la “lucha” de Cataluña a la del pueblo israelí y, en menor medida, por haber viajado en compañía de su esposa, Helena Rakosnik. El PP ya ha presentado una batería de preguntas en el Parlamento autonómico para saber “en calidad de qué” se ha trasladado Rakosnik a Israel.
Fuente:elconfidencial.com
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