Un balcón para cada quien

JACOBO ZABLUDOVSKY

Enlace Judío México | Lejanos están los tiempos aquellos en que el Señor Presidente, después de una junta cumbre (sobre todo si a ella asistía su colega de Washington) tranquilizaba al angustiado pueblo mexicano garantizando, desde el balcón central del Palacio Nacional, que la sacrosanta soberanía seguía tan virgen como siempre.

Todas las estaciones de radio y televisión se encadenaban y los periódicos del día siguiente, junto a fotos a ocho columnas de un Zócalo rebosante de ciudadanos unidos en la ovación, publicaban encabezados de apoyo incondicional ante la valiente actitud del hombre que, sobreviviente del combate, volvía con el lábaro patrio impoluto y, prueba de ello, lo mostraba ondeándolo en su mano derecha.

Los tiempos han cambiado, ya no son los de un solo partido político y hoy, gracias a Twitter, cada quien tiene su propio balcón y las opiniones son tan libres, gratuitas y diversas como teléfonos celulares hay en el mundo. Bienvenidos estos vientos frescos de una técnica que destruyó esquemas tradicionales de la propiedad de los medios y los puso a disposición de cualquiera para abrir espacio a su verdad.

La reunión de Toluca es signo de la modernidad. Levantó una ola de opiniones críticas, hasta injuriosas pero preferibles sin duda a la unanimidad obligada de épocas superadas para siempre. Pocas veces, tal vez nunca, se han registrado tan libremente las divergencias del ciudadano frente al poder comunicador del Estado. Pregunté al señor José Antonio Meade, secretario de Relaciones Exteriores, su opinión al respecto.

“Yo creo que la atención del mundo se concentra justamente en eso. Acá a veces no dimensionamos que seamos una región en paz, de democracias estables, que la democracia mexicana sea además una democracia eficiente que entrega resultados que genera acuerdos, que transforma al país para bien y eso hace que se vuelva a poner la lupa en Norteamérica, que volvamos a llamar la atención del mundo. Como una región en paz que trabaja para su prosperidad, una región que crece, una región que comercia, una región que tiene intercambios educativos, una región que trabaja para fortalecer su seguridad ciudadana, una región que trabaja para identificar en la relación nuevas áreas de oportunidad”.

Coincide la reunión de Toluca con 20 años del Tratado de Libre Comercio.

“El Tratado de Libre Comercio implicó la oportunidad de hacer una apuesta por traducir la vecindad geográfica en un espacio de oportunidad.

Hoy una parte muy importante de los empleos que tiene nuestro país están vinculados al sector comercial, a lo que compramos del resto del mundo, a lo que le vendemos al resto del mundo. México está vendiéndole a Estados Unidos más de un millón de dólares por minuto. Entre los tres países comerciamos 124 millones de dólares cada hora, una dinámica además que ha implicado que entre México y Estados Unidos tengamos hoy la frontera más dinámica del mundo con más de un millón de cruces legales todos los días y atrás de cada uno de estos cruces y de cada uno de estos dólares de comercio hay empleos, hay inversión, hay oportunidades.

El Presidente, dentro de sus cinco ejes de gobierno, identificó a uno que es convertir a México en un actor con responsabilidad global. Eso exige presencia, trabajo, pero eso abre puertas, abre oportunidades, abre espacios que antes no conocíamos y que ahora podemos aprovechar, nos permite acercarnos a Asia, nos permite tener una relación renovada con China, recordar que Japón es nuestro primer socio comercial, acercarnos con algunas potencias medias con las que no teníamos dialogo ni relación ni marco jurídico para que éste se diera como Turquía o Indonesia, que nos ha permitido relanzar la relación con viejos amigos y conocidos, con Francia, con Inglaterra, con Italia, con España; ahora recordar la importancia y la vigencia que tiene toda América. Volcarnos hacia Centroamérica y Latinoamérica y empezar a construir acercamientos con la región del Medio Oriente, empezar a diseñar una estrategia de acercamiento con África. Es aspiración de un país que se proyecte de manera global, que crezca y se conozcan las oportunidades que ofrece, que se conozca su cultura, que se conozca su turismo, eso demanda y exige una presencia y una actividad como la que ha venido desplegando”.

Posturas como la de Andrés Manuel López Obrador, quien difiere radicalmente de la opinión del secretario Meade, no sólo merecen el respeto obligado: las considero indispensables aunque sólo La Jornada las publique. Lo mismo que la columna de Carmen Aristegui en Reforma: “Una cumbre chiquita”. Su difusión fortalece mi confianza en este México distinto.

Fuente:eluniversalmas.com.mx