La invasión árabe a España fue facilitada por la lucha por el poder entre clanes visigodos

BENJAMÍN LAUREANO LUNA PARA ENLACE JUDÍO

Enlace Judío México | Mahoma nació en Ciudad árabe de La Meca en el verano de 570. Quedó huérfano a los seis años y fue a vivir con su abuelo y luego con su tío, Abu Talib. Creció en el desierto y vivió como nómada. Mahoma conoció la orfandad, por ello en el Corán se hace mención a la generosidad que se debe tener con los huérfanos.

Las gentes de La Meca tuvieron poca agua. Se dedicaban al comercio. Su tío Abu tenía rebaños de cabras y Mahoma se ocupó de atender al ganado, por ello expuso: “No ha habido profeta que no haya sido pastor”.

En La Meca había creencias relacionadas con ídolos y la construcción en que se les depositaba fue denominada Kaaba, lugar visitado por peregrinos, los cuales, además, comerciaban con almizcle, incienso y especies traídas de Etiopía, mercancías que eran vendidas a sirios y griegos de Basora y Damasco. Mahoma participó en las caravanas que comerciaban. Así conoció a una viuda rica, Jadiya, con la que tuvo dos hijos y cuatro hijas, pero sólo sobrevivió una hija llamada Fátima.

A los 40 años comenzó a hablar como profeta: Habló del Creador, que creó al hombre y que ha enseñado la escritura, “nos ha enseñado lo que no sabíamos, pero el hombre es insolente, rehúsa poner atención a la verdad, consigue riquezas, pero al Señor se lo debemos todo. A los mentirosos los arrastraremos por el mechón de la frente”.

El Corán (salmodia o recitación) se recita. Sólo puede ser comprendido por los creyentes. Tiene capítulos denominados Suras o azoras.

Las mujeres estimularon a los hombres a ser guerreros diciendo: “Somos hijas de los bravos, esperamos en alfombras (para el amor); avanzad y os abrazaremos; retroceded y os despreciaremos”.

Las prédicas de Mahoma en La Meca cansaron a los seguidores de los ídolos de Kaaba, por ello lo combatieron y lo expulsaron en el año en 625, quien se refugió con 100 seguidores en Yatrib, después denominada Medina (iniciándose la hégira). En Medina estableció un gobierno teocrático. La doctrina de Mahoma se difundió y hubo conversos en Aqaba, Medina y otros lugares. En Medina se reorganizó, se armó, y luego con 10,000 seguidores atacó La Meca. Expulsó a las tribus judías Banu Qaynuga, Banu Nadir y en 627 perpetró la matanza de los judíos de la tribu Banu Qurayza, conquistando definitivamente La Meca en el 630, donde destruyó los 360 ídolos.

La campaña militar de Mahoma fue veloz, alcanzó el Sinaí, Jerusalén y Damasco. En el año 632 murió Mahoma en Medina y no dejó descendencia masculina. Su hija Fátima y su esposo Alí eran muy jóvenes.

A la muerte de Mahoma asumieron el mando cuatro guías: El Califa (sucesor) Abu Bakr , quien introdujo el belicismo al decir: “Cuando un pueblo deja de pelar por el Señor, es el Señor el que se desentiende de ese pueblo”; conquistó la parte oriental de la península arábiga, Basora y llegó cerca de Bagdad. Después le siguió Umar (Omar), que conquistó parte de Egipto y Libia, consolidó Jerusalén, en donde construyó la Mezquita Al Aksa sobre los restos del Templo de Salomón y se mantuvo en Damasco y parte del territorio sasánida (Irán) e impuso justicia igual para fuertes y para débiles, pero los seguidores de bienes terrenales, en busca de riquezas asesinaron a Umar. Luego Utman que conquistó el resto del imperio sasánida, hasta el Mar Caspio (Irán), así como el norte de África llegando a Trípoli y finalmente Alí, quien continuó la conquista y quiso retornar a la práctica justiciera de Umar pero fracasó. Para el año 661 el Islam (fe o paz interior) dominaba el Medio Oriente y una parte de la costa oriental mediterránea de África, hasta cerca de Túnez.

En 671 se estableció en Damasco el Califato Omeya, como consecuencia de la rebelión del gobernador de Siria, Muawiya, que se opuso a Alí y se impuso en todo el espacio musulmán y en África del Norte y se extendió hasta Marruecos, durando el poder de Omeya hasta el año 750.

Después emergieron los abasíes del año 750 al 1258.

El rey visigodo Rodrigo luchaba en contra de los hijos de su antecesor, Witiza, que le disputaban el poder, los cuales viajaron a Marruecos a solicitar el apoyo de las tropas musulmanas. Tariq ibn Ziyad al-Layti, en el año 711, al frente de tropas árabes bereberes cruzaron el Estrecho y desembarcaron en el territorio visigodo, siendo bien recibidos por los oprimidos integrantes del clan gentilicio Wamba-Égica, seguidor de los hijos de Witiza. En el reinado de Ervigio y en el de Witiza, hubo peste, epidemias y sequía y esto debilitó especialmente a Witiza. Los hijos de Witiza disputaron el poder al rey Rodrigo, del clan de Chindasvinto-Recesvinto. En la batalla de Guadalete, Rodrigo fue derrotado, pero los hijos de Witiza no alcanzaron el poder porque los árabes crearon el Califato de Córdoba, dominando los árabes hasta 1492, cuando Isabel de Castilla y su esposo Felipe de Aragón derrotaron en Granada a los árabes.

En los años que duró el dominio árabe, se sospechó que los esclavos judíos, quisieron sacudirse la tiranía visigoda y por ello se aliaron en 711 a los invasores bereberes. Esta acusación fue utilizada por el clero para promover el odio a los judíos, por ello presionaron para que fuesen expulsados de España en 1492 y eso beneficiaría a Isabel de Castilla, porque despojaría a los sefaraditas de sus propiedades para lo cual la inquisición sería el brazo ejecutor.

Esto provocó la huida de judíos hacia el Nuevo Mundo, los que tuvieron que aparentar ser cristianos, pero en secreto continuaron practicando el judaísmo. Así nacieron en América los Anusim o forzados.