Enlace Judío México.- El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) entregará el próximo lunes 24 de febrero la Medalla Bellas Artes a Arturo Ripstein, uno de los realizadores más importantes del cine nacional y primero en obtenerla por el rubro de creación cinematográfica.
La entrega del premio se realizará a las siete de la noche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Hijo del reconocido productor cinematográfico Alfredo Ripstein nació en la Ciudad de México el 13 de diciembre de 1943.
A los 18 años fue asistente de Luis Buñuel en El ángel exterminador (1962) y a los 22 debutó como director con Tiempo de morir (1965).
El castillo de la pureza, Cadena perpetua, El lugar sin límites, Principio y fin y El Evangelio de las maravillas son algunas de las películas que llevan su firma, títulos que figuran entre lo más destacado de la filmografía nacional contemporánea.
La Medalla de Bellas Artes, creada en 1993, es entregada “a creadores, intérpretes y destacados personajes de la cultura de nuestro país, como distinción por el desarrollo de un trabajo artístico con un claro impacto en beneficio de la promoción y la difusión de las artes”, destacó el organismo en un comunicado.
“El premio estima el reconocimiento de la comunidad artística a la que pertenecen y una trayectoria sobresaliente en los ámbitos nacional e internacional, sostenida por más de 20 años. Adicionalmente se valora el que los candidatos hayan recibido con anterioridad premios y reconocimientos, dentro y fuera del país”, agrega.
GENIO Y FIGURA
Conocido por su fuerte temperamento, el laureado cineasta mexicano fue protagonista de una fuerte polémica en 2011, cuando no se quedó callado a la hora de criticar a todo el jurado reunido en el Festival de San Sebastián, que otorgó la Concha de oro a la película del catalán Isaki Lacuesta, Los pasos dobles.
En una entrevista publicada en periódico vasco Gara, el director de Profundo carmesí y La reina de la noche, entre otras, dijo que la presidente del jurado, la actriz estadounidense Frances McDormand, “no salió nunca de Pensilvania”.
Ripstein, que ganó el premio mayor en las ediciones de 1993 y 2000, dijo que no volverá nunca al Festival, al que calificó de “subnormal”.
En San Sebastián, el mexicano presentó su película en blanco y negro Las razones del corazón, clausurando sin premio la sección oficial.
De su colega, el español Alex de la Iglesia, que fue miembro del jurado, dijo que “ya le gané una Concha de oro y eso no se olvida”.
En el escritor y guionista Guillermo Arriaga ve a “un enemigo personal por el hecho de ser mexicano”, porque “la megalomanía hace que todo lo demás no exista, que la basura que se escribe parezca oro”. “Este cuate es un talento innegable para la autopromoción”, dijo.
A Sophie Mantingeux, otra de los jurados, la llama fotógrafa “desconocida”, al igual que al director noruego Bent Hamer, mientras que a Bai Ling se refiere como “dos chapuzas de actrices”.
“De pronto, la dirección del Festival empieza mal. Un festival, además de seleccionar lo que se les da y las mejores películas posibles, tiene que saber qué hacer con un jurado y no tener un jurado de chapuza
(…). La dirección del Festival en este momento ha logrado convertirlo en un festival en vías de desarrollo”, argumentó.
Esta semana, durante la realización de La Berlinale, el director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, expresó en la capital alemana su firme deseo de que Ripstein regrese al País Vasco a presentar una película.
“Espero que Arturo siga haciendo maravillosas películas y espero que vuelva a San Sebastián, siendo yo director del festival”, dijo olvidando los agravios.
Recientemente, ante el fallecimiento del poeta mexicano José Emilio Pacheco, quien colaboró con él en cuatro guiones, el cineasta mexicano pidió que el escritor fuera recordado por su talento inigualable expresado en una obra “capaz de atravesar cualquier pantano y no enlodarse”.
Pacheco colaboró como guionista al lado de Ripstein en los filmes El castillo de la pureza (1972), El Santo Oficio (1973), Foxtrot (1975) y El lugar sin límites (1978).
En entrevista con la agencia efe, Ripstein opinó que la película Mariana, Mariana (1986), una adaptación a la pantalla grande de Las batallas en el desierto, escrita por Pacheco y llevada al cine por Alberto Isaac, “fue un desacierto, muy lastimosa, pero afortunadamente la obra de José Emilio queda intacta, no se enloda con la película”.
Fuente: sinembargo.mx
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