Para Mahmoud Abbas, el Estado judío es un “mito delirante”

ITAMAR MARCUS

Enlace Judío México | A continuación de la demanda de Benjamín Netanyahu, la negativa del presidente de la AP Mahmoud Abbas a reconocer a Israel como un Estado judío representa un importante obstáculo que bloquea cualquier avance hacia un acuerdo entre Israel y la Autoridad Palestina. El Jerusalem Post informó esta semana que el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, cree que la demanda de Israel es un error. La pregunta es: ¿Por qué las dos partes están tan preocupadas por lo que ya está aceptado internacionalmente?. En 1917, la Declaración Balfour respaldó la creación de un “hogar nacional para el pueblo judío”. En 1922, la Liga de las Naciones confirmó el mandato británico de establecer un “hogar nacional judío” y la resolución 181 de la ONU en 1947 recomendó la creación de un “Estado judío”.

Tantos años después de la fundación de Israel como resultado de ese proceso internacional que preveía la creación de un Estado judío, ¿por qué Israel exige, y la Autoridad Palestina rechaza, el reconocimiento de esa evidencia?

Una reciente declaración de Abbas arroja luz sobre la razón por la cual ese reconocimiento de la AP es esencial para una paz genuina, y por qué el presidente de la Autoridad Palestina se niega a dársela. En un discurso pronunciado en Marruecos, Abbas definía la historia judía en Jerusalén como un “mito delirante” y añadía que Israel está tratando de inventar una historia judía “por la fuerza bruta” (TV oficial de la AP, 17 de enero 2014).

Abbas tiene una larga tradición de negar la historia judía. En otra entrevista, describía la historia de los judíos en Jerusalén como “ilusiones y leyendas” y se refería al templo judío en Jerusalén como un “supuesto templo”, una expresión que utiliza continuamente para negar que alguna vez existió. (Al-Hayat Al-Jadida, 22 de agosto de 2012).

La negativa de Abbas a reconocer al Estado judío no es sólo su problema personal, ya que es un elemento fundamental de la política de la AP de negar la historia judía, especialmente en Jerusalén.

En numerosas ocasiones, cuando se encontraron descubrimientos arqueológicos con símbolos judíos y hebreos, mostrando diversas etapas de la historia judía en Israel, la Autoridad Palestina se apresuró a decir a los palestinos que Israel había inventado esa historia, distorsionándola, e incluso que había introducido estos objetos descubiertos. Cuando, por ejemplo, los arqueólogos israelíes descubrieron algunos objetos de oro y símbolos judíos el año pasado, como una menorah y un shofar, encontrados a 50 metros del Muro Occidental de Jerusalén (conocido como el “Muro de las Lamentaciones”), el ex primer ministro de la AP Ahmed Qoreïen inmediatamente negó su autenticidad en la televisión oficial de la AP: “Creo que se trata de una falsificación, de una auténtica falsificación. Es una forma de utilizarlo para realizar reclamaciones. No encontraron nada” (TV oficial de la AP, 11 de septiembre 2013).

Todo esto nos indica que el reconocimiento de Israel como un Estado judío por la Autoridad Palestina no representa una mera formalidad, ya que de hecho supondría echar abajo su política integral de negar los miles de años de historia judía en Israel, negando así el derecho de Israel a existir. Y aunque con los Acuerdos de Oslo en 1993 la OLP reconoció la existencia de Israel, la Autoridad Palestina hace una distinción entre el reconocimiento de que “Israel, a día de hoy, existe, y el derecho de Israel a existir (en el futuro)”.

El embajador de la Autoridad Palestina en la India, Adli Sadeq, afirmó que los israelíes que piensan que la AP reconocerá el derecho de Israel a existir se hacen ilusiones: “[los israelíes] están equivocados, suponiendo que Fatah les acepta y reconoce el derecho de su estado a existir… No hay dos palestinos que estén en desacuerdo sobre el hecho de que Israel existe, y el reconocimiento de esto es obvio. Pero el reconocimiento de su derecho a existir es otra cosa, muy diferente del reconocimiento de su existencia”. (Al-Hayat Al-Jadida, 26 de noviembre de 2011).

Los niños palestinos son también conscientes de la distinción entre la existencia y el derecho a existir de Israel. Como un libro de texto oficial de la AP les enseña: “La guerra en Palestina [en 1948] terminó con un desastre histórico sin precedentes, cuando las bandas sionistas robaron Palestina … y establecieron el autodenominado Estado de Israel”. (Lengua Árabe, del análisis, la literatura y la crítica, grado 12, publicado por el Ministerio de Educación de la AP).

La TV palestina enseña a los niños desde los 8 años que todo Israel es “territorio ocupado” desde 1948, y que esto es sólo temporal: “Nunca vamos a olvidar que tenemos tierras que fueron ocupadas en 1948 y que vamos a regresar allí algún día”. (TV oficial de la AP, 23 de febrero de 2013).

El rechazo por parte de Abbas de la historia judía y su negativa a reconocer a Israel como un Estado judío es la base ideológica de las enseñanzas de la AP, para quien la existencia de Israel es el fruto del robo de unas “bandas sionistas”, y que además sólo puede ser temporal. Esta retórica no es solamente la de la OLP pre-Oslo, es también la educación y el adoctrinamiento que difunde la AP actual, y este es el más serio obstáculo para un verdadero proceso de paz.

La demanda de Netanyahu y la negativa de la Autoridad Palestina a reconocer a Israel como un Estado judío no sólo es cuestión de semántica, y la demanda de Netanyahu es en realidad una petición minimalista. Cualquier reconocimiento por parte de la AP – que tenga un impacto sobre la paz – debe incluir el reconocimiento de que Israel es la continuación de miles de años de historia judía, y por lo tanto el reconocimiento del derecho de Israel a existir. Además, para que estas declaraciones sean algo más que simples adornos de un acuerdo, deben integrarse inmediatamente en la educación de los niños de la AP y en el discurso público. Sin esto, el reconocimiento del Estado judío por parte de Abbas sería como el reconocimiento de Israel de Arafat en 1993: un elemento ornamental para un proceso de paz engañoso utilizado regularmente por la AP para crear una fachada de sinceridad.

El reconocimiento público por la AP y la educación de sus ciudadanos para que vean a Israel como un Estado judío con una historia y un derecho a la existencia son absolutamente necesarios en el caso de que haya un pueblo palestino que acepte a Israel como vecino y que realmente busque la paz. Insuficiente para insuflar dicho cambio, el reconocimiento de Abbas daría diplomáticamente un necesario primer paso en la dirección correcta.

Fuente:safed-tzfat.blogspot.mx

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