ALFONSO M. BECKER PARA ENLACE JUDÍO
Enlace Judío México | Dice un ex-agente del Centro Nacional de Inteligencia Español (C.N.I.) que la más poderosa fuerza de combate que tiene Occidente es precisamente su “inteligencia” pero no se refiere concretamente a sus espías sino a la inteligencia política. Estos últimos diez años de negociaciones con los persas han sido toda una década prodigiosa para tratar de entender a un “enemigo” fanático, peligroso y muy bien armado; se le han expuesto las razones y temores de la comunidad internacional, se ha pedido a los clérigos iraníes su colaboración para un nuevo mapa de Oriente Medio en el que la gran nación iraní tendría un sitio importante como socio, se les ha comunicado que era perfectamente posible tener sus centrales nucleares para producir energía eléctrica a pesar de que la comunidad internacional sabe de sobra que un país con los recursos petroleros y gasísticos que posee Irán, en modo alguno necesita diversificar de esa forma dado que la tendencia en todo el mundo pasa por obtener esos recursos “diversificados” a través de la energía solar que es un millón de veces más barata y por supuesto mucho más limpia… y los espías de Occidente han descubierto que disponen de todo un entramado nuclear para producir el arma atómica.
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Se llama a estos diez últimos años -de contactos con los ayatolas- una década prodigiosa porque ha permitido a la inteligencia política europea y estadounidense conocer de primera mano las intenciones de unos fanáticos religiosos que se han armado hasta los dientes para conseguir ser uno de los ejércitos más poderosos del mundo y -por supuesto- el más mortífero de la zona. El dato más singular obtenido por la comunidad internacional no fue precisamente esa frenética carrera armamentística que de ninguna manera obedecía a carencias notables en la defensa del país sino que evidenciaban, descaradamente, un proyecto de fuerzas armadas perfectamente diseñadas para conseguir una posición hegemónica en el medio Oriente… y aún así, Occidente le ofreció un sitio en la comunidad internacional pero los clérigos persas, iluminados por el sueño milenario de la llegada del Mahdi, estaban convencidos de que el santo guía aparecería en Irán y que lideraría un imperio persa muy capaz de extender el islam por todo el mundo… Han sido tan estúpidos como para creer que negociar con la comunidad internacional sobre un asunto tan serio, es como discutir en un zoco por el precio de una alfombra.
Me aclara el oficial de operaciones retirado, que la inteligencia política es la fuerza de combate más poderosa porque permite al “enemigo” comprender a lo que se enfrenta dado que se despliega ante sus ojos todo el abanico de penurias que puede padecer hasta que entienda que el camino no es la guerra; las sanciones económicas, la obstrucción de sus exportaciones y el bloqueo comercial no han servido para nada porque esa dictadura islamista es férrea, poderosa y capaz de hacer mucho daño a la economía mundial si cumple sus amenazas de cerrar el Estrecho de Ormuz… pero fabricar bombas atómicas es la gota que ha colmado el vaso.
Cuando un Estado islámico se atreve a conformar un relato de odio tan espeluznante como el que ha compuesto el régimen iraní para hablar de exterminio de hebreos, de borrar del mapa al Estado judío y de masacrar a todas las tropas “extranjeras” en Oriente Medio, es porque jugaba con unas cartas muy buenas. El historial de asesinatos en Argentina, Europa e Indonesia, masacrando judíos, no eran el producto de unos certeros ataques improvisados sino que correspondían a un plan de los servicios de inteligencia persa que habían tejido toda una red por el mundo y -concretamente en Oriente Medio- un cerco a Israel patrocinando con miles de millones de dólares a todos los grupos terroristas de la zona y a su gran aliado Bashar Al-Assad. Si creen los ayatolas que Occidente va a perdonarles lo que han hecho… es que… además de fanáticos asesinos… son estúpidos…
Hoy día 20 de noviembre de 2013 es la última oportunidad que tienen estos locos iluminados por Allah, engalanados con chilabas de ricas sedas, para dejar el regateo a un lado y poner toda su infraestructura nuclear bajo supervisión internacional. Si no aceptan las propuestas serán atacados de forma inminente y sin piedad porque son un grave peligro para la comunidad internacional y sobre todo para Israel y los aliados árabes en la zona que se encuentran en primera línea de fuego… Estos peligrosos clérigos han creído que todavía vivimos en la Edad Media y han aplicado a su idea de la “Yihad mundial” para el siglo XXI el mismo esquema propagandístico que el jerarca nazi Joseph Goebbels; las han remozado con apreciaciones de Thomas Hobbes, en el siglo XVII, señalando que el estado natural del hombre no es la paz sino la guerra, la guerra santa permanente hasta conseguir sus objetivos… Estos sanguinarios clérigos solo escuchan una sucesión de sonidos coránicos percibida como una sola entidad, una melodía de guerra y de sangre que ahora quieren maquillar con la sonrisa de Rohani cuando todo el planeta ha soportado el discurso de mala leche y criminal de todos los gobernantes de Teherán. Lo han difundido en las escuelas persas y en todo el entramado educativo del mundo islámico en una secuencia lineal a lo largo de todo este tiempo, con identidad y significado propio, en un entorno propicio, sonoro y particular que alcanza todo el planeta a través de las migraciones de sus masas hambrientas y sin futuro en las comunidades que gobiernan. Han diseñado una estrategia de odio a Israel y a todos los infieles de la tierra, señalándonos a todos en conjunto como el “Gran Satán”.
Rendir a un enemigo sin luchar es la cima de la perfección en política pero es absolutamente imprescindible que el enemigo se rinda pues si el arte de la diplomacia no surte efecto es inmediatamente suplantado por el arte de la guerra para llegar a término en la disputa. Sin embargo, una negociación que ha durado más de diez años es una prueba irrefutable de la paciencia de un mundo occidental que ha comprobado que estos ayatolas deben estar locos y no haberse leídos los libros sagrados que los humanos han escrito durante siglos. Ciegos de poder en su propio hogar, han querido extenderlo por todo el oriente y llegar a donde nadie ha llegado. Ni siquiera saben que no hay hombre que tenga poder sobre el espíritu para restringir el espíritu; tampoco hay poder de control en el día de la muerte; ni hay licencia alguna en la guerra; ni siquiera ahora, en estos momentos de advertencia y ultimátum, intuyen que la iniquidad no proveerá escape a los que se entregan a ella.
Han reescrito todo lo que era digno de veneración y respeto, a su gusto y conveniencia, para dictar como sagrado el exterminio de judíos, un paso por delante de los genocidas del Tercer Reich que lo diseñaron como una necesidad “genética” de predominio racial para los arios; y mucho más lejos todavía para señalar a estadounidenses y europeos como pertenecientes a un mundo de perversos enemigos; la satanización simplista para acabar con todos los obstáculos para su grandeza.
Ni siquiera advierten que Occidente ha llegado hasta lo que es hoy porque de la cultura judeocristiana ha aprendido que para todo hay un tiempo señalado, aún un tiempo para todo asunto bajo los cielos, tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de desarraigar lo que se haya plantado, tiempo de matar y tiempo de sanar; tiempo de derribar y tiempo de edificar, tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de plañir y tiempo de dar saltos, tiempo de desechar piedras y tiempo de reunir piedras; tiempo de abrazar y tiempo de mantenerse alejado de los abrazos… Hay un tiempo para buscar y tiempo de dar por perdido, tiempo de guardar y tiempo de desechar, tiempo de rasgar y tiempo de unir cosiendo, tiempo de callar y tiempo de hablar, tiempo de amar y tiempo de odiar, tiempo para guerra y tiempo de buscar la paz… Veamos que eligen estos fanáticos religiosos comandados por Alí Khamenei porque la vida se explica en todas estas palabras y oraciones y todas las opciones están sobre la mesa de negociaciones.
Están locos estos ayatolas persas si no entienden que es el último aviso…
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