¿Quién es judío?

A.B. YEHOSHUA

Enlace Judío México | Voy a hacerles la siguiente pregunta, si un judío no vive en Israel, no habla hebreo, no se interrelaciona con sus pares, no cree en el D-os de Israel y su Torá y encima su madre no es judía ¿es acaso judío?

En comparación con el esfuerzo de definir “quién es sionista, la definición de quién es judío es compleja y tediosa. Constituye una cuestión que se ha debatido mucho, y no sólo por judíos, sino desde los admiradores del pueblo judío hasta sus más encarnizados enemigos.

Parece sorprendente que un pueblo del que se estima su edad en unos 3200 años se siga discutiendo su autodefinición, como si miles de años de historia no hubieran bastado para llegar a un acuerdo al respecto.

Pero si las disputas sobre la definición de un judío, no se saldaron con la Ley del Retorno, y se han mantenido e incluso intensificado, es porque debe haber alguna verdadera necesidad existencial, política y cultural que se expresa a través de la condición antes dicha.

La primera pregunta es: ¿por qué necesitamos una definición?

Antes de la creación del Estado, si hubiéramos estado de viaje y hubiésemos entrado en un restaurante en los Estados Unidos, Argentina o Tashkent y el propietario nos hubiera reconocido como judíos, nos hubiese elegido la mejor mesa y nos hubiese comentado: -“Yo también soy un judío”- nadie hubiera tratado de examinar sobre qué base se definía a sí mismo como tal.

Nadie hubiera preguntado si su madre era judía o sólo su padre, o si tal vez algún antepasado judío se le apareció en un sueño y él decidió identificarse como un judío. Nada de esto habría sido importante para nosotros, podríamos haber encontrado el mismo hecho de que se identifique como Judío aceptable e incluso agradable, pero al señor no le habría agregado nada.

O podemos tomar un ejemplo más extremo y terrible: en los guetos y campos de exterminio, durante la Segunda Guerra Mundial, no hubieron pocos judíos que se identificaron como judíos y se percibieron encarcelados como judíos, a pesar de que, desde la perspectiva de la halajá (ley judía) no se les consideraba judíos porque no tenían madres judías. Pero, si muchos de estos seis millones hubiesen resucitado y quisieran emigrar a Israel, por lo menos medio millón serían bloqueados por las autoridades de inmigración israelíes con el argumento de que no son elegibles para la ciudadanía bajo la Ley del Retorno.

Por lo tanto, antes del establecimiento del Estado, la definición de judío en sí misma no era importante para la mayoría de las personas, a no ser que se tratara de matrimonio, bastardía y entierro.

Después de todo, a pesar de la antigüedad del pueblo judío, seguía siendo pequeño en número, por lo que cada alma fue recibida sin demasiado control. Pero una vez que se estableció el Estado, y sobre todo, una vez que se aprobó la Ley del Retorno, la necesidad de una definición era vital, ya que, a través de ésta, un judío obtiene el derecho de venir a Israel y de convertirse en un ciudadano, con todo lo que ello implica. Por lo tanto, durante la última generación, el grave problema de la definición de un judío salió a la luz.

Advertencia de Agnon.

Después de que se fundó el Estado de Israel , su primer líder, David Ben- Gurion, se acercó a unos 60 hombres judíos: sabios – religiosos y seculares, rabinos, filósofos y profesores líderes en Israel y en la diáspora- y pidió una respuesta a la cuestión de ¿quién es judio? las respuestas fueron muchas y variadas, pero una de ellas sobresale en mi memoria – la respuesta de Shai Agnon :

“Señor Primer Ministro, nos estamos metiendo en problemas”.

Agnon tenía razón, su advertencia es válida en la actualidad.

Pero las razones de Estado llevan a que se alcance una solución al problema a la hora de extender documentos de ciudadanía. No hay más remedio que definir quién es un judío y hacer frente a este problema complejo, porque éste no es el fin del viaje: la próxima etapa sería definir quién es israelí.

Vamos a empezar mirando la definición halájica, porque en el fondo es la que proporciona la mayor parte de los datos esenciales para seguir adelante.

La definición halájica dictamina que un judío es una persona nacida de madre judía. Esta definición parece haber cristalizado al final del período del Segundo Templo, cuando su fórmula final fue establecida por los sabios (Por cierto, durante muchos períodos de la historia judía, la palabra “Israel ” se usó más comúnmente que la palabra ” judío “).

Vamos a analizar la definición para ver lo que dice, y sobre todo lo que no dice.

Un judío es el hijo de una madre judía: ¿acaso la definición establece cuándo la madre es judía? Sí, cuando su madre y abuela del primero es judía y esta lo es porque su bisabuela era judía, simplemente porque ella también nació de una madre judía – y así sucesivamente.

Lo que no se dice en esta definición es que un judío tiene que vivir en la Tierra de Israel para ser judío. No dice que un Judío tiene que hablar hebreo para ser judío. No dice que un Judío debe integrarse a una comunidad judía, o que él no tiene ninguna obligación de que los demás lo llamen judío.

Lo que es aún más sorprendente es que, aunque se trate de una definición halájica, la definición no dice que tiene que creer en la Torá de Moisés o en Dios para ser un Judío .

Por lo tanto, la definición es esencialmente una definición de pueblo o tribu. No podía ser más básica.

Esto significa que, lógicamente, sería un error incluir a los musulmanes, los budistas, los cristianos y los Judíos en una misma categoría , como lo sería un error lógico poner a los musulmanes , los budistas , los cristianos y los noruegos en una misma categoría .

La clasificación correcta sería que son devotos religiosos los musulmanes, los budistas, los cristianos y los judíos, pero como estamos definiendo al judío como pueblo y no como religión, judío es lo mismo que inglés o argentino.

En otras palabras, de acuerdo a la definición halájica, ser judío es una afiliación a un pueblo, no una religión.

Hasta hace alrededor de 200 años, los sabios podrían haber definido al judío como una persona que creía en la Torá de Moisés o de alguien que observaba los mandamientos. Esta definición habría encajado en más del 99 por ciento de los Judíos de ese momento en cualquier lugar del mundo.

Pero ellos decidieron no definir al “Judío” de esa manera. La halajá judía lo define como integrante de un grupo nacional no de una religión.

Aunque a esta afiliación nacional le falta algunos componentes nacionales importantes y necesarios (tal vez para dejar espacio para la observancia de los 613 ) , es sin embargo todavía una afiliación nacional.

Sostengo que en una definición religiosa no se puede encontrar un componente de laicidad o de no religiosidad. Sin embargo, una persona nacida de madre judía que no cree en Dios o en la Torá e incluso niega cualquier conexión con la tradición religiosa judía, todavía se considera un Judío en todos los sentidos, incluso en la traducción más rigurosa de la halajá .

De esto, vemos el primer elemento que se desprende de la definición halájica: – un Judio es el hijo de una madre judía – es vacío . Esta definición no proporciona ningún contenido significativo.

Así que la pregunta es entonces, ¿Es la pertenencia al pueblo judío solamente biológica? ¿Estamos hablando de un grupo étnico que puede ser identificado por sus genes, como la raza negra o amarilla?

Por supuesto que no. Mientras que el negro no puede convertirse en blanco y el negro no puede dejar de ser negro, una persona nacida de madre judía puede llegar a ser un cristiano o convertirse al Islam y perder su identidad judía y pasar a otra religión.

El Hermano Daniel, un sobreviviente del Holocausto que se convirtió al cristianismo y vivió en el monasterio Stella Maris en Haifa, pidió a la Corte Suprema de Israel ser registrado como un Judío en su documento de identidad, pero su petición fue denegada.

En Francia, el Cardenal Jean -Marie Lustiger, uno de los tantos niños judíos que fueron adoptados por cristianos, se jactó de que no sólo era cristiano sino también Judío . Sin embargo, todos los rabinos de Francia rechazaron categóricamente la afirmación.

El Judaísmo no es una filiación racial y si te conviertes a otra religión dejas de serlo, a pesar de que hayas nacido de madre judía.

Por otro lado, una persona que no ha nacido de una madre judía puede unirse al pueblo judío por conversión.

Durante los últimos dos mil años de la historia judía, numerosos judíos se convirtieron al cristianismo o al Islam.

El número de judíos al final de la época del Segundo Templo se estimó en cuatro millones, mientras que por el inicio del siglo XVIII sólo había un millón de judíos.

Al mismo tiempo, las personas que no habían nacido de una madre judía se estaban convirtiendo al Judaísmo.

Uno de nuestros historiadores dice que tales conversos se contaban por decenas de miles. Esto significa que la existencia o inexistencia de una madre judía no es un componente necesario de la definición de judío.

El corredor religioso que lleva a la entrada o salida del pueblo judío sigue dependiendo de la voluntad de una persona y no de una característica biológica o genética.

El acto de la conversión al cristianismo que significa que la persona ha abandonado al pueblo judío. El tránsito por el corredor cristiano o musulmán elimina su condición de judío.

Lo mismo se puede decir de una persona que se convierte y entra en el pueblo judío a través del corredor religioso y se convierte en parte de la misma: No hay significado a la pregunta de si él se mantiene fiel a la religión que dejó atrás.

Al haberse convertido y sentirse parte del pueblo judío, hará suyo sus valores y creencias, aun las secularizadas. Dentro del pueblo podrá formar parte de una corriente ortodoxa o reformista o ser nacionalista secular.

La Elección y la libertad

Para resumir esta sección, hemos identificado otro componente en la definición de Judío, además del elemento de vacío, y este es el componente de elección y la libertad.

Un Judío es Judío porque eligió serlo, y no porque se vio obligado- a causa de la biología o por alguna fuerza social externa, para definirse a sí mismo como judío. En muchos sentidos, es más fácil dejar de ser judío que dejar de ser israelí o inglés.

Hago hincapié en este punto, porque esto es lo que da valor a la elección de la identidad judía. Ningún antisemita va a determinar si una persona es judía o no, y sin duda los nazis no fueron autorizados para determinar quién era un judío y quién no; tuvieron el poder de matar tanto a los judíos y a los no judíos por su definición absurda.

Si un hombre que no se consideraba a si mismo judío pereció en Auschwitz, debemos respetar su propia definición, y no la de los que lo mataron de acuerdo con su propia clasificación distorsionada.

De ahí surge la pregunta: Si un judío no tiene que vivir en Israel, no tiene por qué hablar hebreo , no tiene por qué estar comprometidos con las relaciones comunitarias, no tiene por qué creer en el Dios de Israel y Su Torá y no necesariamente tiene que ser el hijo de una madre judía, ¿ por qué decimos que es judío?

Y aquí está la respuesta, aunque problemática: un judío es alguien que se identifica a sí mismo como judío. Esa es la raíz; esa es la esencia.

Si el lector piensa que esta definición es anárquica y es fruto de una imaginación literaria, él debe saber que esto es exactamente la definición que sirvió de base para el Estado de Registro de la Población de Israel en sus primeros años, cuando se absorbió a más de un millón de inmigrantes. Esa fue la definición de ” judío ” en el Reglamento del Registro de Población Israelí (julio de 1950 ) : Una persona es judía por su propia declaración (siempre que no sea miembro de otra religión ) .

Según su propia declaración, “se entiende por su identificación como tal, y no es de extrañar que tal definición se basase en elementos confusos”.

En la Diáspora tal definición puede existir sin demasiados conflictos ya que en cualquier caso los no judíos no tienen ningún control sobre la auto-definición de los Judíos, y ciertamente no tienen obligaciones legales hacia esta definición. Pero en Israel, donde los judíos deben someterse a la autoridad de otros judíos en todas las áreas de la vida, esta definición es problemática y probablemente seguirá siéndolo así hasta el fin de los tiempos .

¿Qué puede salvarnos de este problema? La definición de israelí. En efecto, si miramos la Enciclopedia Hebrea, encontraremos para nuestro asombro que la enciclopedia que fue editada por un erudito religioso, el profesor Yeshayahu Leibowitz, no tiene definición de judío. En el volumen 19, página 222 , aparece lo siguiente: “judíos – ver Israel , pueblo de “.

Fuente:anajnu.cl

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