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jueves 21 de noviembre de 2024

La historia de George Gershwin, nacido Jacob Gershovitz, por la pianista-cuentista israelí Astrith Baltsan

La historia de George Gershwin, por la pianista-cuentista israelí Astrith Baltsan.

George Gershwin (Brooklyn, Nueva York, 26 de septiembre de 1898 – Beverly Hills, California, 11 de julio de 1937), con nombre de nacimiento Jacob Gershovitz, fue un compositor estadounidense.

Hijo de una familia de inmigrantes rusos de origen judío, su talento para la música se manifestó a temprana edad, cuando, mediante un voluntarioso aprendizaje autodidacta, aprendió a tocar el piano. Ante su entusiasmo, su padre decidió hacerle estudiar con un profesor, Charles Hambitzer, quien le develó el mundo sonoro de compositores como Franz Liszt, Frédéric Chopin o Claude Debussy. Los referentes de Gershwin en aquellos primeros años fueron Irving Berlin y Jerome Kern, compositores de Broadway de la época. Su gran sueño era triunfar como compositor en las salas de concierto.

Así, abandonó en 1914 sus estudios para trabajar en una editorial de música en los que, sentado al piano, presentaba al público las melodías de moda. Pronto se animó él mismo a componer sus primeras canciones, algunas de las cuales consiguieron cierta popularidad y, sobre todo, le valieron la oportunidad de escribir su primer musical para Broadway, “La, la, Lucille”.

Su inmediato éxito significó el verdadero comienzo de su carrera como compositor. A éste siguieron otros títulos como “Lady Be Good, Oh Kay!”, “Funny Face, Girl Crazy” y “Of Thee I Sing”, que contribuyeron a cimentar su fama y a convertirlo en un personaje aún más popular que sus admirados Kern y Berlín.2 A partir de la década de 1920, inició también la composición de otros trabajos destinados a las salas de concierto. Fecha señalada en este sentido fue la del 12 de febrero de 1924, cuando estrenó en el Aeolian Hall de Nueva York su célebre “Rhapsody in Blue”. La obra, despertó cierta polémica, cosa bastante común en los estrenos de las obras de muchos compositores del siglo XX, pero en poco tiempo consiguió hacerse con un puesto en el repertorio de los mejores solistas y las más destacadas orquestas. El éxito no hizo olvidar a Gershwin sus numerosas lagunas técnicas, por lo que prosiguió sus estudios musicales con la intención de enriquecer su estilo y abordar metas más ambiciosas. En 1925 compone su Concierto para piano en fa.

George Gershwin, con mínimos estudios formales, quiso profundizar en la composición, ya que sus conocimientos eran más bien intuitivos. Las respuestas de los maestros que Gerswhin consultó hablan por si mismas, ya que ninguno de ellos consideró que su conocimiento intuitivo de la música fuera un obstáculo para él. Aunque el especialista en música del siglo XX Alex Ross cree que es una leyenda, se cuenta que intentó ser discípulo de Ígor Stravinski, éste le preguntó: «¿Cuánto dinero ganó usted el año pasado?». «200.000 dólares», respondió el joven Gershwin. «Entonces yo debería tomar clases con usted», respondió el maestro. Ravel se negó a darle clases, argumentando lo siguiente: «usted perdería su gran espontaneidad melódica para componer en un mal estilo raveliano. ¿Para que quiere ser un Ravel de segunda, cuando puede ser un Gershwin de primera?».

Entretanto, escribió la pieza sinfónica Un americano en París, y al poco tiempo decidió volver a Norteamérica.

En 1935 Gershwin estrena su ópera Porgy and Bess, un retrato de la vida de una comunidad negra en el sur de Estados Unidos. A pesar de algunas dificultades iniciales, Porgy and Bess se impuso rápidamente en los escenarios de todo el mundo.4 Luego de Porgy y Bess, George Gershwin comenzó a componer música para películas. Ese mismo año se mudó a California y escribió “Shall we dance?” (¿Bailamos?) para Fred Astaire y Ginger Rogers, y “A damsel in distress” (Una damisela angustiada) para Astaire, Joan Fontaine y Gracie Allen. A comienzos de 1937 comenzó a experimentar dolor de cabeza, mareos y desmayos. Los análisis no revelaron ninguna causa aparente, pero el dolor de cabeza se incrementó con mayor frecuencia y severidad hasta que el 9 de julio Gershwin colapsó en un estado de coma y le fue diagnosticado un tumor cerebral.

La Casa Blanca envió dos destructores para que trajeran de su yate, en la Bahía de Chesapeake donde se encontraba de vacaciones, a uno de los más prominentes especialistas de medicina cerebral. Con el tiempo necesario, el Dr. Dandy alcanzó el aeropuerto Newark en su camino a Hollywood; sin embargo, los cirujanos locales decidieron que era necesario operar a George y se encontraron con una situación desesperante. Gershwin nunca se despertó de su coma y falleció el 11 de julio de 1937, a dos meses y medio de cumplir los 39 años, silenciando prematuramente a una de las voces musicales estadounidenses más frescas y creativas. El novelista John O’Hara resumió la actitud de muchos estadounidenses quienes se rehusaron a creer que Gershwin hubiera muerto cuando dijo, “No lo creeré si yo no quiero”.

Fuente : Wikipedia

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