Por Michel A. Figot
A principios de Octubre se llevó a cabo la primera edición del Festival Merkabá, una celebración de la cultura judía en la Ciudad de México.
Este festival fue y será la oportunidad de los habitantes del D.F. de disfrutar la diversidad de matices de los ritmos, melodías y motivos culturales que integran la música judía contemporánea. En esta edición, se tuvo la presencia de cuatro bandas musicales: dos nacionales y dos extranjeras, en dos foros distintos y llegando a dos públicos diferentes. Niños, jóvenes y adultos disfrutaron un poco de la cultura judía actual.
Este evento deja ver la constancia y el crecimiento de hip; una iniciativa de Isidoro Hamui y Michel Figot entusiasmada por compartir su cultura y mostrar una faceta distinta de la comunidad y la juventud judía, con un enfoque de apertura e inclusión a la sociedad en general y un interés genuino en abrirle nuevos espacios a propuestas culturales y artísticas.
El término Merkabá se refiere a la visión profética de la carreta mística que llevaba el espíritu de los sabios al mundo de los cielos. Este festival, organizado en conjunto con el músico neoyorquino Daniel Saks, aspira a ser esa metafórica carreta en la cual podamos elevarnos conjuntamente por medio de los sonidos de la música.
El sábado 5 de octubre se presentaron DeLeon y The Sway Machinery en el Imperial. Este lugar es un pequeño y muy reconocido foro/bar en el que se pueden disfrutar conciertos muy íntimos y presentaciones de talentosos músicos y DJs. Cuenta con una amplia y excelente cartelera de grupos emergentes o reconocidos y se ubica en la colonia Roma.
Durante la primera noche de Merkabá las puertas del Imperial se abrieron como siempre a un público joven y diverso. En esta ocasión se presentaron dos bandas muy distintas entre sí y a la vez muy similares; ambas lideradas por jóvenes judíos provenientes de Nueva York. Sus proyectos: traer al presente la música del folclor judío de hace miles de años. Cada una se remonta a distintas regiones y épocas: DeLeon se basa en la cultura Sefardí y el idioma Ladino para componer sus piezas y fusiona este material con melodías y estilos actuales como el Rock, Balkan o Ska, creando una atmósfera que remonta a lo que pudiera ser una antigua fiesta de pueblo en algún lejano lugar de la península ibérica.
Por otro lado, The Sway Machinery es la banda liderada por Jeremiah Lockwood, cuyas más grandes influencias musicales son el blues y los cantos ceremoniales del judaísmo. El hecho de que el resto de sus integrantes también participen en otros reconocidos proyectos como Antibalas Afrobeat Orchestra, Balkan Beat Box y Arcade Fire nos ayuda a comprender por qué es una banda tan ecléctica, poderosa y divertida.
El público de entre 20 y 35 años pudo disfrutar de una noche con melodías poco esperadas y una energía inigualable. Escuchar, desde un cóver de Café Tacuva en Ladino, hasta una versión de Avinu Malkeinu acompañada por riffs de guitarra electrónica y fuertes trompetas en un legendario y abarrotado bar de la colonia Roma es, sin duda, una experiencia difícil de imaginar.
Pero el domingo 6 de octubre fue totalmente distinto. En esta ocasión el recinto fue la Sinagoga Histórica Justo Sierra 71; templo que abrió sus puertas a la comunidad Ashkenazí de México en 1941. Después de muchos años de dar servicio y otros cuántos en abandono, el bellísimo espacio fue restaurado en el año de 2008 para que hoy en día se pueda utilizar con diversos propósitos, uno de ellos es mostrar un poco de la historia de la Comunidad Judía en México.
Aprovechando la carga cultural e histórica del lugar y la curiosidad del público, el Festival ofreció además de su programa musical un tour por el barrio y una visita guiada por la Sinagoga. Después, el recinto fue tomado por las hermosas voces femeninas de Dora Juárez y Jaramar Soto. Estas grandes voces se apropiaron literalmente del espacio e hicieron de las suyas, cada una con su particular estilo.
Dora Juárez, una joven de voz delicada, nos sorprendió desde que entró al recinto, sigilosamente pero alzando la voz a los cielos entonando La Serena. Así comenzó a llenar el espacio con tonadas en Ladino, recordándonos la época en que la sinagoga se usaba como espacio de culto. Para las siguientes piezas fue acompañada por un gran equipo de músicos que hicieron uso del laúd, darbukas, instrumentos de cuerda y más, intercalando la música con las historias de las canciones para envolvernos más en el ambiente cálido y pueblerino de Sefarad. También, el uso de una consola en la que grababa y reproducía su propia voz en diferentes capas nos dio muchas sorpresas melódicas que no esperábamos escuchar.
Segundo acto; la ya reconocida cantante mexicana con una trayectoria de once discos, Jaramar Soto, alzó su voz con un grupo de músicos que incluía guitarristas, percusionistas, bajistas y una clarinetista. Jaramar, una madura voz que este año festeja el 20° aniversario de su primera producción de música sefaradí, “Entre la pena y el gozo”, presentó canciones tradicionales de esta cultura incluyendo la muy conocida A la una yo nací.
Este proyecto no hubiera sido posible sin la confianza que nos brindaron las instituciones y personas que nos apoyaron, tanto económicamente como en especie, tiempo y talento. Creemos que juntos podemos seguir generando espacios para conocer, explorar y compartir la cultura judía contemporánea.
Agradecemos especialmente a la Fundación Metta Saade, A.C., la cual tiene como objetivo promover el arte y cultura judía por medio de proyectos innovadores liderados especialmente por jóvenes. Esta Fundación ha apoyado los proyectos de hip desde el comienzo.
Así mismo, contamos con el apoyo de la comunidad Ashkenazí en patrocinios y mediante el préstamo del espacio de la Sinagoga.
Sin embargo, el Festival Merkabá comenzó a proyectarse gracias al subsidio de la Natan Foundation para emprendedores de la Comunidad ROI. Ésta fue la primera institución en apoyar a este nuevo proyecto de hip.
Por último pero no menos importante, agradecemos a los colaboradores del evento, quienes trabajaron arduamente en su realización: Lomas Eventos por la instalación de audio y video, Jimmy Cohen, Erik Majzner y Natan Schwartzman por la realización del video, El Falafelito, el foro Imperial, así como a todos en la Sinagoga Histórica Justo Sierra 71 y en el apasionado y creciente equipo de hip.
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